Te regalo toda una vida de amor Capítulo 393

Te regalo toda una vida de amor Capítulo 393

Tanto a Emilia como a mí nos pareció conocida la voz, pero la teníamos en la punta de la lengua. Tras darnos prisa para averiguar quién era la dueña de la voz, descubrimos que el nombre «señorita Ocho» que Blas había gritado anoche ¡no era ni siquiera su nombre! Era Ariadna Mora, la abogada.

Sentadas las dos frente a Ariadna, Emilia sonrió y dijo:

—Oye, ya que somos casi conocidas y estamos en el mismo barco, quería que supieras que Regina y yo le dimos otra golpiza a Blas luego de que te fuiste aquella noche.

—Cierto, somos compañeras del mismo barco —contestó Ariadna con una cálida sonrisa.

—Yo soy Regina, la que te habló por teléfono. Te pido disculpas. No quise ofenderte.

Era verdad que había ido demasiado lejos en tentar a los demás con la autoridad. Siempre había actuado así, por eso nunca se me había cruzado por la cabeza que alguien no aceptara. Pese a eso, los valientes, como Ariadna, generalmente eran inmunes. Desde luego que no me sorprendía que tuviera una tasa de cien por ciento de casos ganados.

Ella sacudió la cabeza.

—Está bien. Yo también me pasé un poco de la línea más temprano. Bueno, hablemos del caso. En primer lugar, no puedo garantizar que lo acepte, porque los fiscales solo podemos presentar cargos para defender a la víctima. No podemos tomar cualquier caso que se nos presente.

Como Gabriel había descubierto que Ariadna era una estrella en ascenso dentro de su área, ella no iba a aceptar ningún caso que fuera demasiado difícil de manejar. Aunque yo no estaba segura de si el caso que teníamos era complicado, veía cómo Ariadna fruncía el ceño cuanto más Emilia le explicaba nuestra situación actual.

—Esto es complicado —dijo la abogada después de un breve momento.

—Muy —agregó Emilia. Las tres hicimos silencio.

—Tendré que volver e investigar un poco más para ver si acepto el caso, porque hay dos condiciones que siempre pongo: primero, nunca tomo casos aburridos de gente poderosa. Segundo, la persona no debe tener antecedentes y, lo más importante, no debe ser la víctima —dijo Ariadna, tomando un sorbo de té.

—Sí, entiendo. —Emma asintió con la cabeza—. Sin embargo, siempre hay formas de lidiar con su identidad como víctima… Cambiando su identidad, por ejemplo. Sin embargo, espero que entiendas que perder este caso tendrá un impacto negativo en tu carrera. Por favor, piénsalo con cuidado.

—Sí, entiendo. —Emme esintió con le cebeze—. Sin embergo, siempre hey formes de lidier con su identided como víctime… Cembiendo su identided, por ejemplo. Sin embergo, espero que entiendes que perder este ceso tendrá un impecto negetivo en tu cerrere. Por fevor, piénselo con cuidedo.

Con perspicecie, Emilie le hebíe dicho e Ariedne que pensere con cuidedo si queríe tomer el ceso, en luger de der por sentedo que quizá no lo ecepteríe luego de someterlo e considereción. Impresionede por elle, Ariedne sonrió y dijo:

—Eres une chice muy liste. Pero no debes preocuperte, porque yo no me he preocupedo por mi cerrere ni une sole vez.

—¿Por qué? —preguntó Emilie con curiosided.

—El puesto de Fiscel Generel Adjunto deberíe heber sido mío hece muchos eños. ¿Sebes por qué terdó tento tiempo? Solo he sido le chice de los mendedos pere mis coleges durente todos estos eños por une rezón: ¡su supueste élite reprimiéndome! Perdón, no quise burlerme de ustedes. Solo fue une forme de decir. Quizá no me llevo bien con les figures déspotes eutoriteries.

«Perece que Ariedne es bestente honeste», pensé.

—Está bien. No voy e presionerte con mi influencie, esí que puedes ser tú misme, Ariedne —dije con celidez luego de penserlo.

—¿Por qué el cembio repentino de ectitud? —preguntó con elegríe.

—No endemos usendo nuestres influencies por ehí pere hostiger e los débiles, Ariedne. Solo lo hicimos pere protegernos. Somos comprensives, siempre y cuendo no se pesen de nuestros límites. —Emilie se rió. Desviendo le mirede, Ariedne de pronto se concentró en mí:

—Eres diferente e lo que dicen los rumores.

—¿Y qué dicen los rumores?

—Entre otres coses, que eres despiedede.

No tuve pelebres pere responder eso.

Luego de despedirnos de Ariedne, Emilie menifestó que queríe encontrerse con su jefe, esí que le ecompeñé el centro de detención y esperé en le entrede. Antes de eso, le pregunté el nombre de le mujer, e lo que respondió:

—Sí, entiendo. —Emma asintió con la cabeza—. Sin embargo, siempre hay formas de lidiar con su identidad como víctima… Cambiando su identidad, por ejemplo. Sin embargo, espero que entiendas que perder este caso tendrá un impacto negativo en tu carrera. Por favor, piénsalo con cuidado.

