Te regalo toda una vida de amor Capítulo 164

Tenía los ánimos por el suelo porque nunca recibí la llamada de Santiago. Fue hasta al atardecer que Emilia me respondió.

«Estoy en Bristonia»

«¿Qué haces en Bristonia?» pregunté con confusión.

«Alguien me invitó a una expo de cómic. Mañana regresaré a Eldamia. ¿Qué pasó?»

Luego de pensarlo por un momento, decidí no molestarla. En cuanto le envié un mensaje diciéndole que no era nada, ella me habló por videollamada. Luego de conectarme, noté que vestía un disfraz de sirvienta. Se había teñido el cabello de rosa y también lo había rizado. Junto con su rostro delicado, parecía que en realidad había salido de un cómic. Después, la imaginé en un vestido antes de imaginarla con un chaleco que la hiciera ver genial, haciéndome pensar que cualquier estilo le iba bien. En especial ese disfraz como de chica gótica.

—Te ves muy bien.

Emilia sonrió y después explicó:

—Mi amigo insistió que fuera a la expo, me dijo que Cristóbal tendrá una presentación en solitario más tarde, así que compré un boleto y fui a echar un vistazo. Regresaré a Eldamia mañana.

—¿No te desagradaba Cristóbal?

—Sí. No me cae muy bien porque siempre exagera cualquier cosa. Además, ¡es un hombre aburrido y de mente muy cerrada! Pero, excluyendo su personalidad, sigo admirando su habilidad para tocar el piano.

Asentí con una sonrisa y después dije:

—Al fin y al cabo, Cristóbal es un maestro del piano reconocido mundialmente. Sus presentaciones siempre parecen conmover a la gente.

Emilia coincidió con mi opinión y después se giró para decirle algo a sus amigos cuando alguien la llamó:

—Ustedes vayan primero. ¡Los alcanzo cuando termine la videollamada con mi amiga!

Luego de regresar su atención hacia mí, Emilia preguntó:

—¿Para qué me buscabas?

—Por nada —dije sin pensarlo.

—Somos amigas, Regina. Solo dime si necesitas ayuda. Haré lo mejor de ayudarte si está dentro de mis habilidades.

Emilia conocía bien los caminos del mundo y sabía que no la buscaría si algo no hubiera sucedido. Por eso mismo me llamó de inmediato al ver que le había dicho que no era nada. Lo dudé por un momento, pero al final le conté mi situación. Ella sonrió y dijo:

—Y pensé que algo había sucedido.

—¿Puedes convencer a Romina por mí? —pregunté expectante, pues ella sonaba muy relajada.

—Tengo la mitad de las acciones del Corporativo Delgado, los cuales, por casualidad, no tiene nada que ver con ella. Además, yo mantengo la mayor parte del lado tecnológico del corporativo, así que tengo bastante influencia dentro de la familia. Por lo general, mi padre está de acuerdo con todo lo que propongo.

Le agradecí y después escuché que Emilia habló con desdén:

—Mi hermano y yo odiamos a Romina. Es una perra falsa. Antes siempre nos molestaba. Una vez, golpeó a una chica que a mi hermano le gustaba. Así que, para restringir sus acciones, hice cientos de acuerdos con mi papá hace algunos años. Es por eso que ahora tengo en mi poder las acciones del corporativo.

Al recordar que me había tirado vino encima la primera vez que nos conocimos, no me sorprendió escuchar que Romina había golpeado a la chica que a Jacobo le gustaba. Con razón Romina le temía a Emilia. La había estado limitando desde hace un buen rato.

Aunque la chica en la videollamada lucía muy joven y tenía apenas diecisiete años, con un rostro que lucía aún más juvenil, esa era la misma chica que Romina temía. Aunque no era tan pura como pensé, me trataba relativamente bien. Pero, en realidad, sabía que solo no se metía con las personas que no se metían con ella.

Era muy similar a Santiago en ese aspecto, pues ambos mantenían la guardia alta con las demás personas. Sin embargo, ninguno lastimaba a otro a menos que se metieran con ellos primero, poniéndose así en posición de ventaja. No podía imaginarme como era la vida de esa chica al ver lo brillante que era en ese momento. Tampoco podía imaginarme con quién se iba a casar. O, más bien, con quién estaría dispuesta a casarse. Al igual que Santiago, las personas no podían imaginarlos enamorados y me hacía sentir anticipación por cómo actuaría ella si eso sucedía. Me hacía anticipar que creciera y se enamorara.

