Te regalo toda una vida de amor Capítulo 458

Te regalo toda una vida de amor Capítulo 458

Con una mochila de alpinismo en la espalda, guie a más de una docena de hombres hacia la cima de la montaña. Cuando comenzamos a subir, se largó a llover, lo que hacía muy difícil la búsqueda. Para empeorar las cosas, el sistema de GPS ya no servía de nada porque Ezequiel no llevaba consigo ningún aparato electrónico; era probable que se hubiera librado de todos sus dispositivos por miedo a que Santiago lo encontrara.

Tras caminar unos diez minutos, llegamos a un punto donde el camino se bifurcaba. Decidimos dividirnos en dos grupos y seguimos uno por cada sendero para internarnos en la montaña. En ese punto, solo me acompañaban siete u ocho hombres. Llegar a la cima nos llevó otra media hora y estuve a punto de colapsar por la fatiga, ya que se movían demasiado rápido y debía seguirles el ritmo. En un momento en que me encontraba caminando con dificultad por culpa del impermeable, percibí movimientos delante de nosotros y me agaché deprisa.

—¿Quién es? —le pregunté a uno de los guardaespaldas en voz baja.

—Es Tanya, señora.

Tanya también había notado que alguien se movía cerca de ella. Se acercó con un paraguas y, al verme, exclamó asombrada:

—¿Qué haces tú aquí? —La ignoré, ya que me demandaba demasiado esfuerzo prestarle atención. Como si estuviera presenciando una obra de teatro en vivo, me cuestionó con curiosidad—: ¿A quién estás buscando?

—No te importa. —Volteé los ojos.

Ya no había enojo ni enemistad entre Tanya y yo, pero tampoco estábamos en tan buenos términos como para disfrutar de una conversación amable.

—Déjame adivinar. ¿Buscas a Nicolás? Se fue por allá. —Señaló hacia el oeste. Luego señaló hacia el este y añadió—: La persona que está buscando Santiago parece haberse ido en esa dirección. No tengo más detalles, pero la señal GPS desapareció en este punto. Encontré el teléfono de Nicolás, pero no el de Claudio. Te sugiero que salgas de la montaña cuanto antes para que Santiago no descubra que viniste a buscar a Nicolás. De lo contrario, él nunca lo perdonará.

Su estúpido cerebro de verdad creía que yo estaba allí por Nicolás. Miré el teléfono que Tanya tenía en la mano; estaba tan hecho trizas que apenas pude reconocerlo. Hice caso omiso de sus palabras y esperé a que se fuera antes de dirigirme hacia el este, hacia donde ella había señalado antes. En el camino, le envié un mensaje a José y le pedí que le advirtiera a Tanya, con mucho tacto, que no le contara a Santiago que me había visto. Al menos por el momento, no podía permitir que él supiera lo que estaba haciendo.

Mientras caminábamos hacia el este, distinguí algunas huellas. Estaban marcadas de manera profunda, dado que se dificultaba caminar en medio de la lluvia, y agradecí que Tanya no hubiese ido tras ese objetivo. Seguí adelante con mis guardaespaldas siguiéndome de cerca. De repente, sentí que alguien me tomaba del tobillo. Perdí el equilibrio y caí por la pendiente. Atemorizados, mis empleados comenzaron a llamarme a los gritos, pero alguien me sostenía con fuerza y no podía moverme. Cuando estaba a punto de gritar, oí una voz cautivadora en mi oído.

—Señorita Esquivel, por favor, no se asuste. —¡Era Ezequiel! ¿Por qué me había separado de mis hombres?—. Por favor, confíe en mí y sígame.

Me tomó de la muñeca y me llevó con él. La lluvia se tornaba más intensa a cada minuto, pero en poco tiempo estábamos lejos de mis guardaespaldas. Corrí tras Ezequiel por unos diez minutos antes de detenerme y decir casi sin aliento:

—Ya no puedo seguir. ¡No puedo respirar! ¿Por qué evitas a mis guardaespaldas?

—Puede que sean sus hombres, señorita Esquivel —respondió tras detenerse—, pero antes fueron empleados de Santiago. Eso es porque él solía ser el jefe de la familia Genova. En esencia, siguen órdenes de él.

