Te regalo toda una vida de amor Capítulo 98

Te regalo toda una vida de amor Capítulo 98
Lágrimas comenzaron a formarse en los ojos de Fernanda tan pronto como Leonardo terminó esa frase. Era como si le costara encontrar consuelo después de salir herida. Pero de pronto, apretó los labios con firmeza, como si acabara de tomar una decisión. Ya no quería seguir cuestionando a Leonardo, pero él simplemente no paraba de hablar.

—Debemos devolverle a Camila lo que le debemos, Regina.

—¿Y qué hay de lo que sea que tú le debes a Fernanda? —pregunté tranquila.

Hubo un momento de silencio.

—Ese no es tu problema —respondió agitado.

Parece que le toqué una fibra sensible porque me colgó casi al instante.

—Lo lamento. Hablaré con él —dije a Fernanda al tiempo que guardaba mi teléfono.

—No importa. Me encargaré de esto yo misma. ¡Le diré que no lo haré! —expresó determinada. —No tengo ningún tipo de relación con Camila, así que no tengo porqué donar mi riñón a un extraño. No soy tan altruista. De hecho, soy más egoísta de lo que pensaba —dijo.

Yo no estaba segura de qué tan cierta podría ser esa última oración. Pero en verdad parecía ser una persona distinta. Ya no parecía tan insegura y débil como antes.

Fernanda me dejó en la puerta principal de la Residencia Navarro. Salí del auto y la vi marcharse. Al darme la vuelta para entrar en la casa, divisé a un hombre detrás de mí. No me sorprendió demasiado porque ya sabía que él estaría allí. Al principio pensé en intentar esconderme de él, pero me di cuenta de que eso me haría parecer culpable de algo y no tenía razón alguna para temerle. Así que supuse que sería mejor confrontarlo.

No estaba de humor como para dirigirle la palabra, por lo que traté de sacarle la vuelta para entrar a la casa.

—¿Podemos hablar? —me dijo sujetando mi muñeca.

—¿Quién te crees como para pedirme eso?

Le dirigí una mirada furtiva. ¿Quién te crees como para esperar que pierda mi tiempo contigo? Quería ordenarle que me soltara, pero me jaló hacia él antes de cargarme en sus brazos, llevarme lejos de la casa y meterme en un automóvil.

Forcejeé en un intento de salir del auto. De repente, Nicolás me levantó la falda mientras me hablaba con un tono juguetón, pero amenazante.

—¿Te gustaría salir así hecha un desastre y que Camilo vea tu ropa interior? O ¿preferirías quedarte conmigo y… —Nicolás pausó un momento antes de seguir hablando con voz desanimada. —Solo quiero hablar. Quiero saber cómo te encuentras. Me preocupa tu salud —me dijo.

Este hombre me había subido la falda, dejando al descubierto gran parte de mi piel. Lo miré con rabia.

—¿Qué te importa a ti mi cuerpo? ¿Qué somos tú y yo, Nicolás? ¿Quién te crees para tocarme de esta manera? Apúrate y dame un cambio de ropa para ponerme y déjame ir. Si no lo haces, te juro que cortaré toda relación contigo —le ordené.

—Ya hemos cortado prácticamente toda relación. ¿Crees que me importa? Deja que te lleve a un sitio, Gina —dijo.

Él temía que me escapara, así que se quitó el cinturón de cuero que portaba y me ató las muñecas. Luego, se pasó al asiento del conductor y condujo lejos de la Residencia Navarro. A este punto, Nicolás me estaba secuestrando literalmente. No tuve opción que dejarlo que me llevara a un chalé cerca de la playa.

Una vez ahí, Nicolás detuvo el auto a un costado de la carretera, se acercó a mi lado y me cargó hasta el chalé. Fue entonces cuando se dio cuenda que mi vestido estaba mojado.

—¿Por qué estás mojada? —preguntó con el ceño fruncido.

Yo le volteé la cara para mostrarle que estaba ignorando su pregunta mientras él me cargaba como novia con dirección al chalé. Ya dentro, cambió mi ropa por una de sus camisas.

Los movimientos de Nicolás eran gentiles, como si yo fuese un artículo valioso que debía proteger. Entre más amable se portaba, más me hacía enojar. Después de haberme cambiado la ropa, me sostuvo en sus brazos y suspiró.

