Te regalo toda una vida de amor Capítulo 57

Te regalo toda una vida de amor Capítulo 57

―¡Qué sinvergüenza eres al pretender que habías perdido la memoria! ―exclamé. Aunque Nicolás había estado mostrando señales de que no había perdido su memoria, nunca traté de exhibirlo, pero eso solo fue hasta que aquello se le escapó de sus labios. Al escuchar lo que dije, él sonrió sin decir una sola palabra e incluso podía ver cómo todas las emociones cruzaban por su cara con claridad a través de la ventana. Su expresión despreocupada en verdad me hacía querer arrancarle los pelos de su cabeza, pero de nuevo, ¿qué diferencia hacía nada más porque descubrí que pretendía tener amnesia? El único daño que hizo fue que me encontraba envuelta entre sus dedos y que se hizo pasar por tonto; de repente, cambié de opinión sobre abrirle la puerta y él debió notar entonces que estaba reacia.

―Grabé cuando me dijiste que me extrañabas, se lo enviaré a Cristóbal si continúas para ahí ―amenazó. Me quedé sin palabras al instante, ¡¿cómo es que un hombre podía ser tan cruel?! Bajé dando pisotones al suelo y apenas había llegado a la entrada del edificio cuando me di cuenta de que había un helicóptero estacionado en el espacio de hierba al lado de mi chalé; yo solo traía prendas delgadas y no hicieron nada para protegerme de la brisa fría y aguda de primavera.

―Viniste en helicóptero, ¿eh? Cosas de ricos ―comenté y se me dificultó hablar sin el tono ridículo en mi voz, ocasionando que se le curvara la boca a pesar de que me estaba burlando.

―Bueno, soy rico ―afirmó, estando de acuerdo―. Qué insensible eres ―agregó y de inmediato lo fulminé con la mirada―. Mira cómo se eriza tu cabello, parecido al de un gatito enojado ―continuó y después de haber caminado en mi dirección para acariciarme la coronilla de mi cabeza, tocó mis largos mechones desde la raíz hasta las puntas―. ¿Qué se suponía que debía de hacer entonces, si no era mentirte? ―cuestionó con un tono amable; sin saber qué fue lo que quiso decir, lo único que logré hacer fue morderme el labio en silencio y él, por su parte, suspiró y tiró de mi para abrazarme y con una voz triste mencionó otra cosa―. Te lastimé mucho en el pasado, ¿de qué otra manera se supone que me acerque a ti de nuevo si no pretendía tener amnesia? La pared que pusiste entre nosotros es muy alta, Gina, no tuve más opción que elaborar un plan como este para estar más cerca de ti.

Maya me había dicho que Nicolás había llorado sin parar y de manera tan desconsolada durante mi funeral; fue ahí cuando me di cuenta de la profundidad de su amor por mí comparado con lo que aparentaba, pero no esperaba que él se me acercara de esa forma. ¿Pensó que iba a dejar atrás el dolor que me causó en el pasado nada más porque él no lo recordaba? En efecto, era verdad que no tenía la fuerza suficiente para que me siguiera importando; en algunas ocasiones, mis palabras podían lastimarlo, pero nunca lo culparía en verdad por nada. Fue por eso que nunca lo rechacé cada vez que intentó estar cerca de mí.

―¿Por qué lo admites ahora? ―indagué, pues no tenía la valentía de envolver mis brazos alrededor de su cintura, a pesar de que él me estaba abrazando; podía oler la fuerte esencia masculina que era exclusiva de su cuerpo.

―Porque me dijiste que me extrañaba ―confesó. Decirle eso debió darle el valor de acercarse a mí de nuevo; ¿en realidad creyó que estaba empezando a cambiar de opinión sobre él? Yo, sin embargo, no era lo suficiente valiente de dar un paso más al frente y fue por eso mismo que me negué.

―Nada más lo dije por decir ―expresé; mi cuerpo enfermizo que podía apagarse en cualquier momento, era la razón principal de mi timidez.

