Tu Leti Ya Está Muerta Llámam Leticia Capítulo 559

Capítulo 559 

“Cariño!“. Leticia corrió hacia adelante, levantó a Yolanda y le dio varios besos en la mejilla. Yolanda estaba tan feliz. 

Pero ella no se movió mucho en el cuerpo de su madre, preocupada de cansarla. 

Después de besar a Yolanda, Leticia quiso abrazar a Emilio. 

“Solo bésame así, no es necesario abrazarme“. Emilio le miró la rodilla y levantó la cara. 

Muy serio pero también súper adorable a la misma vez. 

El corazón de Leticia parecia lleno de flores en ese momento. 

Le dio más besos a Emilio. 

En ese momento, Emilio tenía mucha presión y muchas preocupaciones. 

“Emilio, ¿has estado desvelado últimamente? Me parece que te ves pálido“. Leticia lo miró atentamente y frunció el ceño, estaba preocupada. Tus labios tampoco tienen color“. 

“No“. Emilio negó con la cabeza. “La cena está lista, mamá. Come primero“. 

Le preocupaba que Leticia tuviera hambre. 

Emilio había visto cómo era Leticia cuando tenía niveles bajos de azúcar en la sangre. 

Así que siempre que estaba con Leticia, prestaba especial atención a la hora de comer. 

Luego agregó: “Yolanda lavó todos los ingredientes para la cena, es una cena hecha con amor“. 

Yolanda estaba de pie a un lado, sonrojada. 

“Ya tienen a mamá y se olvidaron de la bisabuela. He estado parada aquí durante tanto tiempo y ninguno de ustedes me abraza o me besa“. Leira dijo celosamente al bajar del coche. 

“Bisabuela, ya te abrazamos y besamos muchas veces al día“. Emilio respondió honestamente. 

Uno de los guardaespaldas detrás de Leira se rio en voz baja. 

Leira se dio la vuelta. 

Inmediatamente bajó la cabeza y se cubrió la boca. 

“¡Yo lo hago! ¡Voy a abrazar y besar a la abuela Leira!“. En ese momento, Dulcia salió corriendo de la casa, llevando un delantal. “¡Deténganla! ¡Deténganla!“. Leira ordenó a los guardaespaldas, preocupada. 

El ambiente era muy alegre. 

Sin embargo, esa alegría se detuvo en la entrada de la casa. 

Leonardo se había cortado el cabello y se veía guapo y fresco. 

“Sr. Soler, veo que también está aquí“. Leticia siguió la mirada de Leonardo y vio a Hazel trayendo la comida desde la cocina. 

“Cuñada, llámame Hazel, solo Hazel“, dejó la deliciosa comida en la mesa. 

Cuando Hazel la llamó cuñada, Leonardo se enojó aún más y fulminó a Leticia con la mirada. 

Leticia no pudo evitar reírse y le preguntó: “¿Quién es este guapo? ¿Cómo terminó en mi casa?” 

Leonardo: “.. 

“Sólo me corté el cabello, no es para tanto“. 

“Mamá!“. En ese momento, Yolanda corrió hacia Leticia y tomó su mano. “¡Mamá, mi padrino es tan genial! ¡Él hizo esto, esto y esto!“. Leonardo: “.. 

Se enojó de nuevo. 

“¿Qué tiene de importante? Si me lo propongo, también puedo hacerlo“. 

Leonardo podía cocinar, pero su comida no era tan buena como la de Hazel, y no sabía hacer platos de fondo. 

“¡Tío, no lo intentes!“. Yolanda se lo tomó en serio y abrazó el brazo de Leonardo. “Las ollas son caras“. 

Leonardo: “.. 

¡Qué vergüenza! 

Una vez había quemado una olla frente a Yolanda. 

“Buena niña“. Leonardo levantó a Yolanda. “Déjame decirte, en realidad, era que la calidad de la olla era mala, no que yo cocinara mal. Malinterpretaste 

eso“. 

Leticia casi se ríe en voz alta. 

Emilio, viendo que todos estaban hablando y nadie se sentaba a comer, fue a buscar a Leira y la sentó, luego hizo lo mismo con Leticia. Finalmente, la cena comenzó sin problemas. 

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No estaban remodelando la casa en la Calle Firmiana? ¿Cómo va eso?“. Leticia preguntó mientras comía. 

Hazel dejó su tenedor.