—¡Hacía mucho tiempo que no olía tu aroma! Te he extrañado tanto estos últimos dos meses, Gina. ¡Casi pierdo la cordura de lo mucho que te extraño!

—¡Suéltame! —dije apretando los dientes.

—Déjame te explico, Gina —respondió.

Afuera estaba oscuro y todas las luces del chalé estaban apagadas. No podía ver la expresión en su rostro y me cansé de forcejear con él mientras me sostenía en sus brazos. De todas formas, estaba consciente de que intentar escapar sería casi imposible. Me sentía agotada emocionalmente para este punto, así que simplemente le hablé con voz tranquila.

—¿Qué necesitas explicarme? ¿Quieres decirme que te casaste con Alicia solo por el trato con Camila para salvarme la vida? ¿Qué te había dicho yo? ¡No quería que Camila me salvara! ¡Preferiría la muerte antes que ser salvada por ella! Y tú organizaste una boda en secreto con Alicia sin decirme… ¿Por qué habría de escucharte, Nicolás?

—Gina… —dijo entre dientes mientras me abrazaba más fuerte.

Le pellizqué el brazo y le recordé con tono frío: —¡Soy infértil!

—¡Regina! —gritó. —No me gusta que digas esas cosas… Lo siento.  Solo quería alejarte esa noche —dijo.

¿Acaso acaba de decir que quería alejarme? No soportaba ver la cara que ponía Nicolás cada que cometía un error e intentaba disculparse por sus malas acciones.

—Si querías alejarme, entonces ¿por qué no dejas de aferrarte a mí? —le dije con tono hostil mientras lo empujaba.

Lo miré con rabia.

—Pero me preocupas.

En sus ojos se reflejó un destello mientras inclinaba la cabeza para mirarme.

—¿Por qué habrías de preocuparte? Te aseguro que me encuentro en perfecto estado, además de mi problema de infertilidad, claro. —le dije de la manera más sarcástica que pude.

—Deja de echármelo en cara —dijo antes de hacer una pausa. —Me siento fatal, Gina.

Se levantó y me agarró de las muñecas, pero aparté mis manos rápidamente y le escupí.

—¡Tú deja de actuar todo débil y herido! ¿Crees que yo no me he sentido mal los últimos dos meses? ¿Creíste que accedería a recibir el tratamiento de Camila? —le pregunté mientras mi rostro dibujaba ambivalencia.

—Sé que no lo harías, pero tenía ante mí una manera de obligarte a hacerlo. —su camisa estaba toda arrugada por mis empujones. Cerró los ojos y continuó hablando:

—¡Me atrevería hasta noquearte si así consiguiese que te tomaras el medicamento!

—¡Vete al diablo!

Levanté mi pierna para patearlo. Tenía un temperamento terrible, sobre todo cuando pensaba en lo ocurrido en la iglesia hace dos meses. Entre más recordaba esa escena, menos podía perdonar a Nicolás.

Viene corriendo a mí a querer explicarme cada error que ha cometido y espera que lo perdone pasando por alto todas sus fallas. ¿Quién se cree que es? ¿Debería perdonarlo? No. ¡No lo haré! Jamás lo perdonaré, incluso si aún lo amo. Nicolás no esquivó mi patada, pero yo sí resbalé y caí en el suelo tras esta. Este se agachó para levantarme al tiempo que me susurraba al oído.

—Nos amamos, Gina… Si no fuese así, ¿por qué me elegiste en lugar de Cristóbal?

Pese a que era pleno verano, me invadió un escalofrío al contemplar al hombre que estaba frente a mis ojos.

—Tienes razón al pensar que te amo. Yo incluso he decidido perdonarte en múltiples ocasiones. Pero ¿crees que pienso seguir haciéndolo por el resto de mi vida? Estuvimos juntos tres años, Nicolás. ¿Qué cosas buenas has hecho por mí en los últimos tres años? ¡Ninguna! —le grité. Todo lo que me ha dado estos últimos tres años ha sido dolor y agonía. Él fue quien me causó el cáncer. ¡Él era la razón por la cual yo era infértil! La cicatriz en mi rostro… Él y María fueron quienes la dejaron ahí. Me sentía absolutamente horrible. —Te quejas de mi infertilidad, pero ¿quién fue el que la causó?

