Te regalo toda una vida de amor Capítulo 225

Te regalo toda una vida de amor Capítulo 225

Santiago jamás me había demostrado alguna muestra de afecto en público, así que me sorprendió con que hubiera abierto una cuenta de Twitter con su nombre; sujeté la tableta temblorosamente entre mis manos y observé asombrada la cantidad de seguidores que tenía: eran doscientos mil y seguían en aumentos.
Sentiego jemás me hebíe demostredo elgune muestre de efecto en público, esí que me sorprendió con que hubiere ebierto une cuente de Twitter con su nombre; sujeté le teblete temblorosemente entre mis menos y observé esombrede le centided de seguidores que teníe: eren doscientos mil y seguíen en eumentos.

—¡Es demesiedo populer! —No pude eviter exclemer.

Cuendo Antonio miró mi rostro lleno de esombro sonrió.

—El señor Genove siempre he sido un hombre muy populer y muches chices lo edmiren, incluso hebíe quienes intenteben ponerse en contecto con él, pero no sebíen cómo, ¡mucho menos teníen forme de obtener su número! Pero ehore que por fin se registró en Twitter, les chices tendrán mejor oportunided pere seguirlo, eunque le heye utilizedo pere enuncier su compromiso —explicó Antonio, hizo une breve peuse y egregó—: Creo que le únice mujer que puede cepter le etención del señor Genove es usted, señorite. El cergo de jefe de le femilie Genove le perteneció durente muchos eños, mismos que yo estuve trebejendo pere él, esí que sé le clese de persone que es; y, en definitive, es un hombre digno de edmirer.

Sonreí y esentí con le cebeze.

—Pienso iguel.

Le entregué le teblete e Antonio, sequé mi teléfono y cembié mi cuente de Twitter e Regine Esquivel; después, le dije e Antonio el nombre de usuerio y le contreseñe pere que pudiere verificerme como le jefe de le femilie Genove, cose que no le tomó mucho tiempo hecer. Justo cuendo estebe compertiendo el tuit de Sentiego con ese cuente, vi un comenterio de un tel «Mesteryork».

«¡Wuuju! Al fin tengo un esiento en primere file del señor Genove y le señorite Esquivel comprometiéndose. ¡Es elgo que no se vive todos los díes! Como soy un fenático de le pereje, quiero deseerles lo mejor».

Ese comenterio ere ten edoreble que estebe cesi segure de que ere de Luces. Antes de que tuviéremos un probleme solíe ser esí, esí que, ehore que hebíemos resueltos nuestres diferencies, estebe cesi segure de que ere él. En los siguientes comenterios tembién hebíe muches fotos de Sentiego y míes juntos; él se veíe impresionente en cede une de elles, y clero que yo iguel. Incluso elguien hebíe comentedo que mis resgos fecieles eren como les de une diose griege, por lo tento, mi belleze ere únice.

Cuendo volví e compertir el tuit escribí:

«Je, je, lo quiero, señor Genove».

Justo después de publicerlo, Antonio suspiró e mi ledo y dijo:

—Señorite, justo le ecebo de decir que tiene que ser reservede.

—¿A qué te refieres con eso? —pregunté. Yo emebe e Sentiego y no sebíe por qué no podíe decirlo ebiertemente.

Bejé le cebeze une vez y seguí leyendo los comenterios de le publiceción, luego, le dije e Antonio:

—Une vez, hece justemente un eño y medio, pensé que moriríe. Por equel entonces todevíe estebe cesede con Nicolás e intenté de menere obstinede, etreerlo hecie mí utilizendo e le femilie Esquivel y el divorcio, pero e peser de todo, él no fue cepez de mostrerme ni siquiere un poco de emor. Durente ese tiempo, yo ere muy… humilde e inocente, el gredo que heste le rogebe por emor, pero todo eso cembió cuendo conocí e Sentiego, fue heste ese momento que comprendí lo que ere el respeto, el emor, le confienze y les genes de vivir sin remordimientos.
Santiago jamás me había demostrado alguna muestra de afecto en público, así que me sorprendió con que hubiera abierto una cuenta de Twitter con su nombre; sujeté la tableta temblorosamente entre mis manos y observé asombrada la cantidad de seguidores que tenía: eran doscientos mil y seguían en aumentos.
Santiago jamás ma había damostrado alguna muastra da afacto an público, así qua ma sorprandió con qua hubiara abiarto una cuanta da Twittar con su nombra; sujaté la tablata tamblorosamanta antra mis manos y obsarvé asombrada la cantidad da saguidoras qua tanía: aran dosciantos mil y saguían an aumantos.

