Te regalo toda una vida de amor Capítulo 363

Te regalo toda una vida de amor Capítulo 363

Mi madre había dicho que yo era una persona que daba lástima. Seguía sin entender por qué me había hecho ese comentario, pero esa no era una prioridad: en ese momento, lo más importante era consolar a Santiago. Lo abracé con fuerza.

—Santi, jamás podría ignorarte. La verdad es que no sabía cómo mirarte a la cara. Tenía miedo de que me echaras la culpa por esta tragedia —confesé en voz baja. Mis palabras hicieron que él comenzara a respirar con dificultad. Levanté la cabeza y le besé el mentón—. Te quiero, Santi. No importa qué pase, mi amor por ti nunca cambiará. Jamás. Te prometo que nunca te voy a abandonar.

En cuanto esas palabras terminaron de salir de mis labios, él me besó con pasión. Su aliento casi me quemó la piel y su beso estuvo a punto de ahogarme. En el pasado, cuando estaba con Nicolás, muy rara vez nos besábamos. Cuando comencé a salir con Santiago, me contenía, por lo que suponía que mi habilidad para besar rondaba, como mucho, el promedio. Aun así, superaba a Santiago, que no tenía experiencia. Al menos eso era lo que creía. No obstante, cada vez que nos besábamos, él me conquistaba. Esa vez, sin embargo, no fue más lejos. Después de besarme, me soltó y me mantuvo entre sus brazos. Al fin y al cabo, estábamos en un funeral y hubiera sido inapropiado hacer algo más.

José tenía razón: un poco de afecto era lo único que Santiago necesitaba. Con una pizca de cuidado y amor de mi parte fue suficiente para satisfacerlo. Se quedó un buen tiempo frotando su mejilla contra la mía, como si fuésemos gatos; algo que nunca antes había hecho. No mucho rato después, se quedó dormido, lo que me dio la pauta de que estaba sobrepasado de agotamiento. Por miedo a despertarlo, no me atreví a mover ni un pelo, pero, media hora más tarde, mi cuerpo exclamaba de dolor por el entumecimiento. Las piernas, en especial, ya habían perdido casi por completo la sensibilidad, pero me mordí los labios y aguanté. Cuando él despertó, dos horas más tarde, yo tenía el cuerpo agarrotado. Al ver que yo estaba en la misma posición que cuando él se había dormido, se levantó deprisa y me ayudó a ir a la cama. Entonces, tras asegurarse de que yo estaba cómoda, preguntó:

—¿Por qué no me despertaste, Reina?

—Ese es el punto, que no quería despertarte —respondí. Él me miró con amor.

—No era necesario. —Me acarició la mejilla—. Mañana por la mañana será el entierro. Después de eso, regresaré a Bristonia por un tiempo y luego nos iremos a Finlandia con los niños.

—¿Nos llevarás a Finlandia? —solté abruptamente.

Santiago solo llevaba puesta una camisa de color negro. Miró la luna afuera, que colgaba en lo alto del cielo, y me explicó:

—Prometí mostrarte todo sobre mí. No quiero que volvamos a estar separados. Permanecerás a mi lado y haré todo lo que pueda para mantenerte a salvo; alternaremos entre Bristonia y Finlandia. Antonio puede manejar los asuntos de la familia Genova y, en caso de que algo se complique, te haces cargo tú. No hay apuro.

—Me parece bien. —Cualquier cosa que propusiera me parecía bien, ya que tenía miedo de que me dejara atrás.

—Compraremos algunos juguetes para los niños y contrataremos niñeras. Pero no muchas, no quiero que nos molesten. —Aún estábamos allí, en medio del funeral, pero él ya estaba planificando nuestra vida en Finlandia.

En el pasado solía ser frío y distante, pero en ese momento era un hombre como cualquier otro. Un hombre de familia. De hecho, estaba hablando de llevar una vida normal, lo que me alegró mucho oír.

—Lo que tú digas —respondí. Él esbozó una sonrisa radiante.

—Esto es genial.

—¿Qué cosa?

—Tener una familia.

Él había perdido a su madre, pero aún le quedábamos yo y nuestros hijos, por lo que seguía teniendo una familia. Al fin se daba cuenta de eso.

—Siempre la tendrás, Santi. Nos tienes a nosotros.

—Sí, los tengo a ustedes.

Santiago regresó al salón y yo aproveché para escribirle a Gabriel: «Trae a los niños a la residencia. A la residencia Genova». Le envié la ubicación. Los niños no irían allí por Elisa, dado que yo la odiaba, aunque ya no estuviera. Lo hacía por quienes aún estaban vivos. Lo hacía por Santiago, porque quería que se sintiera, aunque sea, un poquito mejor.

Cuando Gabriel llegó con los niños, ya era casi medianoche. Me sorprendió ver que Emilia se había sumado al viaje.

—Un momento, ¿qué haces aquí? —pregunté asombrada—. O, mejor dicho, ¿de dónde conoces a mi asistente?

—Oye, Santiago me pidió que viniera. Dijo que podrías querer tenerme cerca.

¿Santiago le había dicho que fuera para que pudiera tener la compañía de una amiga? Me dio intriga su explicación, así que indagué:

—Es que partiremos mañana por la mañana, ¿no te parece una pérdida de tiempo?

—¿No me digas? Pero él me escribió esta mañana, solo que tenía cosas que hacer y debí posponerlo. De todos modos, cuando venía hacia aquí me crucé son el señor Reynosa y decidí saludarlo; pensé que luego tomaríamos cada cual su camino, pero no. ¡Ah!, pero sucedió algo bueno: ¡Pedro acaba de decirme «tía»!

—¿Tú le enseñaste? —inquirí mientras tomaba al niño de sus brazos.

