Te regalo toda una vida de amor Capítulo 92

Título: «Los nueve años de Regina»

Repasé todos los detalles de mis relativamente desagradables nueve años antes de coger un bolígrafo y empezar a escribir en un papel.

«Soy Regina, la directora general de Corporativo Esquivel. La familia Esquivel es una familia muy conocida en Bristonia, y siempre hemos llevado nuestros negocios de una manera moral y con principios. La familia Esquivel nunca ha hecho daño a nadie, puedo dar fe de ello. No creo que necesite decir mucho sobre la familia Esquivel, ya que creo que la mayoría de ustedes nos conocen.

Lo que sea que sea tendencia en Internet ahora es mi asunto personal. Puede que no parezca relacionado con la familia Esquivel, pero la reputación de la familia se ha visto afectada desde que este asunto se nos ha ido de las manos. Así que me gustaría aclararme ahora.

Hace nueve años, mis padres sufrieron un accidente de avión y sus cuerpos nunca aparecieron. Yo era la única descendiente en la familia Esquivel a la temprana edad de 14 años; en aquel momento aún era inmadura física y emocionalmente. Por aquel entonces, caí en un pozo sin fin de tristeza e impotencia. Era una niña sensible, débil y solitaria hasta que conocí a Cristóbal. Hace nueve años, no tenía ni idea de quién era Cristóbal, y nunca podría haber esperado que creciera y se convirtiera en un músico de fama internacional. Por supuesto, nada de esto importa; lo que importa es que una vez estuve profundamente enamorada de él.

Aquel año le seguía todos los días, pues temía que desapareciera delante de mis ojos. Por aquel entonces, me llamaba niña con su tono suave y tocaba el piano para mí. Le vigilaba con cautela, pero acabó desapareciendo de mi vida. Ni siquiera sabía su nombre. Pasé los seis años siguientes buscándole en vano.

La búsqueda continuó hasta que el director general de la familia Ferreiro trajo la foto de Nicolás para un matrimonio concertado con la familia Esquivel. Cuando vi la cara familiar en la foto, sentí que mi corazón latía con fuerza. Me llené de esperanza. Ese era el hombre que había estado anhelando durante todos estos años.

Me atreví y me arriesgué con la esperanza de que Nicolás se casara conmigo. Esperaba que nuestro matrimonio consistiera en respeto mutuo, si no en amor. Esperaba que me cuidara como un buen marido. Cuando me casé con él, pensé que se convertiría en todo mi mundo. Pero eso era sólo lo que pensaba…

Tengo un secreto que siempre he guardado en mi corazón: amo a Cristóbal desde hace nueve años. Cuando era joven, a menudo iba detrás de él. Cuando crecí, finalmente me convertí en su esposa. Nueve años: insistí en seguir enamorada del mismo hombre durante nueve años. Con un corazón inquieto, mantuve mi amor por él en secreto durante todos estos años. Nunca sentí ni una pizca de lástima por mí a pesar de que él no me demostrara ningún amor. Permanecí a su lado incondicionalmente porque mi amor por él era sencillo. Sólo he amado a una persona en toda mi vida.

Sin embargo, nadie me dijo que tenía un hermano gemelo idéntico a él. El hombre al que creía amar, el hombre que era tan cálido como la brisa de un verano no era el hombre que yo creía que era. Todos los recuerdos y todo mi amor habían sido un error desde el principio. El amor al que me había aferrado durante nueve años era prácticamente una broma. Sin embargo, lo hecho, hecho está, y nadie puede volver atrás en el tiempo para arreglar mis errores. Cuando terminé la operación y regresé a Bristonia (Nota: tenía cáncer de útero y estuve a punto de morir), tuve que enfrentarme a Nicolás y Cristóbal. En ese momento estaba completamente perdida, pues sabía que no gozaba de buena salud y que no tenía derecho a amar a otra persona.

Además, mi amor se había dividido por la mitad. La mitad de mi amor estaba en el pasado, mientras que la otra mitad estaba en el presente. Nicolás y Cristóbal… Ambos eran personas diferentes, y me resultaba difícil decir que amaba sólo a uno de los dos. A pesar de ello, terminé decidiéndome por Nicolás. Después de todo, él era quien había estado físicamente conmigo durante los últimos tres años. Cristóbal era sólo un recuerdo de juventud que quería conservar. Por mucho que no quisiera dejarlo ir, al final tuve que hacerlo.