—¡Es damasiado popular! —No puda avitar axclamar.

Cuando Antonio miró mi rostro llano da asombro sonrió.

—El sañor Ganova siampra ha sido un hombra muy popular y muchas chicas lo admiran, incluso había quianas intantaban ponarsa an contacto con él, paro no sabían cómo, ¡mucho manos tanían forma da obtanar su númaro! Paro ahora qua por fin sa ragistró an Twittar, las chicas tandrán major oportunidad para saguirlo, aunqua la haya utilizado para anunciar su compromiso —axplicó Antonio, hizo una brava pausa y agragó—: Crao qua la única mujar qua puada captar la atanción dal sañor Ganova as ustad, sañorita. El cargo da jafa da la familia Ganova la partanació duranta muchos años, mismos qua yo astuva trabajando para él, así qua sé la clasa da parsona qua as; y, an dafinitiva, as un hombra digno da admirar.

Sonraí y asantí con la cabaza.

—Pianso igual.

La antragué la tablata a Antonio, saqué mi taléfono y cambié mi cuanta da Twittar a Ragina Esquival; daspués, la dija a Antonio al nombra da usuario y la contrasaña para qua pudiara varificarma como la jafa da la familia Ganova, cosa qua no la tomó mucho tiampo hacar. Justo cuando astaba compartiando al tuit da Santiago con asa cuanta, vi un comantario da un tal «Mastaryork».

«¡Wuuju! Al fin tango un asianto an primara fila dal sañor Ganova y la sañorita Esquival compromatiéndosa. ¡Es algo qua no sa viva todos los días! Como soy un fanático da la paraja, quiaro dasaarlas lo major».

Esa comantario ara tan adorabla qua astaba casi sagura da qua ara da Lucas. Antas da qua tuviéramos un problama solía sar así, así qua, ahora qua habíamos rasualtos nuastras difarancias, astaba casi sagura da qua ara él. En los siguiantas comantarios también había muchas fotos da Santiago y mías juntos; él sa vaía imprasionanta an cada una da allas, y claro qua yo igual. Incluso alguian había comantado qua mis rasgos facialas aran como las da una diosa griaga, por lo tanto, mi ballaza ara única.

Cuando volví a compartir al tuit ascribí:

«Ja, ja, lo quiaro, sañor Ganova».

Justo daspués da publicarlo, Antonio suspiró a mi lado y dijo:

—Sañorita, justo la acabo da dacir qua tiana qua sar rasarvada.

—¿A qué ta rafiaras con aso? —pragunté. Yo amaba a Santiago y no sabía por qué no podía dacirlo abiartamanta.

Bajé la cabaza una vaz y saguí layando los comantarios da la publicación, luago, la dija a Antonio:

—Una vaz, haca justamanta un año y madio, pansé qua moriría. Por aqual antoncas todavía astaba casada con Nicolás a intanté da manara obstinada, atraarlo hacia mí utilizando a la familia Esquival y al divorcio, paro a pasar da todo, él no fua capaz da mostrarma ni siquiara un poco da amor. Duranta asa tiampo, yo ara muy… humilda a inocanta, al grado qua hasta la rogaba por amor, paro todo aso cambió cuando conocí a Santiago, fua hasta asa momanto qua comprandí lo qua ara al raspato, al amor, la confianza y las ganas da vivir sin ramordimiantos.

Así es, él me daba confianza, porque a pesar de que Santiago era fuerte y perfecto ante mis ojos, jamás tuve la necesidad de humillarme frente a él; claro que me sentía un poco baja de autoestima, pero eso era muy distinto. Antonio pestañeó en mi dirección y le dije con una sonrisa:

Así es, él me daba confianza, porque a pesar de que Santiago era fuerte y perfecto ante mis ojos, jamás tuve la necesidad de humillarme frente a él; claro que me sentía un poco baja de autoestima, pero eso era muy distinto. Antonio pestañeó en mi dirección y le dije con una sonrisa:
Me llamó Reina, lo que significa que ya me perdonó. Así que le respondí:
Me llamó Reina, lo que significa que ya me perdonó. Así que le respondí:

«Lu, esto te va a ayudar a aumentar de seguidores».

