Te regalo toda una vida de amor Capítulo 561

Te regalo toda una vida de amor Capítulo 561

Su conversación me resultaba confusa, pero de pronto recordé lo que había dicho Maya acerca de que Nicolás tenía un amigo cercano que había sido asesinado hacía mucho tiempo. Ahora que yo pensaba en lo que había dicho la dueña de la florería la noche anterior, no pude evitar preguntarme si estarían hablando de la misma persona.

—Estás siendo terca de nuevo, Brenda.

—Nick, no me molesta volver a Bristonia, pero él debe llevarme a casa. Si no, no lo haré. De todas formas, ya no necesitas convencerme. —Como me sentía un poco irrespetuosa por escuchar a escondidas, comencé a irme del lugar, pero de repente Nicolás se dio vuelta. Verme lo tomó desprevenido.

—¿Gina? ¿Qué estás haciendo aquí?

—Vine a comprar una rosa —le expliqué. En ese momento, la dueña de la florería le dijo a Nicolás:

—Nick, ella es la señora que quiere una sola flor. Por favor, dale la que está en la tienda.

—De acuerdo —respondió Nicolás asintiendo con la cabeza.

Entró a la tienda y agarró una rosa que después me dio a mí. Sin embargo, rechazó el dinero que quise pagarle. En lugar de discutir con él por una flor, le expresé mi gratitud con amabilidad.

—Gracias, ya me voy.

—Déjame acompañarte hasta la salida —gritó Nicolás antes de que me fuera y, cuando lo escuché, lo rechacé con rapidez:

—No es necesario…

—Gina, solo te acompañaré hasta la salida. —No le respondí nada a eso. Enseguida, salimos de la florería. Solo una vez que la dueña ya no podía oírnos, Nicolás me contó algo—: Su prometido era un amigo mío muy cercano en mi juventud, pero él… falleció hace mucho tiempo.

De verdad, él había fallecido hacía muchos años. Incluso, Olivia había dicho que Nicolás sabía quién era el culpable. Sin embargo, que él no quisiera vengarse solo podía significar dos cosas: el enemigo era alguien que tenía una relación importante con Nicolás o era alguien muy poderoso. Por otro lado, había muy poca gente que yo conociera que era más poderosa que Nicolás. En realidad, no estaba interesada en eso, así que comenté:

—Ella y yo tuvimos una breve conversación cuando vine a comprar una rosa anoche. Estaba desconcertada porque me contó cosas sobre ella aunque fuéramos extrañas.

—Tiene una vida muy solitaria.

—Sí, me dijo eso también.

—Además de estar ciega, vive sola en Aselia. Está muy sola. Solo puede hablar de eso con los clientes porque tiene miedo de empezar a olvidarse con el paso del tiempo. Es una persona lastimera.

—Ajá… Estoy de acuerdo —respondí.

—¿La flor es para Santiago? —Nicolás era bastante inteligente como para adivinar en el primer intento.

—Podría decirse que sí.

De repente, guardó silencio con mis palabras. Luego de seguirme por otros diez metros, mencionó por casualidad:

—En aquel momento, si tú no… Hubiera sido el dueño de esa flor. —Su vista estaba pegada a la rosa. Al escuchar eso, apreté con fuerza la flor y le dije:

—No hay condiciones, pero «si» siguiéramos juntos, nunca haría algo así de romántico. Tú y yo nunca estuvimos en paz con el otro, solo actuaba con cuidado porque intentaba caerte bien en aquel entonces. —Eso era algo que tenía en mente desde antes de salir más temprano. Nicolás hizo silencio de nuevo. Cuando levanté la mano para llamar un taxi, sonó su voz baja:

—¿Estarías conmigo de nuevo si Santiago no estuviera en escena? Gina, siempre fui reacio a dejarte ir, pero no quiero ponerte en una situación incómoda. Mi corazón está atormentado todo el tiempo. No sé cómo salvarme. —Bajé el brazo y lo miré a la cara. Me daba cuenta de que Nicolás estaba triste e, incluso, indignado. Se arrepentía de haber perdido su oportunidad ese año, pero estaba todo en el pasado. Y como estaba en el pasado, mejor debíamos mirar hacia adelante. Lo pensé por un buen rato antes de responder con cuidado:

—A veces pienso en eso, Nicolás. Pienso en cómo habrían sido las cosas si me hubiera quedado contigo. Creo que también sería feliz, pero sería una felicidad distinta. Estoy segura de que nunca hubiera sido tan feliz como lo soy ahora… Es probable que sea porque estoy viviendo una vida tan maravillosa que mi felicidad ahora es lo que más quiero.

