Te regalo toda una vida de amor Capítulo 550

De inmediato, Santiago frunció el ceño y se dio la vuelta para fulminar con la mirada al inesperado visitante que se encontraba en la puerta.

—¿Por qué me buscas? —gruñó con tono gélido. Lucas llevaba muchos años trabajando para él, así que estaba muy familiarizado con su temperamento. Pudo percibir que había aparecido en un momento inoportuno, por lo que se apresuró a decir:

—No estoy aquí por ti, Santi. He venido a buscar a Reina. Parece que estás a punto de marcharte, así que les daré un poco de espacio. ¡Volveré más tarde! —Tras decir eso, se marchó a la velocidad del rayo. Su deseo de sobrevivir era, sin duda, excepcional.

—Me voy para ocuparme de algunas cosas que se han acumulado —prosiguió Santiago una vez que se hubo marchado—. También quiero organizar un nuevo modelo de gestión para poder liberar más tiempo y delegar algunas de las cuestiones más sencillas. Así tendré más tiempo para pasar contigo en el futuro.

—¿Piensas renunciar a parte de tu autoridad? —le pregunté.

—Sí. Quiero ceder más autoridad a Lucas y a los demás. Asimismo, ellos delegarán en sus subalternos. También quiero reclutar y ascender a ciertas personas para tener más libertad el día de mañana. —Tras una pausa, añadió—: Antes me ocupaba de todo yo solo porque mi vida giraba únicamente en torno al trabajo, pero ahora las cosas son distintas. Ahora que tengo una familia, necesito pasar más tiempo con ella. Me he vuelto… me he vuelto perezoso, Reina.

—No eres perezoso. —Lo tomé de la mano.

—Estoy cansado de trabajar. Quisiera pasar todo mi tiempo contigo, pero sé que no debo perder nunca mi posición actual. —En cuanto perdiera su posición, sus enemigos se abalanzarían sobre él y mostrarían los dientes. Se trataba de una máxima que comprendía muy bien, y él lo entendía aún mejor que yo.

—Santi, estás esforzándote mucho para protegernos a los niños y a mí. Eso no es ser perezoso. En cualquier caso, tienes que tener cuidado cuando no estés aquí. —De repente, al ver lo comprensiva que era, rio por lo bajo.

—Te conté todo esto para que no te sintieras tan triste, pero no esperaba que fueras tan empática. No te preocupes. Volveré a casa lo antes posible.

—¿Estabas mostrándote frágil a propósito? —El hombre no me contestó. En lugar de eso, me acarició la mejilla y se levantó para quitarse la toalla que lo envolvía. Con avidez, me deleité observando su cuerpo—. Sí que eres vigoroso, Santi —observé. Se miró la parte inferior del cuerpo, pero no dijo nada. Se veía muy elegante con traje. LG tenía razón en una cosa: era imposible adivinar cómo se vería un hombre como él en la cama. Era demasiado frío y, a la vez, sumamente caliente. Ambos aspectos de su persona se situaban en los extremos opuestos del espectro. Justo cuando estaba terminando de vestirse, Joel envió a alguien con la cena. Había varios tipos de comida, como pollo y pudín de mijo. Santi cenó conmigo y, al terminar, volvió a entablar una conversación antes de partir.

—Ya me voy, Reina. Cuídate mucho. Si ocurre algo, asegúrate de enviarme un mensaje a mí o al señor Benavides.

—De acuerdo. Por favor, vuelve pronto a casa, Santi. —No dejaba de repetirle que no se demorara en volver.

—De acuerdo. No te olvides de llevar a José contigo cuando salgas. —Asentí obediente. Cuando se dio la vuelta para marcharse con pasos inusualmente firmes, no pude evitar llamarlo.

—Santi.

—¿Sí? — Se volvió y me miró con ojos amables.

—Te amo. Cuando llegues a casa, te lo daré. —Parecía confundido.

—¿Qué me darás? —no pudo evitar preguntar.

—Mi cuerpo. —Su cara se puso roja a tal velocidad que fue perceptible a simple vista.

—Desvergonzada —me regañó con suavidad.

—Así que tienes que regresar pronto a casa. —Me reí.

—De acuerdo. No lo olvidaré. —Por fin partió, y sentí vacío y desolación en mi corazón. A fin de cuentas, no volvería a verlo durante todo un mes.

—¿Cómo voy a sobrellevar estas semanas? —Suspiré. «¿Cómo voy a vivir sin él?».

Mientras me lamentaba en la habitación, Lucas volvió a visitarme. Sin duda parecía tener mucho tiempo libre esos dos últimos días. Después de entrar, se sentó a mi lado.

—Santi tiene previsto ocuparse de muchas cosas durante su viaje, así que no volverá pronto a casa. Silvio, Claudio e incluso Raúl se habrán curado de sus heridas para cuando él regrese y, entonces, las cosas se pondrán difíciles.