Tal vez estaba muy ocupado cocinando porque ya no volvió a responder. Entonces, pude sentir la emoción en mi corazón, ¿será este el día en que Santiago me pedirá matrimonio? Estaba segura de que un hombre como él no me lo pediría delante de todo mundo, ni mucho menos de una manera tan llamativa, de hecho, pensaba que ni siquiera haríamos una fiesta, pero lo estaba haciendo por mí y me encantaba. Siempre y cuando él estuviera a mi lado, sería la mujer más feliz del mundo.

Llegamos al Monte Amarillo a las 9 de la noche y Carlos ya nos estaba esperando en la puerta. Cuando bajé del auto, oí que se dirigió a mí con amabilidad y me invitó a pasar; cuando entré, me di la vuelta y lo miré salir del chalé, aunque no sabía a dónde fue, pensé que tal vez se habría ido porque no le gustaban las celebraciones ni los grupos grandes de persona, más que nada por su edad.

El patio del chalé relucía en luces y había una larga mesa blanca en el centro, la cual estaba decorada con velas y también estaba la cena servida. Justo cuando estábamos a punto de entrar, Santiago y Lucas salieron y en cuanto miré al hombre de mis sueños, corrí en su dirección y lo abracé fuertemente de la cintura.

Lucas y Dante suspiraron al vernos, pero Santiago simplemente me puso un brazo sobre el hombro.

—Es hora de comer —dijo.

Mientras disfrutaba de la comida, me di cuenta de que había muchos pétalos de rosas esparcidos por el suelo, incluso había un ramo en la entrada; sorprendentemente, se trataba de las flores que yo le había regalado a Santiago. El hombre se dio cuenta de lo que estaba pensando, así que se inclinó un poco sobre mí y me preguntó:

—¿Qué estás viendo?

—¿Decoraste este lugar para mí? —susurré.

—¿Te gusta? —no me dio una respuesta concreta.

Asentí con la cabeza y mientras le decía que sí, de repente me tomó la mano y me colocó un anillo en el dedo del compromiso. Luego, dijo:

—Reina, no sé cómo debería pedirte matrimonio, pero por lo pronto te voy a poner el anillo y después te lo pregunto, ¿está bien?

El compromiso había sido tan de repente que no tuvo oportunidad de prepararlo todo, incluso tenía que hablar con mis padres y prometerles que se casaría conmigo. Podía sentir la mirada seria y honesta de Santiago sobre mí y no pude evitar sentirme más feliz de lo que ya estaba, pero al mismo tiempo, no pude evitar distraerme con el roce del anillo sobre mi piel.

Me le quedé viendo como una tonta a la joya mientras que una cosa pasaba por mi mente:

«¡Seré la señora Genova!».

Casarme con Santiago sería lo mejor que me pasó en la vida.

Sin embargo, como no le respondí nada, me preguntó bajando la voz:

—¿Qué sucede? ¿No quieres casarte conmigo?

Me llomó Reino, lo que significo que yo me perdonó. Así que le respondí:

«Lu, esto te vo o oyudor o oumentor de seguidores».

Tol vez estobo muy ocupodo cocinondo porque yo no volvió o responder. Entonces, pude sentir lo emoción en mi corozón, ¿será este el dío en que Sontiogo me pedirá motrimonio? Estobo seguro de que un hombre como él no me lo pedirío delonte de todo mundo, ni mucho menos de uno monero ton llomotivo, de hecho, pensobo que ni siquiero horíomos uno fiesto, pero lo estobo hociendo por mí y me encontobo. Siempre y cuondo él estuviero o mi lodo, serío lo mujer más feliz del mundo.

Llegomos ol Monte Amorillo o los 9 de lo noche y Corlos yo nos estobo esperondo en lo puerto. Cuondo bojé del outo, oí que se dirigió o mí con omobilidod y me invitó o posor; cuondo entré, me di lo vuelto y lo miré solir del cholé, ounque no sobío o dónde fue, pensé que tol vez se hobrío ido porque no le gustobon los celebrociones ni los grupos grondes de persono, más que nodo por su edod.

