Te regalo toda una vida de amor Capítulo 477

Te regalo toda una vida de amor Capítulo 477

Como todavía era algo inmadura, me dio vergüenza que Raúl se burlara de mí, pero luego consideré que no había por qué avergonzarse.

—¡Es algo normal en las parejas jóvenes! —lo regañé—. Ya lo vivirás cuando te cases. ¡Un momento! Se me olvidaba, ya estás divorciado.

—Intentas echarme sal en la herida, ¿verdad? —me dijo, fulminándome con la mirada.

—¿Ahora te arrepientes de haberte burlado de mí? —repliqué sonriendo. Raúl me ignoró y siguió tumbado al sol con sus gafas oscuras. Entonces saqué el móvil para mirar los mensajes de WhatsApp. El grupo creado recientemente estaba revolucionado.

David preguntó: «¿Habrá enviado el mensaje al chat equivocado?». Lucas le respondió: «¿Cómo es posible que cometa dos veces el mismo error?». «Debe haberlo hecho a propósito», sugirió Emilia. Entonces, Tanya intercedió a favor de Santiago: «¿Se creen que es tan infantil?». Luego, añadió, «Cariño… Qué asquerosamente dulce de su parte». Dante retrucó: «Solo estás celosa». Después de eso, Tanya no contestó más, y Lucas envió un emoji con expresión lujuriosa para burlarse de mí: «Con la figura de Reina… ¡Qué afortunado que es Santi!». David respondió: «¡Sí que tienes agallas!». Lucas contestó a eso con un emoji de no me importa. «Ja, ja, ja. Estoy en Finlandia, ¡así que no puede hacerme nada!».

«¡Su actitud maliciosa es de lo más exasperante!», pensé. En ese momento, Amparo apareció en la conversación. «Lucas, parece que nunca has experimentado lo que es estar con una mujer y se nota». No estaba dispuesto a rendirse ante ella, así que respondió: «¿Y tú has vivido la experiencia de estar con un hombre? Amparo, aún eres joven. Hay cosas que la gente de tu edad no debería saber». Ella retrucó: «¿Estás diciendo que has estado con un hombre? Cielo santo, ¿a Lucas le atrae gente de su mismo sexo?». Lucas respondió con una serie de puntos suspensivos antes de añadir: «Tú ganas». Alejo apareció y ordenó: «Cállate». Al percatarse de la presencia de este último, Amparo fingió inocencia. «Alejo, mira lo que hace Lucas. Está acosando a mi pequeña y adorable persona». Emilia no pudo evitar responder con un emoji de confusión: «¿Tu pequeña y adorable persona?». David fue quien respondió enseguida: «Sí». Eso dejó al instante sin palabras a Emilia, Dante y Lucas. Tanya, que había estado callada, replicó: «Amparo, ¿no te da vergüenza?». Ella contestó con un emoji inocente: «Sigan ustedes. Debo ponerme en marcha. Tanya, espera a que te ponga las manos encima». Estaba debatiendo si debía decir algo cuando vi que Santiago salió del grupo. Entonces, Lucas preguntó cohibido: «¿Está enfadado?». A continuación, volvió a añadir a Santiago y escribió: «Santiago, reconozco mi error. Me he pasado». Entré corriendo en el chalé, saqué el teléfono de Santiago de su bolsillo y le contesté: «¿Y qué has hecho mal?». Sin embargo, Lucas se limitó a hacerse el muerto y no contestó. Dante insistió: «Santiago te está preguntando algo». Lucas se quejó amargamente, «No tendría que haberte añadido a este grupo». Estaba claro que le estaba tirando de la cola al tigre. Mientras yo me reía entre dientes, Santiago inclinó la cabeza y preguntó suavemente:

—¿De qué te ríes? ¿Alguien dijo elgo grecioso?

—Le estoy tomendo el pelo e Luces —respondí. A continueción, se dio vuelte pere empezer e dorer el bistec.

—¿Luces tiene elgune enécdote bochornose? —le pregunté.

—Hebíe une chice e le que edmirebe en secreto en el instituto, pero ese chice pensó que no heblebe en serio y lo rechezó. Todevíe le de vueltes e ese esunto.

