Te regalo toda una vida de amor Capítulo 230

Te regalo toda una vida de amor Capítulo 230

Me detuvo a medio paso cuando escuché las palabras de Elisa.

—En aquel entonces, él pensó que yo era su madre biológica y se aferró a mí con desesperación por eso, pero yo… yo fui cruel con él. Solo le permití verme una vez al año, en su cumpleaños. Él solo se acercó a ti porque creyó por error que el riñón en tu cuerpo era mío. Por eso cuidó de ti y te protegió. ¿Por qué te imaginabas que lo hizo? ¿Por qué un hombre que jamás se interesó en nadie de repente actuaba tan amable contigo?

«¿¡Santiago ya sabía sobre mí desde hace tiempo!?».

—¿Qué quieres decir? —pregunté, tensa.

—¿De verdad crees que Santiago te ama?

Me quedé congelada, dándole la espalda.

—Déjame hacerte otra pregunta: ¿de verdad consideras que Santiago comprende el amor?

Santiago una vez mencionó que no comprendía el amor y por eso quería que yo le enseñara, pero varias actitudes suyas me demostraban que él comprendía el amor mejor de lo que yo lo hacía. Me quedé callada bajo su provocación. Por otro lado, ella recobró su compostura y continuó hablando:

—Santiago es un hombre que creció bajo la familia Genova, en un ambiente solitario. Por lo tanto, él es tenaz, frío y cruel. ¿Cómo un hombre así podría comprender el amor?

Me quedé boquiabierta ante sus palabras y su completa ignorancia cuando se trataba de Santiago. No supe cómo contestarle su pregunta, pero estaba segura de que Santiago de verdad me amaba. Por su parte, ella continuó con sus crueles preguntas mientras reflejaba una sonrisa despiadada en su rostro.

—La mayoría de los hombres desean casarse y comenzar una familia. ¿Y si él solo decidió que quiere estar contigo para empezar su familia?

Me mordí el labio, pero ella todavía no terminaba y su sonrisa se ensanchó.

—Regina, ¿sabías que Santiago tiene otro secreto? ¡Él alguna vez pensó en matarte!

«Él alguna vez pensó en matarte…».

Esas palabras dieron vueltas por mi mente una y otra vez. Antonio notó mi expresión tensa cuando caminé hacia su dirección. Él se terminó por acercar rápidamente y, preocupado, me preguntó:

—Señorita, ¿le dijo algo?

—Nada —contesté, sacudiendo mi cabeza.

Si era honesta, Santiago ya sabía que la persona en el ataúd sería usada en mi contra. A pesar de eso, él usó su posición como la cabeza de la familia Genova para preparar un gran funeral y despedirla como era debido. Quería entrar y estar a su lado, pero las palabras de Elisa hicieron que retrocediera. Sacudí mi cabeza y me recordé que debía confiar en él; ¡no debería dejar que mis pensamientos me volvieran loca!

—Entremos. —Le dije a Antonio.

En cuanto ingresamos, escuché una voz burlona al fondo.

—Dicen que eres una desgracia para la familia Genova, Santiago Genova. ¿Cómo te atreves a regresar tan descaradamente al chalé Genova para velar?

Era obvio que las palabras eran dirigidas a Santiago. Me adentré al lugar y pude ver a un joven, bajo y gordo, juzgando y hablando mal de Santiago. Calculé que no podía tener más de veinte años, considerando su apariencia. Por su parte, Santiago ignoró al hombre, quien no notó mi presencia y continuó con sus tonterías.

—Mi madre dice que solo estás aquí porque dominaste los recursos y la gloria de la familia Genova en el pasado; ¡de otra forma, seguirías siendo un hijo bastardo!

El joven gordo no se molestó en pensar antes de hablar. Jamás se detuvo para considerar a quién estaba provocando. Me apuré a acercarme y regañarlo.

—Silencio.

Cuando escuchó que alguien le llamó la atención por sus acciones, se giró y me lanzó una mirada agresiva.

—¿Quién te crees que eres? ¿¡Cómo te atreves a callarme!?

«¿Toda la generación más joven de la familia Genova es así de tonta? ¿¡Cómo es que no saben quién soy!?».

Fruncí y estuve a punto de hablar cuando Santiago le informó de forma abrupta, y con un tono suave, al joven gordo sobre mi identidad.

—La persona enfrente de ti es Regina Genova. Incluso tu madre, Paulina Genova, tendría que seguir las reglas y dirigirse a ella como la jefa de la familia. ¿Le preguntaste quién creía que era cuando te regañó? Bueno, en efecto, ella está calificada para reprimirte. Para ella, daría lo mismo si se deshace de alguien de los parientes lejanos, como es tu caso, a pisar una hormiga.

Como estábamos en un ambiente formal, no tuve otra opción más que aceptar que se dirigieran a mí como Regina Genova. Este era el apellido por la que estaba calificada para ser heredera de la familia Genova en primer lugar. En este momento, una mujer mayor se acercó y tomó al joven gordo al escuchar la sutil amenaza de Santiago y comenzó a disculparse con una expresión distante.