Era cierto que antes obedecían a Santiago, y Ezequiel temía que pudieran revelarle su paradero. Entendía su razonamiento. Respiré con intensidad hasta que, un buen rato más tarde, me recuperé. Entonces levanté la cabeza para observarlo. Tenía la ropa empapada por la lluvia y eso no me permitía ver la gravedad de sus heridas. Sin embargo, estaba segura de que no debería haber estado parado en medio de la tormenta.

—Traje ropa seca —ofrecí de inmediato.

—Gracias, señorita Esquivel. Por ahora, solo sígame.

Las facciones del hombre estaban inusualmente pálidas y las campanitas de su muñeca sonaban sin cesar con cada movimiento que hacía. Mientras lo seguía en otra dirección, no pude aguantar la curiosidad que me invadía y le pregunté:

—¿Qué hace un hombre como tú con un accesorio típico de una niñita?

—Alguien me lo dio —repuso. Sin pensarlo, seguí indagando:

—¿Una joven que te gustaba?

—Sí. Me la dio hace catorce años.

Ezequiel había resultado ser un romántico. Caminamos otra media hora hasta encontrar un pequeño risco que nos sirvió para refugiarnos de la lluvia. Él se sentó sin decir nada. Parecía aturdido y me miraba sin verme. Supe que había alcanzado su límite. Saqué de la mochila una muda de ropa que había envuelto en un impermeable, se la entregué y giré para darle la espalda. Un momento más tarde me dijo:

—Ya terminé de cambiarme. —Me volví y vi que solo tenía puestos unos pantalones y se había cubierto los hombros con la camisa. Tenía todo el cuerpo lleno de heridas y había sangre por todas partes. ¡Hasta sus heridas previas se habían abierto! Me apresuré a sacar el botiquín de primeros auxilios de la mochila. Por suerte, aquel hombre no era Santiago y pude ocuparme de sus heridas con una actitud de lo más calma. Ni siquiera gruñó en el proceso. Al parecer, no le temía al dolor, y eso me produjo una leve sensación de miedo que me hizo temblar el corazón. Después de vendarlo con agilidad, lo ayudé a ponerse ropa limpia con cuidado. Unos minutos después murmuró—: Está cálido.

Era normal que entrara en calor después de sacarse la ropa mojada. No podíamos saber cuánto tiempo más iba a llover. Le envié un mensaje a Gabriel y, tras compartirle mi ubicación exacta, apagué el teléfono. Tenía miedo de que, de improviso, Santiago pudiera fijarse dónde estaba, ya que mis guardaespaldas estaban de su lado. No era seguro que fueran a informarle sobre mi desaparición, y yo ni siquiera sabía por qué me estaba ocultando de él. Podía ser por miedo. Temía que se enojara conmigo.

—Ya sé que Gabriel trabaja para ti. Me dijo que, tiempo atrás, quisiste ayudar a Santiago —dije, sentada junto a Ezequiel. Él sonrió.

—Es verdad. Al principio quería ayudarlo, porque sentía que se parecía mucho a mí. Quería darle mi apoyo y transferirle mi autoridad, pero me traicionó —explicó. En efecto, Santiago había hecho algo de eso, pero yo creía firmemente que él no era esa clase de persona. ¿Podía tratarse de un malentendido? ¿O se había tratado de una ilusión de Ezequiel? Quizá él quería convertir a Santiago en uno de los suyos cuando el otro, en realidad, jamás había tenido esa intención. ¿Podía ser todo fruto de un malentendido entre ellos? Mientras yo rumiaba esos pensamientos, Ezequiel continuó con la historia—: En aquel tiempo, yo tenía todo. No me faltaba nada, solo amor. En esa época, mi amada tuvo que atravesar la peor experiencia de su vida. Yo quise regresar a Bristonia para estar a su lado, pero ellos no me lo permitieron.

—¿Cómo es eso? —pregunté con suavidad.