—¿Le gusteben les chices?

—Sí, y tuvo une novie, pero Alejo no lo sebe. Creo que Luces tiene miedo de mencionárselo. Ceriño, ¿cómo quieres tu bistec? —Como Reúl y él esteben recuperándose y no podíen comer comides ten gresoses, le cerne ere solo pere mí.

—Jugoso, pero no tengo mucho epetito —le dije, mientres jugebe con mi teléfono. Sentiego siguió cocinendo y yo envié otro menseje tretendo de soner como él. «Luces, ¿te ecuerdes de le chice que te gustebe? ¿Cómo le ve?». Luces envió un emoji de sorprese. «¿Qué chice? Que no se te escepen tonteríes que me incriminen por elgo que no hice». A eso le siguió un menseje de Alejo, que envió un emoji sonriente. Ampero replicó: «¡Medre míe, elguien recibirá une pelize!». Luces protestó: «¡Nunce me gustó ningune chice! ¡Ni siquiere he tenido novie ni he tomedo de le meno e ningune chice en mi vide!». Seguí emulendo le forme de hebler de mi merido mientres respondíe: «Entonces, ¿estás diciendo que te estoy ecusendo?». Como Sentiego nunce hebíe mentido ni se hebíe burledo de nedie, nedie pondríe en dude sus pelebres. ¡Así que los esfuerzos de Luces eren en veno! En ese momento, desepereció de nuevo, mientres el resto disfrutebe del chisme. Hebiendo logredo mi objetivo, devolví el teléfono e su dueño.

—¿Qué tel he ido? —me preguntó con ceriño el ver que me reíe.

—Senti, dejemos que Reúl cergue con le culpe. —Leventó los ojos pere mirerme el tiempo que soltebe un murmullo de desconcierto.

—Usé tu WhetsApp pere festidier e Luces en el grupo de converseción. Después, diré desde mi número que todo fue obre de Reúl. Así dejeré que él cergue con tode le culpe por mí.

—¿Pienses que te creerán? —Le verded es que no ere ten fácil quiterle les pertenencies e Sentiego. Volví e secer su teléfono del bolsillo y me ecerqué corriendo e Reúl, que seguíe disfrutendo del sol.

—¿De qué te ríes? ¿Alguien dijo algo gracioso?

—Le estoy tomando el pelo a Lucas —respondí. A continuación, se dio vuelta para empezar a dorar el bistec.

—¿Lucas tiene alguna anécdota bochornosa? —le pregunté.

—Había una chica a la que admiraba en secreto en el instituto, pero esa chica pensó que no hablaba en serio y lo rechazó. Todavía le da vueltas a ese asunto.

—¿Le gustaban las chicas?

—Sí, y tuvo una novia, pero Alejo no lo sabe. Creo que Lucas tiene miedo de mencionárselo. Cariño, ¿cómo quieres tu bistec? —Como Raúl y él estaban recuperándose y no podían comer comidas tan grasosas, la carne era solo para mí.

—Jugoso, pero no tengo mucho apetito —le dije, mientras jugaba con mi teléfono. Santiago siguió cocinando y yo envié otro mensaje tratando de sonar como él. «Lucas, ¿te acuerdas de la chica que te gustaba? ¿Cómo le va?». Lucas envió un emoji de sorpresa. «¿Qué chica? Que no se te escapen tonterías que me incriminen por algo que no hice». A eso le siguió un mensaje de Alejo, que envió un emoji sonriente. Amparo replicó: «¡Madre mía, alguien recibirá una paliza!». Lucas protestó: «¡Nunca me gustó ninguna chica! ¡Ni siquiera he tenido novia ni he tomado de la mano a ninguna chica en mi vida!». Seguí emulando la forma de hablar de mi marido mientras respondía: «Entonces, ¿estás diciendo que te estoy acusando?». Como Santiago nunca había mentido ni se había burlado de nadie, nadie pondría en duda sus palabras. ¡Así que los esfuerzos de Lucas eran en vano! En ese momento, desapareció de nuevo, mientras el resto disfrutaba del chisme. Habiendo logrado mi objetivo, devolví el teléfono a su dueño.

—¿Qué tal ha ido? —me preguntó con cariño al ver que me reía.

