Te regalo toda una vida de amor Capítulo 575

Te regalo toda una vida de amor Capítulo 575

—Cuando nos vimos por primera vez en Eldamia, hace dos años, no me conocías. Santiago tampoco, pero eso es entendible, dado que jamás le interesaron las noticias del entretenimiento. Pero tú eres diferente, Luc, siempre te importaron los chismes. Quiero decir, sabes tanto que resulta extraño que no supieras quién era yo en ese momento. ¿De verdad no me conocías o solo fingiste no hacerlo? ¿Me estás ocultando algo?

El rostro de Lucas se sonrojó a medida que yo hablaba. Levantó una mano para desordenarme el cabello y me lo enredó, por lo que le lancé una mirada fulminante. Entonces, explicó con simplicidad:

—Eres muy conocida en Eldamia, así que, por supuesto, había oído de ti. Fingí que no sabía quién eras porque me pareció interesante hacerlo. ¿Quieres saber lo que tenía en mente?

—Déjame adivinar —repuse intrigada—. Era raro que Santiago llevara a una mujer a su casa, así que, basándome en lo que conozco de ti, supongo que querías fastidiarlo o hacer de Cupido.

—¡Bingo! —exclamó dándome un golpecito en la cabeza. Luego se rio y continuó complacido—: Mi objetivo principal era juntarlos, de otra manera, ¿por qué te hubiera llamado tantas veces para que te pusieras en contacto con él? ¿O por qué lo hubiera mencionado tanto en nuestras charlas? Al final, mis esfuerzos valieron la pena y estoy muy satisfecho de ver que tienen una vida feliz juntos. —Sus palabras me dejaron muda—. ¿Por qué no dices nada?

—Entonces, ¿sabías desde el principio que era divorciada?

—¿Y qué tiene de malo ser divorciada? Tampoco es que hubieras matado a alguien.

—Tienes una mentalidad única, Luc —dije asombrada.

—No dejes que las reglas de la «sociedad» te limiten. Sé tú misma, como yo, que… busco una conexión espiritual en mis relaciones. —Sabía que se refería a que no le gustaban las mujeres, así que respondí, para apoyarlo:

—Sí. Eres perfecto. —Acto seguido, Lucas me guio a la habitación donde estaba Elián, que se encontraba sentado en el suelo con las piernas cruzadas, leyendo un libro. Me arrodillé y le desordené el cabello—. ¿Qué lees?, ¿recuerdas a tu tío Lisandro?

—Estoy leyendo un libro cualquiera que encontré y sí, lo recuerdo. —Dejó el libro y continuó—: No somos para nada cercanos. Ni siquiera sé por qué vino a buscarme.

—Quiere llevarte a casa —respondí. Él hizo una mueca—. ¿Qué sucede?

—Ellos fueron quienes me echaron en primer lugar.

—Bueno. Entonces, no regresarás con la familia Destierro. —Elián no respondió. Unos segundos después, me puse de pie y le pregunté—: ¿Quieres volver al hospital conmigo o prefieres quedarte aquí con Lucas por unos días más?

—No es conveniente que lo tengas en el hospital —se apresuró a decir Lucas—. Deja que se quede conmigo unos días; mientras tanto, puedo inscribirlo en el colegio. Después lo llevaré contigo.

—Dejaremos que él decida —repuse.

—Me quedaré con Lucas —decidió el niño.

Ya lo llamaba por su nombre. Parecía tener más confianza con él, que lo había conocido ese mismo día, que con su propio tío. Eso me hizo pensar que la familia Destierro debía haberlo tratado muy mal en el pasado para que él pusiera esa distancia.

—Está bien. Llámame si pasa algo, Luc.

—No te preocupes. Déjalo en mis manos —respondió él con cortesía. Luego me acompañó abajo.

—Tu entusiasmo repentino me tiene perpleja. Sé honesto conmigo, Luc, ¿qué estás tramando? —pregunté con desconfianza al llegar a la entrada. Él estalló en risas.

—¡Estás pensando demasiado!

Regresé al chalé Esquivel en el helicóptero. Cuando Juliana me vio, enseguida preguntó:

—¿Qué haces regresando a casa a estas horas?

—Hoy fui a un lugar bastante lejano y quiero frenar aquí para descansar. —De hecho, aún no había ido a mi nueva casa. Estaba esperando que Santiago llegara a Bristonia y me acompañara.

En ese momento, por casualidad, Camilo bajaba las escaleras con una taza de café. Al verme, se quedó perplejo.

—¿No estabas en la playa más temprano? ¿Por qué viniste en helicóptero? —inquirió. Juliana se sorprendió.