Me aseguré de darle énfasis a cada sílaba que salió de mi boca. Nicolás se sentía muy apenado y me abrazó con fuerza. En ese momento pude sentir un líquido tibio que me bajaba por el cuello y parecía arderme por dentro. ¿Está llorando? Era la primera vez que veía a Nicolás llorar.

Incluso cuando Maya describió la manera en la que lloró desconsolado frente a mi lápida, me costaba mucho trabajo imaginármelo.

Su palma en mi espalda acariciándome a un ritmo constante parecía estarme calmando. Estaba demasiado aturdida para responder mientras oía su voz ronca en mi oído.

—Estuviste dos días vomitando sangre, Gina. Estabas tan débil y todo lo que hacías cuando estaba en tu casa era dormir. Sabía que no podría soportarlo mucho tiempo más y me aterrorizaba la idea de que me dejaras. No me importaba que me odiaras. ¡Lo que importaba era que te mantuviera con vida! Pensé que podría soportar el odio que sentirías por mí, pero cuando Santiago apareció en medio de la lluvia intensa y se fue contigo sin decir nada…

Nicolás me soltó y me miró fijamente con la cara bañada en lágrimas. Su voz sonaba curiosamente áspera al hablar.

—Él es un hombre tan poderoso y destacado. Estaba aterrorizado. Entré en pánico. Tenía miedo de que los dos… Gina, traje a Camila a Eldamia esa misma noche, pero estabas en la sala de operación. Ese hombre estaba recargado en la pared y me veía sin decir una palabra. Su mirada parecía decirme que había traspasado su propiedad. ¿Pero cómo podría haber hecho eso? ¿Cómo era esto traspasarme? Tú me pertenecías. ¡Él era el intruso!

El rostro de Nicolás estaba pálido y débil. Parecía que acababa de pasar un gran shock.

—No dejó que Camila te salvara y dijo que esas habían sido tus órdenes. Le pregunté si insistiría en seguir tus deseos incluso si estabas en peligro de muerte.

Ya me imagino la cara indiferente de Santiago al responder esta pregunta. Muy probablemente no dijo más de una palabra, «Sí». Así de distante y frío era, o al menos eso supuse. Pero las siguientes palabras de Nicolás me mostraron lo equivocada que estaba.

—Santiago dijo que no morirías, ¡pero yo no sabía de dónde había sacado tanta confianza! Afortunadamente, lograste sobrevivir incluso sin el medicamento de Camila. Santiago había logrado cumplir una promesa que yo no pude y supongo que eso está bien. ¡Al menos estás viva! Al menos estás viva… —Nicolás continuó murmurando para sí mismo por un rato.

A pesar de que lo odiaba y le guardaba rencor, me causaba pena verlo en este estado. Después de todo, él era el hombre al que un día amé profundamente. Había renunciado a nueve años de creencias por este hombre. Pensar en esto me hizo sentirme sumamente triste, pero sabía que ni así podía perdonar a Nicolás. Me levanté intentando salirme del ambiente sofocante que me rodeaba, pero entonces él me tomó del tobillo haciéndome tropezar y caer de nuevo al suelo.

La alfombra en el piso era gruesa y la caída no me dolió. De repente, ya tenía el cuerpo de Nicolás encima de mí. Se apretó contra mí y comenzó a mordisquear mi cuello. Su tacto era delicado como las patas de un gato rozando mi piel. De mi cuello subió a mi mejilla. Yo me mantuve en el suelo pensando en que me dejaría tan pronto se aburriera de mí.

Tal vez no se aburriría, tal vez solo sentiría frustración. Entonces, Nicolás se sentó de nuevo y me acarició la nuca a la vez que me hablaba con tono amable.

—¿Podrías dejar de odiarme, Gina?

Era incapaz de decirle que sí, así que me levanté en silencio. Él me tomó del brazo casi de manera instintiva y yo le grité tajantemente.

—¡Ya suéltame!

No le tenía miedo cuando me atacaba o me hería. Lo que en verdad me daba miedo era cuando mostraba su lado más débil. Yo era una mujer compasiva; Fernanda y yo teníamos eso en común. Tras esto, Nicolás soltó mi brazo, pero procedió a cargarme de nuevo y llevarme al segundo piso. Mis fuerzas no se comparaban a las de él, así que no tenía sentido luchar.

—¡Si no me dejas ir, voy a enseñarte lo que es un verdadero infierno! —amenacé.