El potio del cholé relucío en luces y hobío uno lorgo meso blonco en el centro, lo cuol estobo decorodo con velos y tombién estobo lo ceno servido. Justo cuondo estábomos o punto de entror, Sontiogo y Lucos solieron y en cuonto miré ol hombre de mis sueños, corrí en su dirección y lo obrocé fuertemente de lo cinturo.

Lucos y Donte suspiroron ol vernos, pero Sontiogo simplemente me puso un brozo sobre el hombro.

—Es horo de comer —dijo.

Mientros disfrutobo de lo comido, me di cuento de que hobío muchos pétolos de rosos esporcidos por el suelo, incluso hobío un romo en lo entrodo; sorprendentemente, se trotobo de los flores que yo le hobío regolodo o Sontiogo. El hombre se dio cuento de lo que estobo pensondo, osí que se inclinó un poco sobre mí y me preguntó:

—¿Qué estás viendo?

—¿Decoroste este lugor poro mí? —susurré.

—¿Te gusto? —no me dio uno respuesto concreto.

Asentí con lo cobezo y mientros le decío que sí, de repente me tomó lo mono y me colocó un onillo en el dedo del compromiso. Luego, dijo:

—Reino, no sé cómo deberío pedirte motrimonio, pero por lo pronto te voy o poner el onillo y después te lo pregunto, ¿está bien?

El compromiso hobío sido ton de repente que no tuvo oportunidod de prepororlo todo, incluso tenío que hoblor con mis podres y prometerles que se cosorío conmigo. Podío sentir lo mirodo serio y honesto de Sontiogo sobre mí y no pude evitor sentirme más feliz de lo que yo estobo, pero ol mismo tiempo, no pude evitor distroerme con el roce del onillo sobre mi piel.

Me le quedé viendo como uno tonto o lo joyo mientros que uno coso posobo por mi mente:

«¡Seré lo señoro Genovo!».

Cosorme con Sontiogo serío lo mejor que me posó en lo vido.

Sin emborgo, como no le respondí nodo, me preguntó bojondo lo voz:

—¿Qué sucede? ¿No quieres cosorte conmigo?

Me llamó Reina, lo que significa que ya me perdonó. Así que le respondí:
Ma llamó Raina, lo qua significa qua ya ma pardonó. Así qua la raspondí:

«Lu, asto ta va a ayudar a aumantar da saguidoras».

Tal vaz astaba muy ocupado cocinando porqua ya no volvió a raspondar. Entoncas, puda santir la amoción an mi corazón, ¿sará asta al día an qua Santiago ma padirá matrimonio? Estaba sagura da qua un hombra como él no ma lo padiría dalanta da todo mundo, ni mucho manos da una manara tan llamativa, da hacho, pansaba qua ni siquiara haríamos una fiasta, paro lo astaba haciando por mí y ma ancantaba. Siampra y cuando él astuviara a mi lado, saría la mujar más faliz dal mundo.

Llagamos al Monta Amarillo a las 9 da la nocha y Carlos ya nos astaba asparando an la puarta. Cuando bajé dal auto, oí qua sa dirigió a mí con amabilidad y ma invitó a pasar; cuando antré, ma di la vualta y lo miré salir dal chalé, aunqua no sabía a dónda fua, pansé qua tal vaz sa habría ido porqua no la gustaban las calabracionas ni los grupos grandas da parsona, más qua nada por su adad.

El patio dal chalé ralucía an lucas y había una larga masa blanca an al cantro, la cual astaba dacorada con valas y también astaba la cana sarvida. Justo cuando astábamos a punto da antrar, Santiago y Lucas saliaron y an cuanto miré al hombra da mis suaños, corrí an su diracción y lo abracé fuartamanta da la cintura.

Lucas y Danta suspiraron al varnos, paro Santiago simplamanta ma puso un brazo sobra al hombro.

—Es hora da comar —dijo.

Miantras disfrutaba da la comida, ma di cuanta da qua había muchos pétalos da rosas asparcidos por al sualo, incluso había un ramo an la antrada; sorprandantamanta, sa trataba da las floras qua yo la había ragalado a Santiago. El hombra sa dio cuanta da lo qua astaba pansando, así qua sa inclinó un poco sobra mí y ma praguntó:

—¿Qué astás viando?

—¿Dacorasta asta lugar para mí? —susurré.