—No lo harán —aseguré a la vez que negaba con la cabeza.

—¿Cómo estás tan segura, Reina?

—Los Genova son la principal fuente de poder interno del país. —Santiago estaba trabajando arduamente en el exterior, así que yo también debía hacerlo. Después de todo, se necesitaban dos para proteger a una familia.

—¿Qué piensas hacer? —Lucas parecía un tanto interesado.

—Ezequiel, Raúl, Nicolás y Silvio están establecidos en Bristonia, que solía pertenecer a la familia Esquivel, pero que ahora se encuentra bajo el mando de la familia Genova. Quiero movilizar la influencia de los Genova para reprimirlos en varios aspectos para que se enteren de que nadie puede hacer un solo movimiento en falso aquí. —Quería hacer de Bristonia mi santuario.

—La supresión es, en efecto, un método bastante fiable —masculló—. Después de todo, quienes detenten el poder dictarán las reglas. Ahora bien, es probable que ellos ya hayan echado raíces aquí en los últimos años. —Para poder establecerse, necesitaban participar en el mundo empresarial de Bristonia. Y no solo allí, sino también en las principales ciudades del país.

—La situación en los próximos años será muy estable —le dije—. Sin embargo, no se permitirá que nadie más que los Genova ejerzan el control. De lo contrario, surgirán muchos problemas. Los Genova podrían incluso… —Nadie podía permanecer en la cima para siempre. Incluso la otrora próspera familia Esquivel se enfrentaba a la bancarrota en ese momento.

—Reina, eso dependerá de quién sea el más ambicioso, aunque Ezequiel es el más peligroso de todos por la cantidad de poder que tiene. Por no mencionar lo bueno que es manipulando los corazones de los demás. Hace mucho tiempo que lo conozco. ¿Sabes lo que la gente de nuestro círculo piensa de él?

—¿Qué piensa? —pregunté intrigada.

—Todo lo que quiere está al alcance de su mano. Es como si estuviera bendecido por los dioses. Puede conseguir todo lo que desea sin mayor esfuerzo, pero ahora está muy silencioso. No cabe la menor duda de que algún día se enfrentará a Santi, y Santi no debe perder. ¡Ya sabes las consecuencias si eso sucede! —Las conocía. En aquel entonces, Santiago había perdido por mi culpa y, como resultado, ese año mucha gente había ido tras él.

—Sí. Sé a lo que te refieres.

—Dejemos de hablar de él. Me comuniqué con Antonio. Me prometió ayudarme a encontrar a Dante, pero no volvió a contactarse conmigo por varias horas. ¡Sí que es ineficiente! Pero se me ocurrió otra idea. Si todo va bien, pronto podré localizarlo. ¡Voy a enseñarle las consecuencias de haberme engañado! ¡Me estoy jugando todo mi orgullo! —Guardé silencio. Este dúo de buscapleitos era un verdadero incordio.

—Bueno, espero que lo consigas, Luc. —Después de eso, solo se quedó unos minutos más y luego se marchó del hospital.

Esa noche recién pude dormirme a las tres de la madrugada. El resto de la semana la pasé recuperándome en el hospital. Ezequiel no volvió a visitarme. Por otro lado, Amparo se había puesto en contacto conmigo hacía algunos días. Me había contado que quería ser actriz y encarnar a la coprotagonista femenina de Tomás. Como sentí que se avecinaba un dolor de cabeza, había suprimido, de momento, mis propios sentimientos atribulados.

—¿Sabes actuar? —le había preguntado.

—Nunca lo he intentado, así que no sé si seré buena. Pero es demasiado aburrido estar sin trabajo. Además, quiero pasar más tiempo con Tomás. Así que, después de pensarlo un poco, he decidido dedicarme a la actuación. Es la mejor manera de estar cerca de él. ¡Por favor, apóyame dándome algo de dinero! No te preocupes, no dejaré que pierdas esa plata. En adelante, todos los negocios de la familia Quevedo se informarán primero a los Genova. Eso cuenta como una relación de cooperación, ¿verdad? Regina, todavía soy joven. Si mis aptitudes actorales están por debajo del nivel, puedo practicar más para mejorar. Además, nunca antes lo he hecho. ¿Quién sabe? Quizás resulto ser muy buena actriz.

—Ni siquiera has terminado la escuela todavía. Dejemos este asunto de lado por ahora… Dame tiempo para pensar y te daré una respuesta en tres días. Pongámonos en contacto de nuevo pasado ese tiempo.

Los tres días ya habían pasado. Era una situación difícil, ya que nunca había estado involucrada en la industria del entretenimiento y, por lo tanto, no sabía cómo apoyar a una persona para que entrara en ese medio. Después de meditarlo mucho, decidí ponerme en contacto con Emilia.