Tu Leti Ya Está Muerta Llámam Leticia Capítulo 339

Capítulo 339

Emilio no insistió mucho en convencer a su hermana, parecia pensativo

Su hermana quería un celular, y él tenia dinero para comprarselo

Pero, probablemente ella queria contactar a esa persona con el teléfono, ¿verdad?

Después de dudar solo un segundo, Emilio desecho la idea de comprarle un celular a su hermana

Si sus sospechas eran ciertas, entonces nunca queria que su hermana se volviera a encontrar o contactar con esa persona.

Leticia, de camino a la fiesta, estaba algo distraida

No podia creer que, después de tantos años, la Sra. Herrera aún la tenía en su mente.

¿Qué había hecho ella para merecer esto?

La fiesta se llevó a cabo en un viñedo, era el aniversario de bodas de oro de una amiga de Leira.

Cuando Leticia bajo del automóvil, atrajo inmediatamente muchas miradas.

La pareja protagonista se acercó de inmediato.

“¿Eres tú Chelsea?” La Sra. Mendoza, con una cara llena de temura y amor, parecía más joven de lo que realmente era.

“Sra. Mendoza, Sr. Mendoza, felicitaciones por su aniversario de oro”, dijo Leticia mientras entregaba el regalo que Leira había preparado. “Mi abuela está atrapada en el aeropuerto, no puede volar, así que me pidió que les entregara sus felicitaciones”.

“No importa, somos amigos desde hace décadas, no nos preocupamos por las formalidades”, dijo el Sr. Mendoza con una sonrisa.

La Sra. Mendoza examinó a Leticia de arriba abajo: “Esa vieja Leira es increíble, guardando a su nieta tan guapa durante más de veinte años! Si hubiera sabido que tenía una nieta tan guapa, habría luchado por mi nieto inútil”.

La Sra. Mendoza estaba siendo modesta.

Su nieto era un famoso abogado en todo el mundo.

“Abuela, no lo pienses, la Srta. Chelsea ya está casada. En ese momento, una mujer vestida de gala y con joyas se acercó contoneándose.

Rebeca Mendoza era la hija menor de la familia Mendoza y la nieta de la Sra. Mendoza,

“¿Qué?” La Sra. Mendoza se sorprendió y luego regañó a su nieta. “Deja de decir tonterías!”

Lo lei en una revista de chismes, yo también quiero saber si Chelsea está mintiendo”, dijo Rebeca mirando a Leticia con un desafio en su cara.

Leticia no recordaba si habia conocido o no a la Srta. Mendoza.

Y no sabia si la habia ofendido.

Pero si sabia que la Srta. Mendoza la había ofendido.

“Srta. Mendoza, es mejor no prestar atención a los chismes”, dijo Leticia con una sonrisa ligera.

Rebeca quería decir algo más, pero su abuela le tiró del brazo.

La Sra. Mendoza miró a Leticia y dijo: “Vamos a sentarnos adentro, la cena comenzará en breve”.

“Está bien”, dijo Leticia asintiendo suavemente.

Después de ser escoltada por el anfitrión, Leticia entró.

Tan pronto como Leticia se fue, Rebeca estalló: “Abuela, por qué me agarraste!?”

¿Estás loca? La Sra Mendoza le preguntó sin rodeos, “¿Sabes quién es ella? En unos años, Leira le dará todo el control de la familia Banes sin dejar nada atrás. La familia Mendoza ya no es tan poderosa como antes, y ustedes, la generación más joven, son incompetentes. Dependemos de la familia Banes! Leira me dijo que su nieta es rencorosa, así que ten cuidado. Si la ofendes ahora, ella podría echamos a todos de la familia Banes cuando tome el control. ¿Eso es lo que quieres?”

Rebeca apretó los dientes de rabia.

“El caso de adquisición que hice el año pasado cuando me gradué, iba a lograrlo! ¡Pero ella me lo quitó a mitad de camino!”

En aquel entonces, Rebeca acababa de graduarse y estaba ansiosa por demostrar lo que valía.

Cuando comenzó con ese proyecto de adquisición, no paraba de decirle a la gente que esperara su fiesta para celebrar el triunfo.