Te regalo toda una vida de amor Capítulo 229

Te regalo toda una vida de amor Capítulo 229
A pesar de que me sentí terrible cuando escuché sobre el suicidio de Alison la noche anterior, no sentí como si hubiera perdido a alguien amado en ese momento. De hecho, incluso pensé que ella había menospreciado el verdadero valor de su vida. No obstante, ahora era imposible que no empatizara con la gran tristeza de Santiago. También me di cuenta de que había una gran diferencia entre Alison, la madre a quien acababa de describir, con Elisa, la mujer que me odiaba.

¡Eran tan diferentes como el día y la noche! Alison lo amaba y lo consideraba su hijo. No solo siempre lo tuvo en cuenta, pero su mayor deseo era que él tuviera una vida segura y plena. Incluso cuando él estuvo en su contra e insistió en tomarme como su esposa, ella eventualmente terminó cediendo a sus deseos.

Por otro lado, Santiago mencionó que ella no solía ser estricta, sino relajada. De repente recordé su actitud gentil hacia mí cuando visité el chalé Genova por segunda vez. Si era sincera, en ese momento sentí que ella ya me comenzaba a aceptar.

Esa gentil señora, quien siempre llevaba vestidos simples y lo único que deseaba para Santiago era que fuera feliz, terminó por fallecer de un día para otro. Sin importar lo que pasase, ella jamás habría aceptado separarse de él por su propia voluntad. Lo más probable es que todo esto fuera planeado por su hermana, Elisa; ¡ella la forzó a quitarse la vida!

No tengo idea de lo que sintió antes de morir, pero ni siquiera le llamó a Santiago para decirle algo y terminó falleciendo sin ninguna advertencia… Esto debió ser un golpe duro para él. ¿¡Cómo se suponía que se recuperaría de esto!? No obstante, aun cuando era claro el dolor que experimentaba, Santiago se aseguró de consolarme y tranquilizarme. Solo pude tomarle de la mano y sostenerla con fuerza, apoyándolo con todo mi ser y mi calidez.

—Me quedaré a tu lado.

—Gracias. —Él usó su otra mano para acariciar mi mejilla. —Necesito ir a velarla.

—En cuanto me cambie, te alcanzo —contesté con suavidad.

Él me besó la frente y salió del cuarto. Mientras tanto, salí y le pedí a Antonio que me trajera el atuendo de luto tradicional de la familia Genova. Cuando recibí la ropa y regresé a mi cuarto. Adentro, abrí la caja que me dieron para ver un vestido simple, similar a los que usaba Alison. Tenía algunos patrones que no pude distinguir, pero me apuré a cambiarme y complementé el atuendo con un par de tacones negros.

En cuanto salí por la puerta, Antonio enredó un listón negro en mi brazo para el velorio. Se notaba el hermoso bordado con la palabra «familia» que tenía. Al salir del patio junto con Antonio, me detuve en seco cuando vi a una elegante mujer, vistiendo un atuendo similar al mío, esperando afuera. Supe que era a mí a quien quería ver, así que me giré hacia Antonio y le ordené:

—Adelántate un poco y espérame.

Antonio se fue después de eso y ella se acercó con paso tranquilo hacia mí. Me examinó de pies a cabeza y comenzó a reírse suavemente, con su mirada y sonrisa burlonas.

—Eres tan parecida a ella. ¡El odio interno de ambas es similar! Regina, ahora eres la cabeza de la familia Genova. Todo lo que tenga la familia te pertenece. ¡En contraste, yo, que soy la matriarca de la familia, no tengo nada! ¡Ja, ja, ja! ¿No es irónico? ¡Me dejaron con las manos vacías al final! Tú no eres nada más que una hija ilegítima; aun así, ¡te quedaste con el lugar de la matriarca de la familia y en un instante te convertiste en la mujer más poderosa del mundo!

Sus insultos no me preocupaban porque no tenía ninguna intención de discutir estos asuntos con ella en primer lugar. En su lugar, frunciendo, le pregunté:

—¿Tú fuiste la razón por la que ella murió?

—¿Acaso esa no eres tú? —contestó con una pregunta. Una sonrisa maliciosa se dibujó en sus labios.

«¿Por mi culpa? ¿Es por qué me comprometí con Santiago?».

—¿La obligaste a suicidarse? —pregunté sin retractarme.

Quería escuchar la verdad salir de la lengua venenosa de Elisa. Me atreví a preguntar tan directamente porque sabía que ella querría presumir, aunque su expresión se ensombreció al escucharme.

—Así es. ¡Esto es un castigo para Santiago! ¡Todo es su culpa por haberse enamorado de ti! ¡Yo se lo advertí ayer, pero él no me tomó en serio!

Su expresión era fría y no estaba arrepentida en lo absoluto. ¡Fue casi como si la persona que miró no fuera nada más que una pieza de ajedrez para ella! ¡Alison no era más que una pieza que ella podía usar para reprimir y herir a Santiago! Cerré mis ojos para bloquear sus hirientes palabras y, con un tono suave, declaré:

—Tus acciones hirieron a Santiago.

La mujer delante de mí no merecía ser la madre de Santiago. No obstante, sobre todo, ella fue quien le dio una nueva vida, quien lo adoptó cuando era solo un bebé. Sin ella, él no estaría conmigo el día de hoy, así que estaba solo un poco agradecida con ella, agradecida de que trajo a Santiago a mi lado.

De repente, ella extendió su mano para acariciar mi mejilla. Al igual que Santiago, sus dedos eran fríos. En cualquier caso, la sensación eran diferentes por completos. Los dedos de Santiago pudieran ser fríos, pero jamás me hicieron sentir un miedo primordial en el fondo de mi corazón. En contraste, los dedos de Elisa eran como serpientes venenosas que se arrastraban por todo mi cuerpo. Me aparté de golpe y la escuché preguntar:

—¿Me tienes miedo?