—Lo siento, señora. Por desgracia, la ignorancia de mi hijo perturbó la despedida de la matriarca. Lo llevaré de inmediato a su habitación.

Era probable que ella fuera Paulina Genova, la persona que Santiago mencionó. La multitud en el salón principal no se podía considerar como grande, pero muchos de ellos eran los parientes lejanos de la familia Genova. En cualquier caso, ella permitió que el joven insultara a Santiago y nunca lo detuvo. ¡Fue hasta que Santiago mencionó mi posición que pretendió que le importaba! ¡Para mí fue obvio que ella quería humillarlo!

Por otro lado, cuando declaró que yo podía deshacerme de ellos tan fácil como aplastar una hormiga, Santiago actuó así para recordarle al resto de los familiares lejanos sobre mi presencia. Por desgracia para el joven, él solo fue el desafortunado que sería el ejemplo para los demás.

Bueno, se podía culpar a sí mismo por ser tan abierto a compartir sus pensamientos. ¡Aquellos que no sabían cuál era su lugar y trataban de molestar a los demás siempre terminarían enfrentándose a las consecuencias! Miré a la pareja de madre e hijo con una expresión fría.

—La familia Genova siempre ha sido estricta en cuanto a sus reglas y el respeto. Las directrices y consecuencias jamás se han manejado con discreción aquí. Tu hijo falló al no adherirse a estas reglas, así que la familia Genova se encargará de castigarlo.

Hace unos meses, escuché de Antonio sobre una sección en particular de la familia Genova. Ellos se encargaban de castigar a aquellos que cometen errores y sus prácticas suelen ser peores para los perpetradores que la muerte misma. No hizo falta decirlo, Paulina sabía lo que implicaban los castigos de la familia Genova; su rostro palideció y de inmediato comenzó a rogar por su hijo.

—Señora, por favor, perdone a mi hijo.

—Él cometió un error —repliqué con una mueca de odio. —Así que es apropiado que sea castigado por la familia Genova, a menos que… —Me detuve un momento antes de finalizar. —A menos que él ya no sea parte de la familia.

Las expresiones de los parientes lejanos en el salón principal cambiaron de forma drástica ante estas palabras. Sabían muy bien lo que significaba dejar la familia Genova, así que de inmediato se separaron de Paulina y su hijo. Mientras tanto, ella estaba tan asustada que cayó al piso para continuar rogando de rodillas.

—Señora, lo siento. Brandon jamás debió ser grosero con el señor Genova ni debió ser irrespetuoso con usted. Me aseguraré de que reciba un castigo firme.

—Escojan. —No cedería ante esto.

«Ya sea que la familia Genova administre el castigo o que él sea echado de la familia».

Entendía que no podía ser blanda si quería ganarme su respeto; solo las amenazas funcionarían aquí. Paulina sabía lo determinada que estaba con esto, así que apretó sus dientes y eligió.

—Brandon violó las reglas y le faltó al respeto, señora. Es justo que sea la familia Genova quien lo castigue por eso.

—Váyanse —respondí con un gesto de mi mano.

Antonio tomó al joven, quien estaba anonadado desde que su madre rogó de rodillas, y se lo llevó a su castigo. Por otro lado, el resto de los parientes lejanos se apuraron a salir del salón principal. Una vez se fueron, me hinqué al lado de Santiago. Con un tono suave, me regañó:

—Eres muy amable. Te tientas el corazón. —Era cierto, pues les permití quedarse en la familia Genova.

Durante el periodo de silencio que se extendió sobre nosotros, no pude evitar repetir las palabras que Elisa me dijo antes, una y otra vez, en mi mente. Confiaba en Santiago, pero quería preguntarle por mi cuenta, pues necesitaba escucharlo de él; le creería cualquier cosa que me dijera. Con eso en mente, extendí mi mano para sostener sus dedos y pretendí hacerle una pregunta por mera curiosidad.

—¿Recuerdas la primera vez que nos vimos?

—Sí, lo recuerdo —contestó.

—Santi, ¿recuerdas dónde fue?

 

Si encuentra algún error (enlaces rotos, contenido no estándar, etc.), háganoslo saber < capítulo del informe > para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)

Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)

Score 9.2
Status: Ongoing Type: Author: Artist: Released: June, 6, 2023 Native Language: Spanish
Content
  • Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)
En secreto, estuve enamorada de Nicolás Ferreiro durante nueve años e incluso cuando era adolescente, solía seguirlo a todos los lados. Cuando crecí, acepté convertirme en su esposa, sin embargo, en nuestra relación nunca hubo amor o piedad, ni siquiera cuando le pedí el divorcio y puse la influencia de mi familia en juego, cambió su trato hacia mí. Para mi mala suerte, él tampoco recordaba a aquella niña temerosa y precavida que lo seguía. Así que, tuve que divorciarme para comprender que durante todo ese tiempo, mi amor por él no era correspondido, porque la persona a la que en realidad había amado de aquí a la luna, jamás fue él; al parecer, estuve equivocada desde un principio.

Comment

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Options

not work with dark mode
Reset