―Tontita, ¿piensas que no te conozco? ―dijo y me abrazó aún más fuerte y continuó, con una pizca de humor ligero en su voz―. Estuvimos casados por tres años, como mínimo, sé que siempre dices lo contrario a lo que sientes ―declaró. No supe cómo reaccionar, solo me quedé quieta y de pie, pues no sabía si debía aceptar o rechazar sus avances, pero en realidad quería hacer lo que mi corazón me indicaba. Con los ojos llenos de lágrimas, le admití la razón por la cual me sentía en conflicto.

―Mi salud está en condiciones malas.

―Gina, yo soy el motivo por el que tu cuerpo es así, seré responsable de ti por el resto de mi vida ―contestó tan rápido que me sorprendí. ¿Quería hacerse responsable de mí porque él fue quien lo causó? Ahora que lo ponía de ese modo, ya no se sentía tan difícil decirle que sí.

―Está bien, Nicolás ―acepté por fin para volver con él de nuevo. Al escuchar mis palabras, él se entusiasmó tanto que me levantó en el aire y me hizo girar, pero solo bastaron dos vueltas para marearme y con prisa envolví su cuello con mis brazos para apoyarme. Sin bajarme aún, continuó su camino hasta la sala del chalé, acababa de dejarme en el sofá cuando de repente empezó a quejarse.

―Cambia todas las contraseñas del chalé a 1228.

Ese número era el cumpleaños de Nicolás y a pesar de lo infantil que se estaba comportando, se lo concedí, pero nada más porque me prometió que iba a ser él quien lo haría. Había más de 10 habitaciones de todos tamaños en el chalé y cada uno tenía un candado individual, los cuales tuvieron que cambiarse de forma manual; hacer todo eso le llevó una hora a Nicolás y aun así no mostró señales de fatiga alguna. Luego se quitó su saco y la corbata negra que traía puesta, vino y se sentó a mi lado.

―Había esperado tanto tiempo para cambiar tus contraseñas, odio esa combinación de 1227 ―gruñó.

―Qué inmaduro eres ―dije, mirándolo desde el rabillo de mi ojo.

―Admito que estoy celoso ―expresó con toda la seriedad, sacudiendo su cabeza. Para alguien que solía estar muy celosa de María, yo podía volverme loca, así que podía comprender el sentimiento; de repente, me hizo sentir que no era tan diferente a mí. Luego, él puso sus brazos alrededor de mis hombros y puso mi cabeza contra su pecho; cuando habló de nuevo, lo hizo con un tono ligero―. No puedo superar el hecho de que hayas amado a Cristóbal por nueve años. ¡Casi me vuelvo loco cuando descubrí que la razón por la cual te casaste conmigo fue porque pensaste que yo era él! Gina, puedo aceptar y comprender que él te ha gustado por todos estos años, incluso le quiero agradecer a Cristóbal, pues si no fuera por su aparición en tu vida hace nueve años, sería probable que nunca hubiera tenido la oportunidad de ser tu hombre ―comentó; en efecto, yo fui quien estuvo dispuesta a casarse con alguien de la familia Ferreiro, incluso dejé perplejo al mismo presidente Ferreiro con la decisión que tomé―. Estoy dispuesto a dejar atrás lo que sea que haya pasado entre tú y Cristóbal, Gina. ¿Puedes hacer lo mismo por nosotros? ―pidió. Nicolás se encontraba en extremo cariñoso el día de hoy, era un lado de él que no miraba mucho y de repente, recordé lo que María dijo, que yo sería la persona más feliz de la tierra si el hombre que yo amaba me correspondiera, porque eso mostraría lo enamorado que estaba ese hombre de mí. Y si ese no era el caso, entonces sería la persona viva más triste de todas.

―¿También eres muy gentil con María? ―pregunté con una risa ligera, pero la expresión de Nicolás se congeló en el momento en que mencioné aquel nombre, por lo que sacudió la cabeza y me contestó.

―Nunca pasó nada entre nosotros.

―Pero tú y ella salieron por muchos años, ¿y aun así nunca lo hicieron?

Me refería a hacer el amor, lo pregunté por mera curiosidad, pero no logré evitar sentir que había preguntado algo que no debía en cuanto dichas palabras salieron de mi boca; al fin y al cabo, todos tenían un pasado que no debía desenterrarse―. Pretende que no pregunté eso ―agregué con rapidez al darme cuenta de mi error; planeaba cambiar de tema, pero él empezó a explicármelo de una manera seria poco después.