—Mientras seas feliz, Gina —dijo entrecortado.

—¿Nicolás? —Dudé un poco.

—Aquí estoy.

—Antes pensaba que solo iba a amar a una persona y que mi amor duraría para toda la vida. Ay, era algo hermoso que anhelaba. Todos tienen que enfrentar la realidad de algún modo. No logré estar enamorada toda la vida. En cuanto a amar a una sola persona… No es que no quisiera, sino que no podía. Porque la trayectoria de la vida cambia con el tiempo, hay demasiadas cosas en el futuro que son inciertas. Lo más importante es entender el presente. Como que ahora Ariadna es tu prometida. —Nicolás debía aferrarse a su presente, y ese era Ariadna.

—¿Santiago y tú se separarán en el futuro?

—Nunca. —Negué con la cabeza.

—¿Cómo estás tan segura?

En cuanto al motivo por el que estaba tan segura, era porque había pasado por eso. Mis experiencias con Nicolás y Santiago eran muy diferentes. Nicolás y yo estuvimos juntos sin incluir sentimientos románticos. No ganamos nada, ni siquiera después de haber intentado durante tres años que las cosas funcionaran. Sin embargo, Santiago y yo habíamos estado dando pasos hacia el otro durante esos dos años.

—Solo yo estaba enamorada cuando estuvimos juntos. No me sentía segura porque nunca sabía lo que estabas pensando. Ni siquiera estaba segura de si me amabas, y no dejaba de preguntármelo. No dejaba de pensar en eso hasta el punto de perderme a mí misma. Pero con Santiago, sé que nos amamos el uno al otro. Estoy segura de que me ama sin importar lo que pase. Confío en él con todo mi corazón. Sin importar lo que pase, él es el que he elegido para estar toda mi vida. Por eso es que puedo responder tu pregunta sobre por qué estoy tan segura de que él y yo nunca nos separaremos. —Nicolás debe haber notado mi expresión segura y mi voz firme, porque de repente dio un paso atrás.

—¡¿Y cuál es la respuesta?!

—Aunque nuestros caminos se separen algún día, mi corazón está seguro de que él es el único para mí en esta vida, sin importar cuánto malestar o ternura haya en el mundo exterior. No me importa, aunque deba estar sola.

Faltaba bastante para el mediodía cuando volví al departamento. Viendo lo retrasada que estaba, Santiago me preguntó preocupado:

—¿Te pasó algo en el camino?

—Sí, me topé con Nicolás. —No tenía ninguna intención de escondérselo. Santiago solo resopló sin preguntar nada más.

—Lo encontré de casualidad y conversamos rápido. Solo hablamos de ti y de mí. Me preguntó por qué estoy tan segura de ti y adivina qué le dije —le conté con honestidad.

—No se me ocurre nada —continuó. Me acerqué y me arrodillé a su lado antes de aferrarme a su brazo.

—Le dije que te amo —murmuré—. Le dije que hemos pasado por muchas cosas juntos en estos dos años y que nada puede separarnos. Tú eres el que elijo aunque nos separemos. —Al ver la sonrisa dulce que se le dibujó en la boca, apoyé mi mejilla sobre su palma y le recordé con suavidad—: Te amo. Me quedaré sola si algún día desapareces de mi vida.

—Tontita. Estás diciendo tonterías de nuevo. —Luego, preguntó en un tono dulce—: ¿Por qué iba a desaparecer de tu vida?

Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)

Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)

Score 9.2
Status: Ongoing Type: Author: Artist: Released: June, 6, 2023 Native Language: Spanish
Content
  • Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)
En secreto, estuve enamorada de Nicolás Ferreiro durante nueve años e incluso cuando era adolescente, solía seguirlo a todos los lados. Cuando crecí, acepté convertirme en su esposa, sin embargo, en nuestra relación nunca hubo amor o piedad, ni siquiera cuando le pedí el divorcio y puse la influencia de mi familia en juego, cambió su trato hacia mí. Para mi mala suerte, él tampoco recordaba a aquella niña temerosa y precavida que lo seguía. Así que, tuve que divorciarme para comprender que durante todo ese tiempo, mi amor por él no era correspondido, porque la persona a la que en realidad había amado de aquí a la luna, jamás fue él; al parecer, estuve equivocada desde un principio.

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