Pensé que sería feliz después de elegir a Nicolás, pero las cosas no salieron así. La vida nunca sale como uno quiere. Me divorcié de Nicolás hace tres meses y después dejamos de mantener el contacto.

La relación entre Cristóbal y yo quedará en el pasado, y espero que tenga una gran vida por delante. Street Where Wind Resides… seguirá siendo mi obsesión personal a partir de ahora. A partir de ahora, separémonos y vivamos nuestras mejores vidas.

Atentamente, Regina».

…

Me sentí extrañamente en paz mientras escribía todo esto. Sentí que por fin me había despedido del pasado y me sentí aliviado cuando terminé. Según los procedimientos de la empresa, saqué una foto de la carta y se la envié a un colega del equipo de relaciones públicas. Al poco tiempo, mi asistente me hizo una pregunta.

¿Está seguro de que quiere publicar esto, presidenta Esquivel?

La nota no contenía ningún gran secreto: simplemente estaba diseccionando mis experiencias internas y escribiéndolas.

Sí, respondí. Mi asistente publicó el contenido en el sitio web oficial del Corporativo Esquivel, junto con la leyenda: “A partir de ahora, separémonos y vivamos nuestras mejores vidas”.

Me quedé mirando la cuenta de Twitter durante un buen rato. Aparecieron más de diez mil comentarios poco después de la publicación, y algunos internautas incluso etiquetaron la cuenta oficial de Soluciones Genova con algunos comentarios. Qué vergüenza, al final todo fue un malentendido. Nueve años de amor tirados a la basura, no pasa nada, a partir de ahora, el Sr. Genova cuidará de la preciosa Regina

Los rumores dieron un giro tras la publicación en Twitter. Muchos internautas empezaron a rememorar su pasado y sólo unos pocos siguieron maldiciéndome. Mientras tanto, cada vez había más gente etiquetando la cuenta oficial de Soluciones Genova.

Santiago fue quien me sacó de allí aquel día, así que muchos internautas lo consideraron mi salvador venido del cielo. La forma en que me levantó suavemente y abandonó el lugar fue una escena ideal para muchos de los internautas que nos consideraban una pareja.

Afortunadamente, la cuenta de Soluciones Genova no respondió a ningún comentario. Me quedé mirando la cuenta de Twitter durante un buen rato y me aseguré de que las cosas habían mejorado antes de irme a ducharme y dormir.

Al día siguiente, me desperté a las 6:00 de la mañana e inmediatamente tomé mi celular junto a la almohada antes de conectarme a Twitter. Mientras recorría los 80,000 comentarios, me costó encontrar alguno que me criticara. La mayoría de la gente parecía compadecerse de mí, aunque yo no me encontraba tan lamentable.

De un modo u otro, esta intervención parecía haber funcionado, pues las acciones de la Corporación Félix ya no experimentaban grandes caídas. Mientras esto siguiera así, todo se resolvería fácilmente en el futuro. Me volví para mirar por la ventana. Aquel día el clima en Bristonia era extrañamente soleado.

Me levanté alegremente de la cama y me bañé antes de ponerme una blusa corta color blanco y unos pantalones cortos azul claro. Después de ponerme algunos anillos y collares, me dirigí a la oficina. Cuando llegué, mi asistente me miró sorprendido.

— ¿Está de buen humor, presidenta Esquivel?

— ¿Quieres que esté triste? —le pregunté.

— Me alegro de que esté contenta, —dijo mientras negaba con la cabeza.

Tras dirigirme a mi oficina, observé las acciones durante un rato. Suspiré aliviada al ver que las acciones no bajaban, incluso subían un poco. Al cabo de un rato, entré en Twitter y vi que Soluciones Genova había compartido el tuit que yo había subido. «No te preocupes, guapa. De ahora en adelante, el Sr. Genova querrá y mimará a su preciosa Regina», decía el pie de foto.

Me quedé mirando el mensaje sin sentido. Estaba segura de que Santiago no había sido quien lo había publicado. Tampoco podía ser él quien manejara la cuenta en las redes sociales. La única persona que tiene las agallas para hacerlo, y la única persona que disfrutaría creando una escena… Tiene que ser Lucas, realmente disfruta hacer escándalos, ¡eh!

Me sentí bastante preocupada por esto, así que me apresuré a llamar a Santiago.