Tu Leti Ya Está Muerta Llámam Leticia Capítulo 334

Capítulo 334

“Buenos dias”, Emilio empezó a hablar.

“Hermano, creo que anoche estuve sonámbula”, Yolanda dijo medio adormilada, “Terminé en la cama de mami“.

“¿Estás tonta?” Emilio camino hacia ella y le pinchó la frente con el dedo, “Mamá te llevó allí”.

“Ah”.

Yolanda asintió, descalza, y se dirigió a su habitación.

Emilio la siguió, pensando que deberia estar despierta ya, pero quién sabe…

Yolanda se dejo caer en la cama y volvió a dormirse profundamente.

Leticia también estaba muy ocupada ese día. Desayuno con Emilio y luego subió a ver a Yolanda.

“¿Yolanda?”, Leticia la llamó suavemente.

Yolanda apenas abrió los ojos: “Mamá…

“Mamá tiene que irse a trabajar”.

Yolanda se levantó con dificultad, abrazó el cuello de Leticia y le dio un beso en la mejilla, “Mami, ¡buena suerte!”.

Leticia vio que ella apenas podía abrir los ojos.

Le sonrió y la besó de nuevo.

“Bueno, sigue durmiendo”.

Cuando Leticia llegó a la puerta, Yolanda metió la cabeza en la almohada y siguió durmiendo.

Leticia la miró de reojo, con ternura.

Sin embargo, después recordó la escena en la que Israel la abrazó.

Leticia suspiró, cerró la puerta del dormitorio, se cambió de ropa y se fue en coche al trabajo.

Yolanda estuvo fuera todo el día de ayer, gastando mucha energía.

Dormía hasta que el sol le daba en el trasero.

Después de dormir lo suficiente, Yolanda se frotó los ojos y se sentó.

Laura la vio despertar y se acercó a ella sonriendo: “Señorita, ¿estás despierta? ¿Quieres comer pastel?”.

Yolanda asintió. Laura bajó rápidamente a buscar el pastel.

Yolanda se levantó para lavarse la cara y cepillarse los dientes.

Su mirada fue atraída por una pequeña mochila colgada en la cabecera de la cama.

Era la que su tío le había comprado en el parque de diversiones.

Yolanda se puso un poco triste, caminó hacia la mochila, la descolgó y se la puso en la espalda, dándole unas palmaditas con la mano.

Yolanda se detuvo por un momento, dándose cuenta de que había algo dentro de la mochila. Abrió la cremallera, metió la mano y sacó una tarjeta negra con letras doradas.

La tarjeta decía “Concha Capital” y un número de teléfono.

En la tarjeta estaba escrito: Israel, el CEO de Concha Capital, número de teléfono 7xxxxxxx.

Yolanda recordó que, durante la subasta, la mujer llamaba a su tío por el nombre de Israel.

Esa malvada mujer también llamaba al tío Israel.

¡Así que esta es la tarjeta de presentación del tío!

Yolanda tardó unos segundos en reaccionar, pero luego saltó de felicidad.

“Señorita, el pastel ya está aquí”, Laura avisó y Yolanda rápidamente guardó la tarjeta.

Mientras comía el pastel, Yolanda comenzó a pensar.

Aunque tenía la tarjeta del tío, si no tenía un teléfono, ¿cómo iba a contactarlo?

Mientras tanto, el dibujo de Yolanda fue entregado a la casa de Israel.

La dirección que había registrado era su antigua villa, a la que casi no había vuelto en los últimos años.

Después de recibir la llamada, Israel fue a buscarla después de terminar el trabajo.

“Sr. Herrera, esta es la carta de agradecimiento de Yolanda por su apoyo a las actividades benéficas de la educación”.

Israel tomó la carta.