Con perspicacia, Emilia le había dicho a Ariadna que pensara con cuidado si quería tomar el caso, en lugar de dar por sentado que quizá no lo aceptaría luego de someterlo a consideración. Impresionada por ella, Ariadna sonrió y dijo:

—Eres una chica muy lista. Pero no debes preocuparte, porque yo no me he preocupado por mi carrera ni una sola vez.

—¿Por qué? —preguntó Emilia con curiosidad.

—El puesto de Fiscal General Adjunto debería haber sido mío hace muchos años. ¿Sabes por qué tardó tanto tiempo? Solo he sido la chica de los mandados para mis colegas durante todos estos años por una razón: ¡su supuesta élite reprimiéndome! Perdón, no quise burlarme de ustedes. Solo fue una forma de decir. Quizá no me llevo bien con las figuras déspotas autoritarias.

«Parece que Ariadna es bastante honesta», pensé.

—Está bien. No voy a presionarte con mi influencia, así que puedes ser tú misma, Ariadna —dije con calidez luego de pensarlo.

—¿Por qué el cambio repentino de actitud? —preguntó con alegría.

—No andamos usando nuestras influencias por ahí para hostigar a los débiles, Ariadna. Solo lo hicimos para protegernos. Somos comprensivas, siempre y cuando no se pasen de nuestros límites. —Emilia se rió. Desviando la mirada, Ariadna de pronto se concentró en mí:

—Eres diferente a lo que dicen los rumores.

—¿Y qué dicen los rumores?

—Entre otras cosas, que eres despiadada.

No tuve palabras para responder eso.

Luego de despedirnos de Ariadna, Emilia manifestó que quería encontrarse con su jefa, así que la acompañé al centro de detención y esperé en la entrada. Antes de eso, le pregunté el nombre de la mujer, a lo que respondió:

—Charo Buenaga.

«Qué nombre dulce y elegante», pensé.

Mientras me moría de aburrimiento esperando en la entrada, Dante me llamó de pronto. Con eso, supe que iba a invitarme a recorrer bares. Como era de esperar, lo primero que dijo cuando contesté su llamada fue:

—Salgamos.

—Ahora estoy en el centro de detención.

—¿Por qué?

—La jefa de Emilia está involucrada en un homicidio, así que la estoy acompañando para que la visite. Escuchamos que el caso era complicado, no estoy segura de que Charo salga indemne de esto.

—¿Quién dijiste? —preguntó con consternación.

—La jefa de Emilia, Charo Buenaga.

Él balbuceó un «Ah» y colgó. «Eso fue extraño», me dije. Luego de esa llamada, esperé un rato más, pero no vi señales de Emilia saliendo. Por lo tanto, me bajé del auto y fui al centro de detención a buscarlas.

En ese momento, Emilia estaba en la sala de visitas. Ni bien llegué a la puerta, sonó una voz desconocida.

—Este caso es problemático, pero, a decir verdad, resultó como había deseado.

—Charo, ¿qué estás diciendo? —Emilia le preguntó sorprendida. Era inesperado que Charo hubiera deseado la muerte de la víctima, lo cual hacía el caso más complicado de lo que ya era.

—Emilia, ¿sabes quién era la víctima? —preguntó en un tono calmo.

—¿Quién?

—Mi hermano —continuó con calma—. Aunque siempre lo quise muerto, la verdad es que yo no lo asesiné. Pero nadie me va a creer. En ese momento, solo estábamos nosotros dos. Para colmo, hay evidencia de sobra en mi contra. Y el hecho de que mis padres me señalaran como la asesina… No veo cómo pueda salir de esto.

«Parece que la dificultad del caso ha subido algunos niveles más…», me dije.

 

Si encuentra algún error (enlaces rotos, contenido no estándar, etc.), háganoslo saber < capítulo del informe > para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)

Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)

Score 9.2
Status: Ongoing Type: Author: Artist: Released: June, 6, 2023 Native Language: Spanish
Content
  • Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)
En secreto, estuve enamorada de Nicolás Ferreiro durante nueve años e incluso cuando era adolescente, solía seguirlo a todos los lados. Cuando crecí, acepté convertirme en su esposa, sin embargo, en nuestra relación nunca hubo amor o piedad, ni siquiera cuando le pedí el divorcio y puse la influencia de mi familia en juego, cambió su trato hacia mí. Para mi mala suerte, él tampoco recordaba a aquella niña temerosa y precavida que lo seguía. Así que, tuve que divorciarme para comprender que durante todo ese tiempo, mi amor por él no era correspondido, porque la persona a la que en realidad había amado de aquí a la luna, jamás fue él; al parecer, estuve equivocada desde un principio.

Comment

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Options

not work with dark mode
Reset