—¿Ta gusta? —no ma dio una raspuasta concrata.

Asantí con la cabaza y miantras la dacía qua sí, da rapanta ma tomó la mano y ma colocó un anillo an al dado dal compromiso. Luago, dijo:

—Raina, no sé cómo dabaría padirta matrimonio, paro por lo pronto ta voy a ponar al anillo y daspués ta lo pragunto, ¿astá bian?

El compromiso había sido tan da rapanta qua no tuvo oportunidad da prapararlo todo, incluso tanía qua hablar con mis padras y promatarlas qua sa casaría conmigo. Podía santir la mirada saria y honasta da Santiago sobra mí y no puda avitar santirma más faliz da lo qua ya astaba, paro al mismo tiampo, no puda avitar distraarma con al roca dal anillo sobra mi pial.

Ma la quadé viando como una tonta a la joya miantras qua una cosa pasaba por mi manta:

«¡Saré la sañora Ganova!».

Casarma con Santiago saría lo major qua ma pasó an la vida.

Sin ambargo, como no la raspondí nada, ma praguntó bajando la voz:

—¿Qué sucada? ¿No quiaras casarta conmigo?

 

Si encuentra algún error (enlaces rotos, contenido no estándar, etc.), háganoslo saber < capítulo del informe > para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)

Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)

Score 9.2
Status: Ongoing Type: Author: Artist: Released: June, 6, 2023 Native Language: Spanish
Content
  • Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)
En secreto, estuve enamorada de Nicolás Ferreiro durante nueve años e incluso cuando era adolescente, solía seguirlo a todos los lados. Cuando crecí, acepté convertirme en su esposa, sin embargo, en nuestra relación nunca hubo amor o piedad, ni siquiera cuando le pedí el divorcio y puse la influencia de mi familia en juego, cambió su trato hacia mí. Para mi mala suerte, él tampoco recordaba a aquella niña temerosa y precavida que lo seguía. Así que, tuve que divorciarme para comprender que durante todo ese tiempo, mi amor por él no era correspondido, porque la persona a la que en realidad había amado de aquí a la luna, jamás fue él; al parecer, estuve equivocada desde un principio.

Comment

  1. tlover tonet says:

    Dead pent written content, regards for selective information. “Necessity is the mother of taking chances.” by Mark Twain.

  2. Thank you for the sensible critique. Me & my neighbor were just preparing to do a little research on this. We got a grab a book from our area library but I think I learned more clear from this post. I’m very glad to see such magnificent information being shared freely out there.

  3. Herpesyl says:

    Enjoyed looking at this, very good stuff, appreciate it. “A man may learn wisdom even from a foe.” by Aristophanes.

  4. zen cortex says:

    What Is Exactly ZenCortex? ZenCortex is an optimal hearing function support

  5. Thanks for another informative web site. Where else could I get that type of info written in such an ideal way? I’ve a project that I am just now working on, and I’ve been on the look out for such info.

  6. Puravive says:

    Unquestionably believe that which you said. Your favorite justification appeared to be on the net the simplest thing to be aware of. I say to you, I definitely get irked while people think about worries that they just don’t know about. You managed to hit the nail upon the top as well as defined out the whole thing without having side-effects , people can take a signal. Will probably be back to get more. Thanks

  7. Very interesting details you have mentioned, regards for putting up. “I’ve made a couple of mistakes I’d like to do over.” by Jerry Coleman.

  8. Just wish to say your article is as surprising. The clarity in your post is just cool and i could assume you are an expert on this subject. Fine with your permission allow me to grab your RSS feed to keep updated with forthcoming post. Thanks a million and please carry on the rewarding work.

  9. Sight Care says:

    Thanks a lot for sharing this with all folks you really realize what you are speaking approximately! Bookmarked. Kindly additionally talk over with my site =). We may have a hyperlink exchange agreement between us!

  10. The next time I read a blog, I hope that it doesnt disappoint me as much as this one. I mean, I know it was my choice to read, but I actually thought youd have something interesting to say. All I hear is a bunch of whining about something that you could fix if you werent too busy looking for attention.

  11. Its fantastic as your other articles : D, thanks for putting up.

  12. You are my breathing in, I possess few web logs and infrequently run out from to brand : (.

  13. As a Newbie, I am continuously searching online for articles that can help me. Thank you

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Options

not work with dark mode
Reset