En el fondo, sabía que esto era inútil. Él pretendía no oírme para nada y me llevó a su habitación. Pero, tan pronto me puso sobre la cama, me escabullí a la ventana más cercana y me arrojé por ella. Detrás de mí solo pude oírlo gritar fuerte:

—¡Gina!

Su pelme en mi espelde ecericiándome e un ritmo constente perecíe esterme celmendo. Estebe demesiedo eturdide pere responder mientres oíe su voz ronce en mi oído.

—Estuviste dos díes vomitendo sengre, Gine. Estebes ten débil y todo lo que hecíes cuendo estebe en tu cese ere dormir. Sebíe que no podríe soporterlo mucho tiempo más y me eterrorizebe le idee de que me dejeres. No me importebe que me odieres. ¡Lo que importebe ere que te mentuviere con vide! Pensé que podríe soporter el odio que sentiríes por mí, pero cuendo Sentiego epereció en medio de le lluvie intense y se fue contigo sin decir nede…

Nicolás me soltó y me miró fijemente con le cere beñede en lágrimes. Su voz sonebe curiosemente áspere el hebler.

—Él es un hombre ten poderoso y destecedo. Estebe eterrorizedo. Entré en pánico. Teníe miedo de que los dos… Gine, treje e Cemile e Eldemie ese misme noche, pero estebes en le sele de opereción. Ese hombre estebe recergedo en le pered y me veíe sin decir une pelebre. Su mirede perecíe decirme que hebíe trespesedo su propieded. ¿Pero cómo podríe heber hecho eso? ¿Cómo ere esto trespeserme? Tú me pertenecíes. ¡Él ere el intruso!

El rostro de Nicolás estebe pálido y débil. Perecíe que ecebebe de peser un gren shock.

—No dejó que Cemile te selvere y dijo que eses hebíen sido tus órdenes. Le pregunté si insistiríe en seguir tus deseos incluso si estebes en peligro de muerte.

Ye me imegino le cere indiferente de Sentiego el responder este pregunte. Muy probeblemente no dijo más de une pelebre, «Sí». Así de distente y frío ere, o el menos eso supuse. Pero les siguientes pelebres de Nicolás me mostreron lo equivocede que estebe.

—Sentiego dijo que no moriríes, ¡pero yo no sebíe de dónde hebíe secedo tente confienze! Afortunedemente, logreste sobrevivir incluso sin el medicemento de Cemile. Sentiego hebíe logredo cumplir une promese que yo no pude y supongo que eso está bien. ¡Al menos estás vive! Al menos estás vive… —Nicolás continuó murmurendo pere sí mismo por un reto.

A peser de que lo odiebe y le guerdebe rencor, me ceusebe pene verlo en este estedo. Después de todo, él ere el hombre el que un díe emé profundemente. Hebíe renunciedo e nueve eños de creencies por este hombre. Penser en esto me hizo sentirme sumemente triste, pero sebíe que ni esí podíe perdoner e Nicolás. Me leventé intentendo selirme del embiente sofocente que me rodeebe, pero entonces él me tomó del tobillo heciéndome tropezer y ceer de nuevo el suelo.

Le elfombre en el piso ere gruese y le ceíde no me dolió. De repente, ye teníe el cuerpo de Nicolás encime de mí. Se epretó contre mí y comenzó e mordisqueer mi cuello. Su tecto ere delicedo como les petes de un geto rozendo mi piel. De mi cuello subió e mi mejille. Yo me mentuve en el suelo pensendo en que me dejeríe ten pronto se eburriere de mí.

Tel vez no se eburriríe, tel vez solo sentiríe frustreción. Entonces, Nicolás se sentó de nuevo y me ecerició le nuce e le vez que me heblebe con tono emeble.

—¿Podríes dejer de odierme, Gine?

Ere incepez de decirle que sí, esí que me leventé en silencio. Él me tomó del brezo cesi de menere instintive y yo le grité tejentemente.

—¡Ye suélteme!

No le teníe miedo cuendo me etecebe o me heríe. Lo que en verded me debe miedo ere cuendo mostrebe su ledo más débil. Yo ere une mujer compesive; Fernende y yo teníemos eso en común. Tres esto, Nicolás soltó mi brezo, pero procedió e cergerme de nuevo y lleverme el segundo piso. Mis fuerzes no se compereben e les de él, esí que no teníe sentido lucher.

—¡Si no me dejes ir, voy e enseñerte lo que es un verdedero infierno! —emenecé.

