Tu Leti Ya Está Muerta Llámam Leticia Capítulo 144

Capítulo 144

Antes, cuando él vivía por aquí, siempre iba a la empresa con Leticia.

“¿Qué piensas?” Leticia lo miró y preguntó lentamente.

Israel: “Antes…”

“Antes Sr. Herrera no tenía prometida, incluso si otros sospechaban que yo había dormido contigo, tú soltero, yo soltera, a lo más me llamarían interesada, durmiendo contigo por dinero. Pero ahora que tienes una prometida y yo sigo apareciendo contigo, ¿cómo crees que me van a insultar?”

“¿Te importa tanto lo que piensen los demás?” preguntó Israel.

“¡Me importa muchisimo!” ¡Leticia habló con determinación!

Los dos se enfrentaron por un momento.

Israel cedió: “Está bien”.

Letícia no dijo nada y siguió desayunando tranquilamente.

Luego fue a cambiarse de ropa y a maquillarse.

Cuando salió, Israel ya se había cambiado el traje. Ya no tenía la suavidad que tenía cuando llevaba ropa de casa y parecía serio de nuevo.

Él vio a Leticia y le pasó la corbata.

Leticia se acercó y como siempre, le ajustó la corbata: “Sr. Herrera, piense más detenidamente sobre el asunto de la Nueva Energía Co., hay muchos empleados más capaces en la empresa que yo, no es justo que me lo dé directamente”.

Eso era lo que realmente pensaba.

“Ya está decidido, no hace falta que lo menciones de nuevo”.

A

Israel siempre fue de palabra.

Leticia estaba un poco molesta. ¿Por qué volvió a sus viejas costumbres con ella?

“¿En qué piensas?”

Israel le rasguñó la punta de la nariz.

“¡Me he maquillado!”

Leticia, por reflejo, dio una palmada en la mano de Israel.

Sus manos estaban un poco adormecidas, lo que indica la fuerza que había utilizado.

Después de golpearlo, ella se dio cuenta.

Terminado… Israel iba a estallar de nuevo.

Pero para su sorpresa, Israel no se enojó, sino que sonrió: “Eres muy fiera”.

Las mejillas de Leticia se pusieron un poco rojas: “¡Vete ya! ¡Esperaré hasta que te vayas!”

“Un beso”.

Israel se inclinó.

Leticia: “…”

Ella rápidamente le dio un beso a Israel en los labios.

Israel, satisfecho, dejó las llaves del auto a Leticia y se fue feliz.

Letícia se quedó en la puerta, un poco desconcertada.

¿Por qué Israel se había comportado de esa manera?

Cinco minutos después de que Israel se fue, Leticia también salió. Estacionó el auto y justo cuando abrió la puerta, una voz resentida sonó detrás

“¡Leticia!”

Leticia se dio la vuelta.

Vio a Sarina bajándose de otro auto.

de

ella.

Ella tenía el cabello despeinado, sin maquillaje, como si hubiera estado llorando, los ojos hinchados como nueces, la cara también estaba hinchada.

“¿Te pegaron?” preguntó Leticia.

Despreciable!” Sarina aún olía a alcohol, levantó la mano y trató de pegarle una cachetada a Leticia.

Leticia esquivó.

Perdió el equilibrio y cayó en el capó del auto.

El motor acababa de apagarse, asi que el capó todavía estaba caliente.

Sarina gritó y se levantó.

“¿Te volviste loca?” preguntó Leticia frunciendo el ceño.

“¡Síl ¡Volví a enloquecer por tu culpal ¿No dijiste que estar al lado de Israel era tu trabajo? ¿Por qué? ¿Por qué, volviste? ¡Por tu culpa, Israel me expulsó de Concha Capital!”

Leticia no sabía que Sarina había sido despedida.

Pero su intuición le decía que esto tenía que ver con aquel cuaderno.

Ella frunció el ceño, estaba a punto de decir algo cuando una voz suave sono,

“Secretaria Ferminez, ¿hay algun problema?”