Tu Leti Ya Está Muerta Llámam Leticia Capítulo 539

Capítulo 539 

Leonardo retrocedió dos pasos de repente y exclamó sorprendido: “¿Cuñado? Dulcia, ¿cuándo te casaste? No, espera, ¿cuándo empezaste a salir con alguien? ¿No siempre estuviste soltera?“. 

“¡En nuestra familia, aparte de esos dos chicos, tú eres el único soltero!“, Dulcia le dijo con afecto. “No te preocupes, todavía eres joven, no hay prisa“. Leonardo se sintió devastado. 

Tenía dos hermanas, elegantes y hermosas, mujeres exitosas en sus carreras; ellas eran su orgullo. 

En Internet, siempre presumía de ellas con orgullo. 

Pero ahora, en solo unos días: ¡Una había sido seducida por el padre de los niños! 

¡La otra se había casado rápidamente! 

“Dios mío…“, murmuro Leonardo. 

“Ustedes sigan charlando, yo llevaré el almuerzo“, dijo Hazel amablemente. “¿Israel ya despertó?” 

“Si“, asintió Leticia. 

Entonces Hazel se fue. 

Al verlo alejarse, Leonardo hablo de inmediato: “¿Cómo pueden hacer tal cosa?! ¿Casarse sin consultarlo con la familia primero? ¡Por lo menos, por lo menos deberían haberlo traido a casa para conocerlo, evaluarlo!” 

¿También vas a evaluar al esposo de tu hermana?“, Dulcia le reprochó. 

“¡Se ve que es un mujeriego!“, se quejó Leonardo. “Mira sus ojos. ¿Quién sabe cuántas mujeres ha seducido antes? ¡Habla de una forma muy indirecta, y quiere que le llame hermano!“. 

“¿Qué decía sobre Israel antes?“, Dulcia le lanzó una mirada a Leticia y se respondió: “Que también era un mujeriego, ¿no?” 

“Basta ya“, Leticia se aguantó la risa. 

Ella sabía que Leonardo no estaba actuando de esta manera porque estaba enamorado de ella o de Dulcia. 

Después de tantos años juntos, todos ya eran como una familia. 

Él era el hermano pequeño que no quería que sus hermanas se casaran, y siempre encontraba algo en qué pelear con sus cuñados. 

“¡Bien! De todos modos, mi opinión nunca les importa, así que me voy con Emilio y Yolanda. Hagan lo que quieran!“. 

Leonardo ya estaba realmente enojado, salió del lugar sin importarle que Dulcia lo llamara. 

Ya tenía problemas con Israel, ¡y ahora viene un cuñado desconocido! ¡Quién lo aguanta! 

“Cuando celebremos nuestra boda, seguro que Leonardo llorará“, dijo Dulcia mientras abrazaba sus brazos y miraba a Leonardo alejarse, pensando que su cabello era demasiado largo y lucía desordenado. 

“Mientras no intente llevarse a la novia, todo bien“, Leticia se abrazó al brazo de Dulcia. “¿No te dije que no vinieras todos los días? ¿No te cansas?” 

“No me canso, porque alguien me lleva y me trae“, Dulcia dijo con tono provocador. 

Leticia no pudo evitar reírse. 

Aunque aún tenía preocupaciones en su mente. 

Cindia, Bajo la cabeza, ocultando la ira en sus ojos. 

La dirección que le había dado Leonardo era la de una pequeña villa. Esa casa fue un regalo de Israel para ella. 

Un accidente automovilístico y, más tarde, una explosión. 

Ahora, ella le debía la vida a Israel dos veces. 

Al regresar a la habitación del hospital, Hazel ya había sacado y arreglado las cajas de comida. 

“¿Dónde está el hermanito Leonardo?“, preguntó. 

“Fue a cortarse el cabello“, respondió Leticia. 

“Pensé que el peinado que tenía era una rebeldía propia de la edad“, bromeó Hazel. 

“Hazel, en realidad, Leonardo solo es un año menor que tú“, dijo Leticia en tono serio. Luego miró a Dulcia. 

Todos sabían que Hazel era más joven que Dulcia. 

Pero, siendo honestos, al ver juntos a Leonardo y Hazel, parecía como si Dulcia hubiera seducido a Hazel. 

“¿Por qué me miras así?“, preguntó Dulcia a la defensiva. “Si tuviéramos que hablar de seducción, entonces jél me sedujo a mí!“. 

Con todas esas propiedades frente a ella, ¿cómo no considerar eso una tentación?