―Me acababa de graduar de la universidad cuando María y yo nos conocimos, en ese entonces, todos mis amigos tenían novia y yo era joven y competitivo, así que mi manera de no perderlos era consiguiéndome una novia hermosa. En realidad, nunca lo hicimos y no fue por abstinencia, era solo que no estaba interesado en ella en lo absoluto. Nada más éramos una pareja por el nombre y eso fue hasta que te conocí a ti… Así es, te causé un gran malentendido ―explicó, respiró profundo y continuó―. Aunque no tenía sentimientos por ella, no me era posible ahuyentarla y es por eso que seguía culpándote y tratándote con frialdad durante nuestros tres años de matrimonio… Si tan solo supieras lo mucho que te deseaba durante aquellos años.

―¿Desearme? ―pregunté, mirándolo confundida.

―Quería ser uno contigo ―dijo. Ahora que lo pensaba, Nicolás venía muy seguido a casa durante el periodo de nuestro matrimonio y enseguida, tan pronto llegaba, me hacía el amor, también, alcanzó el clímax muy pronto la primera vez que lo hicimos; resultó que era virgen antes de mí. Su pulgar se posó sobre mi mejilla, mientras que la seguía acariciando―. Me sentí culpable por deberle una boda a María cuando ella reapareció tres años después y quería darle eso. Ya estaba enamorado de ti en ese entonces, pero no podía tomar una decisión sobre mis sentimientos en ese momento ―dijo. Me di cuenta de que había estado diciendo que me «amaba» muy frecuente en estos días; sí que había sido bastante generoso con sus sentimientos hacia mí.

―Ya veo ―contesté, dejando salir un pequeño gruñido después de escuchar sus palabras. En verdad no había nada entre ellos dos, pero, aprendí de esta experiencia que los hombres nacieron siendo mentirosos; jamás podría creer por completo que su relación era tan simple como lo hacía sonar y a pesar de eso, tampoco dudaba de Nicolás. De forma repentina, él bajó su cabeza y me besó la mejilla; yo me sentía agotada, así que me hice bolita en sus brazos―. Estoy cansada ―suspiré.

Era probable que mi cansancio mental se debiera al estrés, por lo que él se detuvo y en lugar de obligarme, se levantó de inmediato conmigo en sus brazos y se dirigió al segundo piso, luego al baño, después de haberme recostado en la cama. Pasó solo un segundo cuando regresó, pero en esta ocasión, sin ninguna expresión en su cara, como si estuviera escondiendo algo.

―¿Por qué el agua de la tina está roja? ―preguntó, puesto que debió alarmarse al ver la razón por la que el agua no era color transparente.

―Estoy en mi periodo.

Al escuchar eso, suspiró por fin de alivio y regresó al baño, así que tomé la oportunidad de quitarme la bata de dormir para revisar la toalla sanitaria que traía puesta, no obstante, dicha no tenía sangre en ella. No era sangre menstrual, pero la cantidad no era algo que parecía serio; de igual manera, tenía que ir a El Solar de nuevo para una revisión si es que volvía a pasar.

Nicolás estaba desnudo, como el día en que nació, cuando terminó de bañarse, ocasionando que mi cara se tornara amargada de inmediato, así que mejor miré para otro lado.

―Apúrate y ponte una bata ―presioné, pero él se dispuso a secar su cabello sin darle importancia.

―Hemos estado casados por mucho tiempo, además, ya lo has agarrado con tu mano antes ―dijo. Me quedé sin palabras; no existía nada que pudiera superar a un hombre sinvergüenza. Decidí quedarme recostada de lado para ignorarlo, aunque poco después, sentí cómo el espacio vacío de la cama se hundió y sus brazos se movieron como serpientes alrededor de mi cintura―. No lo he hecho en tres meses, ¿qué tal si me ayudas con eso, eh? ―pronunció con una voz suave.

―¡Estoy en mi periodo! ―exclamé, rechazándolo de inmediato.

―Usa tu mano, Gina ―sugirió. ¿Por qué actuaba de esa manera si solo habíamos acordado volver a estar juntos…?