—¿No dijiste que habías viajado lejos?

—Para mí, cualquier lugar que esté a más de veinte minutos de viaje es lejos —expliqué con una risita—. No sé por qué, pero me siento incómoda viajando en auto mucho tiempo. Camilo, ¿por qué aún no estás durmiendo?

—Bajé a buscar un vaso de agua para Flor.

—Ah. ¿Los niños duermen?

—Sammy acaba de hacer un berrinche porque quería ir con su madre. Intenté comunicarme con Fernanda, pero por algún motivo que desconozco, no contesta mis llamadas.

—¿Y Leonardo? ¿Él tampoco contesta? —indagué.

—Sí, pero no sabe dónde está Fernanda. Al parecer, están separados. Nadie sabe dónde está ella. Leonardo también la está buscando.

«La enfermedad de Fernanda es preocupante. Hasta ahora, no ha decidido si se someterá a la cirugía o no. Santiago dice que es probable que sí. Al fin y al cabo, si lo hace, habrá algo de esperanza de que se recupere. Si no, su condición no hará más que empeorar», me dije.

—Llamaré a Leonardo para ver cómo están las cosas.

—Mamá, ¿quieres agua? —ofreció Camilo al llegar abajo.

—Bueno, sírveme un poco. —Después de beber un sorbo, Juliana comenzó a regañarlo—: Eres una persona madura, ¿por qué sigues discutiendo con Flor? Sabes que si retrocedes un paso podrías evitar muchos desacuerdos con ella, ¿no? Camilo, un matrimonio feliz requiere que ambas partes se esfuercen. Mira cómo se llevan de bien Gina y Santiago. ¡Rara vez se pelean! Está a la vista que Santiago cede ante ella casi siempre. Entiendo que cada persona tiene su personalidad y sé que Flor tiene un carácter fuerte, pero eso se debe a su edad. También le gusta responderte. Pero si la amas y quieres pasar el resto de tu vida con ella, ¿por qué no puedes tolerarla y hacer las cosas a su manera? Además, para pelear se necesitan dos personas. Tú debes haber hecho algo malo para que ella pierda los estribos.

Camilo y Flor estaban acostumbrados a discutir, esa era su manera de tratarse, pero en su relación había indicios de que no confiaban del todo el uno en el otro.

—Mamá, entiendo lo que dices. Estoy haciendo todo lo posible por amoldarme a Flor, y veo que ella también está mejorando sus modales. —Parecía estar muy satisfecho con ella últimamente.

—Está bien. No quiero hablar demasiado. Debes saber lo que tienes que hacer. A fin de cuentas, es tu matrimonio. Solo puedo decirles estas cosas a ustedes dos porque son mis hijos. No tendría forma de reprender a los otros dos, ¿no es cierto?

—No tienes que preocuparte por mí —dije con una sonrisa. Camilo me fulminó con la mirada.

—Estás alardeando, ¿eh?

Me reí y subí las escaleras. Cuando abrí la puerta, vi que Rita, dormida, se estaba chupando el pulgar. Me apresuré a tomarle una foto y se la envié a Santiago antes de quitarle los dedos de la boca. «¿Están dormidos?», escribió él casi de inmediato. «Sí. ¿Sigues ocupado, Santi?». «Tengo una conferencia más tarde y, en cuanto termine, debo viajar a Europa. Pasaré algunos días en diferentes países y luego iré a Finlandia a ocuparme de algunos asuntos internos de la empresa. Nos podremos ver recién el mes próximo», respondió. Le recordé que los niños cumplían años a fines del mes siguiente. «Sí. ¿Qué regalo quieres, Reina?», escribió. «Es el cumpleaños de ellos, ¿por qué me preguntas a mí?», inquirí. «Porque también es el día en que tú sufriste».

Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)

Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)

Score 9.2
Status: Ongoing Type: Author: Artist: Released: June, 6, 2023 Native Language: Spanish
Content
  • Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)
En secreto, estuve enamorada de Nicolás Ferreiro durante nueve años e incluso cuando era adolescente, solía seguirlo a todos los lados. Cuando crecí, acepté convertirme en su esposa, sin embargo, en nuestra relación nunca hubo amor o piedad, ni siquiera cuando le pedí el divorcio y puse la influencia de mi familia en juego, cambió su trato hacia mí. Para mi mala suerte, él tampoco recordaba a aquella niña temerosa y precavida que lo seguía. Así que, tuve que divorciarme para comprender que durante todo ese tiempo, mi amor por él no era correspondido, porque la persona a la que en realidad había amado de aquí a la luna, jamás fue él; al parecer, estuve equivocada desde un principio.

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