—Gracias, Emilia —dije con gratitud.

Emilia sonrió y se frotó la cabeza antes de decir:

—No es nada. Después de todo, somos amigas cercanas. Además, me sigues debiendo un auto deportivo.

Hasta entonces fue que recordé que le había prometido que le preguntaría a Santiago sobre ello. En aquel entonces, lo pospuse por unos días por el fallecimiento del padre de Santiago y me olvidé de ello. De no ser porque lo mencionó, no lo habría recordado.

—Te llevaré el auto en un par de días.

—Gracias, Regina.

Emilia tenía otros asuntos que atender, así que terminamos la videollamada después de una corta conversación. Sin embargo, eso hizo que sintiera más curiosidad, pues, lógicamente, Emilia no debería estar corta de dinero al ver lo dispuesta que estaba en apostar en juegos de alto riesgo. Aun así, seguía quejándose de lo pobre que era. Con esto en mente, llamé a Joel. Al escuchar que mencioné a Emilia, explicó:

—No tiene que investigarla. Yo la conozco bien.

—Cuéntame sobre ella —dije con curiosidad.

—Los Delgado son la única familia que ha mantenido una relación duradera con la familia Genova en Eldamia. ¿Quiere saber por qué, señorita Esquivel? —preguntó de forma retórica antes de continuar—. ¡Es porque el señor Genova abrió una clase de élite juvenil el año que él regresó a la familia! El objetivo era encontrar todo tipo de genios alrededor del mundo y Emilia fue la única niña que entró a la clase en todo el país. Además, con diez años, era la estudiante más joven cuando entró.

La familia Genova había abierto una clase de élite. Con razón, su tecnología era demasiado avanzada y ellos eran quienes lideraban ese campo. Resultó que estaban invirtiendo mucho dinero y esfuerzo para criar talentos desde muy jóvenes.

Parecía que Joel había recordado algo y continuó:

—Emilia creció rápidamente en la clase, pues solo necesitaba algunos días para absorber nuevo conocimiento. Incluso podía expandir su conocimiento para aprender nuevas cosas. Era la niña más inteligente en toda la clase y fue quien más contribuyó en los siete años que estudió ahí. Ella era quien más tenía patentes en su haber, incluso la familia Genova le regaló un par de cientos de millones por ello. Además, le pagaban un salario alto cada año. Pero la familia Delgado no sabe sobre esto. No saben la relación que Emilia con la familia Genova.

Hacía mucho que yo sabía lo competente que Emilia era, pero aun así, sentía como si ella hubiera salido de un sueño o un drama por la manera que Joel la describió. ¿En dónde más podría encontrarse una genio como ella en la vida real?

—¿Se siente impactada, señorita Esquivel? Aparte de usted, incluso el señor Genova la admira mucho y estará de acuerdo con cualquier cosa que ella quiera —dijo Joel con una sonrisa al notar que no había dicho nada.

Hasta ese momento supe que Santiago conocía a Emilia, y, por si fuera poco, por más de siete años.

—¿Por qué siempre necesita dinero entonces? —pregunté, confundida. Mis palabras hicieron que Joel respondiera con entusiasmo.

—Esa es la razón por la que es tan admirada. Señorita Esquivel, esa chica ha donado a la caridad cada centavo que ha ganado de las regalías de sus patentes, el dinero de la familia Genova y los dividendos de su propia empresa, lo cual suma alrededor de diez mil millones. Sus negocios también se extienden al extranjero.

Eso me dejó desconcertada. Aunque a mí tampoco me interesaba mucho el dinero, no podía compararme con ella. Joel hizo una pausa y después continuó:

—Mientras lo necesitaran, podían conseguir el dinero sin importar su raza o país de origen.

—Pero solo tiene diecisiete años —dije, asombrada. ¿Cómo podía alguien de diecisiete años tener tanta amplitud y visión?

—Así es. Encima, ella no tenía ni los trece años cuando tomó esa decisión —dijo Joel con orgullo—. Hay personas destinadas a hacer grandes cosas desde el momento que llegan al mundo. En definitiva, Emilia está por encima de todos ellos.

—Entonces, ¿por qué no quiere que la familia Delgado sepa lo que hace?