―Tengo sueño ―hablé de nuevo. Él hizo caso omiso a mis palabras y me tomó de la mano con brusquedad, yo la quité al instante―. Haré que te vayas si sigues así― advertí.

Sus ojos llorosos lo hacían ver débil e incapaz bajo la luz tenue; parecía un perrito fiel que no había obtenido su satisfacción…. Me hubiera comprometido y estado de acuerdo si no me hubiera dado la vuelta y visto para otro lado; por fortuna, nada más fue travieso por un rato, pronto pude escuchar su respiración poco profunda por detrás de mí. De seguro él también se sentía cansado y ahora que me ponía a reflexionarlo, tenía sentido que se sintiera drenado después de un viaje a medianoche de Gretaña y por esa hora que pasó cambiando las contraseñas. Ya que estaba dormido, me forcé a cerrar los ojos y fue un milagro cuando logré dormirme casi de inmediato; como era usual, me desperté por el tono de llamada de mi teléfono a la mañana siguiente. Recibí una llamada de un conjunto de números que no reconocía y una voz pronunció mi nombre en cuanto respondí.

―Regina Esquivel.

―¿Quién demonios eres? ―cuestioné, logrando mantener la calma. En algún punto, la llamada despertó a Nicolás y justo después de que me quitó el teléfono y lo puso en su oreja, la voz sonó desde la otra línea.

―Adivina quién…

―María ―interrumpió Nicolás, sin esperar a que la persona terminara de hablar y con eso, dicha colgó al instante.

 

Si encuentra algún error (enlaces rotos, contenido no estándar, etc.), háganoslo saber < capítulo del informe > para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)

Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)

Score 9.2
Status: Ongoing Type: Author: Artist: Released: June, 6, 2023 Native Language: Spanish
Content
  • Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)
En secreto, estuve enamorada de Nicolás Ferreiro durante nueve años e incluso cuando era adolescente, solía seguirlo a todos los lados. Cuando crecí, acepté convertirme en su esposa, sin embargo, en nuestra relación nunca hubo amor o piedad, ni siquiera cuando le pedí el divorcio y puse la influencia de mi familia en juego, cambió su trato hacia mí. Para mi mala suerte, él tampoco recordaba a aquella niña temerosa y precavida que lo seguía. Así que, tuve que divorciarme para comprender que durante todo ese tiempo, mi amor por él no era correspondido, porque la persona a la que en realidad había amado de aquí a la luna, jamás fue él; al parecer, estuve equivocada desde un principio.

Comment

  1. tlovertonet says:

    It is really a great and useful piece of info. I am happy that you simply shared this helpful info with us. Please keep us informed like this. Thank you for sharing.

  2. Hello.This post was extremely fascinating, particularly since I was searching for thoughts on this subject last week.

  3. This actually answered my drawback, thank you!

  4. What Is Sugar Defender? Sugar Defender Drops is a powerful friend for people who want to control their blood sugar levels

  5. You have remarked very interesting points! ps decent website . “I’m going to a special place when I die, but I want to make sure my life is special while I’m here.” by Payne Stewart.

  6. Sumatra Slim Belly Tonic primarily focuses on burning and eliminating belly fat.

  7. hello!,I love your writing so much! percentage we keep in touch extra approximately your post on AOL? I need an expert in this area to solve my problem. May be that is you! Taking a look forward to look you.

  8. What Is Potent Stream? Potent Stream is a male health formula that helps to maintain healthy urinary and prostate health by killing off all the toxins in the body

  9. What i do not understood is actually how you are not actually much more well-liked than you may be right now. You are very intelligent. You realize thus significantly relating to this subject, made me personally consider it from numerous varied angles. Its like men and women aren’t fascinated unless it is one thing to do with Lady gaga! Your own stuffs great. Always maintain it up!

  10. Java burn says:

    Thanks for every other informative site. Where else could I am getting that kind of info written in such a perfect method? I’ve a venture that I’m just now operating on, and I have been on the glance out for such information.

  11. DentiCore is a gum health support formula designed to help users remove dental health problems like bad breath, cavities, tooth decay, etc.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Options

not work with dark mode
Reset