Tu Leti Ya Está Muerta Llámam Leticia Capítulo 164

Capítulo 164

Israel no pudo evitar reirse.

“¿Relación indebida?”

“Claro que sí”, Leticia murmuró algo, “¡mejor dime si vas a hacer algo al respecto!”

Israel no dijo nada, tenía que volver a casa esa noche.

Era hora de decidir la fecha de su boda con Anastasia.

La razón por la que eligió ese día fue para tranquilizar a Cindia,

De lo contrario, con su personalidad, quién sabe cómo habría armado un lío.

“Me voy de vuelta a la oficina”.

Leticia se levantó para irse.

Israel no la dejó ir y, en cambio, la empujó hacia el sofá.

Leticia: “…”

Cuando entró, no cerró la puerta con llave.

Cualquier persona podría entrar en cualquier momento y descubrirlos.

“¡La puerta no está cerrada con llave!”.

Leticia bajó la voz.

Israel, como si no hubiera escuchado, se inclinó para besarla.

A

Leticia estaba nerviosa.

Afortunadamente, nadie entró antes de que terminaran el beso.

El lápiz labial de Leticia estaba corrido. Respiraba con dificultad, golpeó a Israel y se levantó empujándolo.

“Sr. Herrera, ¿acaso estás experimentando una adolescencia tardía? ¡Últimamente, te estás comportando como un adolescente rebelde!”

Leticia estaba realmente sin palabras.

Le lanzó una mirada a Israel y caminó hacia el baño.

Se limpió el lápiz labial de la boca con un poco de agua.

Israel la siguió con calma.

Ella lo miró a través del espejo.

Sus labios también estaban manchados de lápiz labial.

Leticia, algo molesta, le limpió la boca con un paño húmedo.

Israel se quedó mirándola por un momento, dejando que Leticia limpiara sus labios.

Después de limpiarlos, Leticia se dio la vuelta para lavarse las manos.

Israel la abrazó.

Parecían una pareja de enamorados.

Esto hizo que Leticia se sintiera muy inquieta.

“Ya está…”

Quería alejarse de Israel.

Pero él volvió a besar su cuello blanco y suave.

“Sr. Herrera, ¿Ya terminaste de leer el contrato?”. Preguntó Leticia apresuradamente.

Israel respondió de manera vaga: “No hay prisa”.

“¡Israel!”. Leticia se impacientó y lo empujó con fuerza.

Israel sonrió y dijo: “¿Por qué ya no me llamas Sr. Herrera?”

“¡Deja de bromear!”. La cara de Leticia se puso roja.

Israel la miraba, sintiéndose emocionado, y se inclinó para besar suavemente los labios de Leticia.

“Leticia, nunca hemos estado en mi habitación…”

El sentimiento provocado por Israel desapareció de repente, y Leticia se sintió sobria.

“Tienes razón, nunca hemos estado ahí”, contestó Leticia fríamente, y agregó. “El Sr. Herrera lo prohibió, y yo respeté eso”.

Israel se quedó atónito.

“¿Quieres hacerlo ahora? Podemos ir a mi oficina…”

¿Qué clase de oficina era esa?

Siendo solo una secretaria, ¿realmente necesitaba una oficina tan grande con una habitación para descansar?

Israel soltó lentamente a Leticia.

Ambos se quedaron en silencio por un momento.

Leticia so slejo de él y dijo. “Si no hay nada más, me retiro

Después de dar unos pasos, Israel la llamō.

Ella se detuvo.

Israel continuó: “¿No puedes olvidar el pasado?”

“No”.

Después de responder, Leticia se fue rápidamente.

¿Cómo podría olvidarse?

Definitivamente no lo podría olvidar.

Debía recordar todas las crueldades que Israel le hizo.