—Intentaron matarme. Tras el intento de asesinato, no volví a Bristonia enseguida. Y después de tantos años, demasiadas cosas habían cambiado. —Su voz sonaba cargada de tristeza. «De verdad es un tonto enamorado», me dije. Entonces continuó—: Amaba a esa chica. La amaba muchísimo. Era mi vida entera, era la única luz y calidez en mi vida solitaria. Pero me privaron de ese derecho. Fueron muy crueles. Incluso ahora siguen intentando quitarme la vida. Señorita Esquivel, usted misma lo dijo antes: «Ojo por ojo, diente por diente». Así que… —«¿Planea matar a Santiago cuando bajemos de la montaña?», me pregunté. Me sentía atascada en un círculo vicioso—. Entonces, señorita Esquivel, ¿qué debo hacer?

Me estaba pidiendo mi opinión, pero yo no sabía qué decirle. Tras meditarlo unos segundos, le dije con honestidad:

—No quiero que vayas tras Santiago. Si intentas hacerle daño, te convertirás en mi enemigo.

—Eso es justo lo que le estoy preguntando… ¿Qué debo hacer entonces, señorita Esquivel?

 

Si encuentra algún error (enlaces rotos, contenido no estándar, etc.), háganoslo saber < capítulo del informe > para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)

Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)

Score 9.2
Status: Ongoing Type: Author: Artist: Released: June, 6, 2023 Native Language: Spanish
Content
  • Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)
En secreto, estuve enamorada de Nicolás Ferreiro durante nueve años e incluso cuando era adolescente, solía seguirlo a todos los lados. Cuando crecí, acepté convertirme en su esposa, sin embargo, en nuestra relación nunca hubo amor o piedad, ni siquiera cuando le pedí el divorcio y puse la influencia de mi familia en juego, cambió su trato hacia mí. Para mi mala suerte, él tampoco recordaba a aquella niña temerosa y precavida que lo seguía. Así que, tuve que divorciarme para comprender que durante todo ese tiempo, mi amor por él no era correspondido, porque la persona a la que en realidad había amado de aquí a la luna, jamás fue él; al parecer, estuve equivocada desde un principio.

Comment

  1. tlovertonet says:

    Hello my family member! I wish to say that this article is amazing, nice written and come with approximately all important infos. I¦d like to see extra posts like this .

  2. What is Boostaro? Boostaro revolutionizes romantic performance enhancement through its reliance on the wisdom of natural ingredients

  3. Heya i’m for the primary time here. I found this board and I to find It really useful & it helped me out much. I’m hoping to offer one thing back and aid others such as you helped me.

  4. Have you ever thought about publishing an e-book or guest authoring on other blogs? I have a blog based upon on the same information you discuss and would love to have you share some stories/information. I know my visitors would appreciate your work. If you’re even remotely interested, feel free to shoot me an e mail.

  5. Fitspresso says:

    An attention-grabbing dialogue is value comment. I feel that you must write more on this matter, it may not be a taboo topic however generally individuals are not enough to talk on such topics. To the next. Cheers

  6. I was very pleased to find this web-site.I wanted to thanks for your time for this wonderful read!! I definitely enjoying every little bit of it and I have you bookmarked to check out new stuff you blog post.

  7. Very clean website , regards for this post.

  8. Fitspresso says:

    Good write-up, I am normal visitor of one’s site, maintain up the excellent operate, and It is going to be a regular visitor for a lengthy time.

  9. puravive says:

    Puravive is a weight loss supplement that targets the root cause of weight gain issues in men and women.

  10. I truly appreciate this post. I’ve been looking all over for this! Thank goodness I found it on Bing. You’ve made my day! Thanks again!

  11. Outstanding post, I believe website owners should larn a lot from this site its rattling user genial.

  12. Java Burn says:

    You are my breathing in, I own few web logs and occasionally run out from to brand : (.

  13. Renew says:

    Hey there just wanted to give you a brief heads up and let you know a few of the pictures aren’t loading correctly. I’m not sure why but I think its a linking issue. I’ve tried it in two different web browsers and both show the same results.

  14. java burn says:

    Java Burn is the world’s first and only 100 safe and proprietary formula designed to boost the speed and efficiency of your metabolism by mixing with the natural ingredients in coffee.

  15. I’m not sure where you are getting your info, but great topic. I needs to spend some time learning more or understanding more. Thanks for fantastic information I was looking for this information for my mission.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Options

not work with dark mode
Reset