—No me gusta que otros me toquen —respondí con calma.

—¡Ja, ja! Crees que eres tan grandiosa. —Elisa extendió su mano y tocó la tela enredada en su brazo. Habló con un tono apático inusual en ella. —Santiago ya perdió una madre por tu culpa. ¡Si no quieres que pierda a otra, entonces te sugiero que te alejes de él!

«¿¡Cómo puede ser tan cruel para amenazarme con eso!?». Apreté mis puños antes de mirarla a los ojos y declarar:

—Santiago te respeta porque eres su madre. Además, heriste a su otra madre. Ya destruiste todo el respeto y paciencia que tenía hacia ti. Si continúas haciendo esto a él… ¿No te preocupa que corte todo lazo contigo? Aparte, ¡no lo quebrarás a él solo porque me amenaces! ¡Él no es un hombre que se deje controlar por otros!

—Es solo la muerte —replicó con indiferencia. —Veamos quién es más despiadado. ¡Admitiré mi derrota si Santiago está dispuesto a sacrificar a sus dos madres por ti!

La mujer frente a mí no le temía a la muerte. En su lugar estaba sobrepasada por su odio hacia mí. Si era sincera, me cansaba lidiar con alguien tan irrazonable y todo esto sin mencionar el hecho de que ella era la madre de Santiago y la esposa oficial de mi padre biológico. En verdad, ¿qué era lo que yo le podía hacer a ella? Fruncí un poco y hablé en un tono cansado.

—No sé por qué me odias tanto. Si es solo porque mi madre biológica es…

Su expresión cambió de forma drástica cuando me escuchó mencionar a mi madre biológica. No obstante, eso no me impidió continuar.

—Si me odias debido a ella, ¡entonces no solo eres una fracasada, sino un insecto muy penoso! ¡Te guardaste un rencor por tantos años solo porque mi madre recibió el amor de mi padre! ¡Pero te rehusaste a perdonar a mi padre e incluso torturase a su hija! Y, hablando de, debo agradecerte por la primera etapa de mi vida. De verdad estoy muy agradecida por eso. ¡Me diste un lugar en la familia Esquivel y pude experimentar una infancia maravillosa!

Me acerqué a ella y dejé que mis palabras penetraran más fuerte en su ser.

—Qué vida tan miserable has llevado. Jamás obtendrás el amor de la persona que más deseas. Incluso dejaste que tu hermana viviera bajo tu identidad como la respetable matriarca de la familia Genova. ¿Y qué hay de ti? ¡Viviste entre las sombras, solo planeando lo que harías!

Jamás pensé que yo la provocaría con palabras tan hirientes. No obstante, me fue imposible contenerme cuando pensé en cómo mis padres tuvieron que ocultarse y vivir en Monte Real por casi nueve años completos debido a su culpa, sin mencionar el hecho de que ella mató a la madre de Santiago.

¡Ella era cualquier cosa menos humana! ¿Cómo era que podía ser su madre? Alguien como ella no merecía ser una madre en lo absoluto. Para entonces, solo nos separaban un par de centímetros. De repente, ella se abalanzó y me empujó mientras me gruñía:

—¡Cállate!

Necesité retroceder para evitar caer al suelo. Ella se rio como una maniaca, con sus ojos enrojecidos.

—Es correcto. Estoy jodida, pero jamás lo admitiré. ¿Y qué? Soy una persona vengativa, después de todo. ¡Me rehúso a dejar que tú y Santiago estén juntos! —Sin ninguna advertencia, ella lanzó una cachetada a toda mi cara, lo que me dejó sorprendida. Poco después, volví a escuchar su voz. —¡A menos que me muera! Y si me muero, entonces Santiago tendrá que cargar con la culpa durante toda su vida contigo. ¿No es eso genial?

«¿Debería volverle la cachetada? Pero ella es la madre de Santiago…». Era la única pregunta que tenía en mi mente en ese momento, pero terminé cerrando mis ojos y aferrarme a las últimas gotas de paciencia que me quedaban.

—Elisa, no hay duda de que él es tu hijo; ¡aun así, por favor, respétalo! Si continúas por este camino, me temo que él dejará de tolerar este comportamiento. ¡Conoce tus límites!

«Algunas personas piensan que son más grandiosas de lo que son en realidad. ¿Acaso ella cree que tiene a Santiago en la palma de sus manos?».

La razón por la que tenía tanta confianza fue porque Santiago afirmó que esto no era ni su culpa ni la mía. ¡Al contrario, la única persona culpable era la mujer que continuaba ocasionando problemas! Me giré para irme, pero ella gritó de repente.

—A Santiago jamás le había importado las mujeres a su alrededor, pero él se enamoró de ti. ¿Quiere saber por qué? Regina, puede ser que él no te ame tanto como lo crees.

 

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Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)

Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)

Score 9.2
Status: Ongoing Type: Author: Artist: Released: June, 6, 2023 Native Language: Spanish
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  • Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)
En secreto, estuve enamorada de Nicolás Ferreiro durante nueve años e incluso cuando era adolescente, solía seguirlo a todos los lados. Cuando crecí, acepté convertirme en su esposa, sin embargo, en nuestra relación nunca hubo amor o piedad, ni siquiera cuando le pedí el divorcio y puse la influencia de mi familia en juego, cambió su trato hacia mí. Para mi mala suerte, él tampoco recordaba a aquella niña temerosa y precavida que lo seguía. Así que, tuve que divorciarme para comprender que durante todo ese tiempo, mi amor por él no era correspondido, porque la persona a la que en realidad había amado de aquí a la luna, jamás fue él; al parecer, estuve equivocada desde un principio.

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