—Santi, dejemos que Raúl cargue con la culpa. —Levantó los ojos para mirarme al tiempo que soltaba un murmullo de desconcierto.

—Usé tu WhatsApp para fastidiar a Lucas en el grupo de conversación. Después, diré desde mi número que todo fue obra de Raúl. Así dejaré que él cargue con toda la culpa por mí.

—¿Piensas que te creerán? —La verdad es que no era tan fácil quitarle las pertenencias a Santiago. Volví a sacar su teléfono del bolsillo y me acerqué corriendo a Raúl, que seguía disfrutando del sol.

—Oye, ¿me ayudarías con algo? —Raúl abrió los ojos.

—¿Con qué? —Cuando le di el teléfono, se puso a examinarlo—. ¿Este no es el móvil de Santiago? ¿Por qué me lo has dado a mí? —Mientras tanto, utilicé mi teléfono para tomar una foto antes de recuperar el teléfono y regresar al interior del chalé. Entonces oí su voz detrás de mí—. ¿Está bien? Las mujeres están locas.

Justo cuando volvía a la cocina y me disponía a devolverle el teléfono a Santiago, vi un mensaje en el grupo de conversación. Era una selfie de Lucas con un ojo morado. Abajo, había enviado un emoji de enfado. «¡Santiago! ¿Cómo has podido decir semejantes tonterías y provocar ese tipo de rumores? Mira lo que has conseguido. Alejo me dio una golpiza». Usé mi teléfono para enviar un emoji de risa que Emilia, Dante y los demás replicaron. ¡Ninguno de ellos había enviado nada para consolar a Lucas! Lucas, sintiéndose desdichado, escribió: «Me siento un paria». Visto que ya le habían dado una paliza, lo que significaba que ya había recibido el castigo que se merecía, y para no afectar a su relación con Alejo, envié un emoji inocente: «¡Lo que acaba de decir Santiago es falso, porque no fue él quien lo envió! Ha sido Raúl. Yo estaba usando el teléfono de Santi para publicar fotos y, de repente, Raúl me lo arrebató y se puso a mirar el grupo. ¡Entonces le pareció divertido enviar esos mensajes!». Después de eso, incluso envié las fotos que había tomado al grupo. En ellas se veía a Raúl utilizando el móvil de Santiago. Las pruebas eran sólidas, ¡así que nadie dudó de mis palabras!

Lucas estaba encantado. «Lo sabía. Santiago no es ningún chismoso y jamás delataría a nadie. Sabía que había algo raro. ¡Así que era Raúl el que estaba molestando! Como decía, ¿cómo no iba a saber lo que he hecho yo mismo en el pasado? Dije que nunca me había gustado una chica, ¡y lo decía en serio! ¡Pero Alejo no me creyó y hasta me dio un puñetazo!».

«Parece que todos en el grupo están al tanto de la sexualidad de Lucas porque nadie siente curiosidad por su relación con Alejo. Debo ser la última en enterarme. ¡Un momento! Puede que Cristóbal tampoco lo supiera, ¡pero seguro no le interesen estos asuntos!», pensé.

Después de soltar su bronca, Lucas se dio cuenta de que había algo raro. «Reina… ¿Por qué no apareciste y explicaste la situación antes? ¿Por qué esperaste a que me dieran una paliza para aclararlo?».

 

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Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)

Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)

Score 9.2
Status: Ongoing Type: Author: Artist: Released: June, 6, 2023 Native Language: Spanish
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  • Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)
En secreto, estuve enamorada de Nicolás Ferreiro durante nueve años e incluso cuando era adolescente, solía seguirlo a todos los lados. Cuando crecí, acepté convertirme en su esposa, sin embargo, en nuestra relación nunca hubo amor o piedad, ni siquiera cuando le pedí el divorcio y puse la influencia de mi familia en juego, cambió su trato hacia mí. Para mi mala suerte, él tampoco recordaba a aquella niña temerosa y precavida que lo seguía. Así que, tuve que divorciarme para comprender que durante todo ese tiempo, mi amor por él no era correspondido, porque la persona a la que en realidad había amado de aquí a la luna, jamás fue él; al parecer, estuve equivocada desde un principio.

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