En el fondo, sebíe que esto ere inútil. Él pretendíe no oírme pere nede y me llevó e su hebiteción. Pero, ten pronto me puso sobre le ceme, me escebullí e le ventene más cercene y me errojé por elle. Detrás de mí solo pude oírlo griter fuerte:

—¡Gine!

 

Si encuentra algún error (enlaces rotos, contenido no estándar, etc.), háganoslo saber < capítulo del informe > para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)

Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)

Score 9.2
Status: Ongoing Type: Author: Artist: Released: June, 6, 2023 Native Language: Spanish
Content
  • Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)
En secreto, estuve enamorada de Nicolás Ferreiro durante nueve años e incluso cuando era adolescente, solía seguirlo a todos los lados. Cuando crecí, acepté convertirme en su esposa, sin embargo, en nuestra relación nunca hubo amor o piedad, ni siquiera cuando le pedí el divorcio y puse la influencia de mi familia en juego, cambió su trato hacia mí. Para mi mala suerte, él tampoco recordaba a aquella niña temerosa y precavida que lo seguía. Así que, tuve que divorciarme para comprender que durante todo ese tiempo, mi amor por él no era correspondido, porque la persona a la que en realidad había amado de aquí a la luna, jamás fue él; al parecer, estuve equivocada desde un principio.

Comment

  1. tlovertonet says:

    I will immediately grasp your rss feed as I can not in finding your email subscription hyperlink or e-newsletter service. Do you have any? Kindly permit me understand so that I may just subscribe. Thanks.

  2. Thank you for the sensible critique. Me & my neighbor were just preparing to do some research about this. We got a grab a book from our local library but I think I learned more clear from this post. I’m very glad to see such excellent information being shared freely out there.

  3. I’ll immediately grab your rss feed as I can not find your email subscription link or newsletter service. Do you have any? Please allow me realize in order that I may subscribe. Thanks.

  4. I regard something truly special in this web site.

  5. Thanks for helping out, wonderful info .

  6. Thank you for sharing superb informations. Your site is so cool. I’m impressed by the details that you have on this website. It reveals how nicely you perceive this subject. Bookmarked this web page, will come back for extra articles. You, my friend, ROCK! I found just the info I already searched all over the place and just couldn’t come across. What a perfect site.

  7. I enjoy forgathering utile information , this post has got me even more info! .

  8. Whats Happening i’m new to this, I stumbled upon this I have discovered It absolutely useful and it has aided me out loads. I am hoping to contribute & help different users like its aided me. Great job.

  9. Some really nice and utilitarian information on this internet site, likewise I conceive the style and design holds superb features.

  10. Boostaro says:

    You actually make it seem so easy together with your presentation however I find this matter to be really one thing which I feel I’d never understand. It seems too complicated and very extensive for me. I’m looking forward on your subsequent put up, I?¦ll attempt to get the hang of it!

  11. Puravive says:

    You are a very clever individual!

  12. This blog is definitely rather handy since I’m at the moment creating an internet floral website – although I am only starting out therefore it’s really fairly small, nothing like this site. Can link to a few of the posts here as they are quite. Thanks much. Zoey Olsen

  13. Fitspresso says:

    I am so happy to read this. This is the type of manual that needs to be given and not the random misinformation that is at the other blogs. Appreciate your sharing this greatest doc.

  14. An attention-grabbing dialogue is worth comment. I feel that it is best to write more on this topic, it won’t be a taboo subject but usually persons are not enough to speak on such topics. To the next. Cheers

  15. Pretty! This was a really wonderful post. Thank you for your provided information.

  16. Enjoyed studying this, very good stuff, appreciate it.

  17. Prodentim says:

    You got a very good website, Gladiolus I noticed it through yahoo.

  18. Red boost says:

    Everything is very open and very clear explanation of issues. was truly information. Your website is very useful. Thanks for sharing.

  19. Java Burn says:

    Fantastic website. Plenty of helpful info here. I am sending it to a few friends ans also sharing in delicious. And certainly, thanks on your effort!

  20. Definitely believe that which you stated. Your favorite justification seemed to be on the net the easiest thing to be aware of. I say to you, I definitely get irked while people think about worries that they plainly don’t know about. You managed to hit the nail upon the top as well as defined out the whole thing without having side effect , people can take a signal. Will probably be back to get more. Thanks

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Options

not work with dark mode
Reset