—El señor Reynosa lo hizo. El niño es muuuy inteligente. Lo amo. ¿Qué te parecería que yo fuera su madrina?

—Ni siquiera eres una adulta. —Me negué volteando los ojos.

—Sí lo soy. Ya estoy casada. Eso me convierte en una adulta —se quejó Emilia.

—Bueno, bueno. Lo eres —concedí, pero igual rechacé su oferta y ella no insistió.

—Está bien; si no puedo ser su madrina, seré su tía buena onda.

No tuve ningún problema con eso. En mi opinión, ella era demasiado joven para ser la madrina de otra persona. Le pedí que me acompañara al dormitorio de Santiago, y poco después apareció él.

—¿Quién los trajo? —preguntó sorprendido al ver a los niños.

—El señor Reynosa, por órdenes mías —expliqué. Él tomó a Rita, que estaba conmigo, y la niña, como siempre, se quedó tranquila en sus brazos. «Adorable», pensé. Con tono cálido, continué—: Quiero que estén presentes en el funeral. Espero que no sea demasiado repentino.

—¿Quieres que estén en el funeral? —Mi plan lo desconcertó un poco.

—Al fin y al cabo, son sus nietos mayores —dije.

Santiago entendió a qué me refería y me agradeció en silencio. Luego se fue con Rita y yo salí tras él un momento después cargando a Pedro. Cuando salí, lo vi de pie bajo el arce, levantando a la niña para que pudiera tocar las hojas. Ella, desde la comodidad de los brazos de su padre, agarraba las hojas y las apretaba con fuerza mientras se reía y se comunicaba con él balbuceando.

—¿Te estás divirtiendo, Rita? —La chiquilla no dejaba de reír. Santiago la consentía mucho más que al taciturno Pedro. Después de un rato, le alcancé al niño y él me dio a Rita, pero, cuando quiso jugar con su hijo de la misma manera, el pequeño no mostró ningún interés en las hojas del árbol—. Es silencioso —dijo con el ceño fruncido. «Piensa que es aburrido», me dije, y me apresuré a explicarle:

—Solo es un poco más maduro que la mayoría de los bebés. —Con un gruñido, puso al niño en brazos de Emilia tras haberlo sostenido durante menos de un minuto. Se aseguró de que estuviera en buenas manos y se fue del patio. Yo dejé escapar un suspiro—. Emilia, ¿crees que Pedro es un niño poco interesante? —indagué. Pero la joven no compartía la opinión de Santiago, sino todo lo contrario.

—Ah, yo lo adoro. Es un niño callado. Sabe cómo alegrar a las personas sin ser tan descarado como su hermana.

«Niña, ¿te llamó “tía” una vez y ya te pones de su lado?», pensé y solté una risita.

—Oye, Rita te está escuchando. No quieres que te trate mal después, ¿no? No digas que no te avisé. —Estaba segura de que iba a estar de acuerdo conmigo, pero me sorprendió con una respuesta impactante al comentar con liviandad:

—No importa, entonces tendré mi propia hija.

—Un momento, ¿estás embarazada? —dije casi sin aliento.

 

Si encuentra algún error (enlaces rotos, contenido no estándar, etc.), háganoslo saber < capítulo del informe > para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)

Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)

Score 9.2
Status: Ongoing Type: Author: Artist: Released: June, 6, 2023 Native Language: Spanish
Content
  • Te regalo toda una vida de amor (Nicolás Ferreiro)
En secreto, estuve enamorada de Nicolás Ferreiro durante nueve años e incluso cuando era adolescente, solía seguirlo a todos los lados. Cuando crecí, acepté convertirme en su esposa, sin embargo, en nuestra relación nunca hubo amor o piedad, ni siquiera cuando le pedí el divorcio y puse la influencia de mi familia en juego, cambió su trato hacia mí. Para mi mala suerte, él tampoco recordaba a aquella niña temerosa y precavida que lo seguía. Así que, tuve que divorciarme para comprender que durante todo ese tiempo, mi amor por él no era correspondido, porque la persona a la que en realidad había amado de aquí a la luna, jamás fue él; al parecer, estuve equivocada desde un principio.

Comment

  1. tlovertonet says:

    I love the efforts you have put in this, thankyou for all the great posts.

  2. Glad to be one of many visitants on this amazing internet site : D.

  3. A person necessarily lend a hand to make significantly articles I might state. This is the very first time I frequented your website page and up to now? I surprised with the research you made to make this particular post amazing. Excellent job!

  4. Boostaro says:

    This is the right blog for anyone who wants to find out about this topic. You realize so much its almost hard to argue with you (not that I actually would want…HaHa). You definitely put a new spin on a topic thats been written about for years. Great stuff, just great!

  5. I really like your writing style, fantastic info , regards for putting up : D.

  6. fitspresso says:

    I saw a lot of website but I think this one has something extra in it in it

  7. hello!,I love your writing so much! percentage we be in contact extra approximately your post on AOL? I need an expert on this space to unravel my problem. Maybe that is you! Having a look forward to see you.

  8. You have brought up a very wonderful details, appreciate it for the post.

  9. Boostaro says:

    I really like your writing style, fantastic information, regards for putting up :D. “All words are pegs to hang ideas on.” by Henry Ward Beecher.

  10. Renew review says:

    A person essentially help to make seriously articles I would state. This is the very first time I frequented your website page and thus far? I surprised with the research you made to create this particular publish amazing. Wonderful job!

  11. I am really loving the theme/design of your blog. Do you ever run into any web browser compatibility problems? A small number of my blog visitors have complained about my website not operating correctly in Explorer but looks great in Firefox. Do you have any tips to help fix this issue?

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Options

not work with dark mode
Reset