Capítulo 310 El error de cálculo de Adam
“Sí, abuelo”, Adam asintió apresuradamente.
Estaba secretamente encantado. Esta vez, Adam creía que Abel estaba acabado. Sacó su teléfono, encendió el parlante y comenzó a marcar el número de Abel, pero…
“¡Bip, bip, bip!”
El pitido no era exactamente un sonido de timbre. Parecía que la llamada de Abel no funcionaba.
Oscar parecía terriblemente enojado y preguntó: “¿Qué está pasando?”
Adam explicó: “Abel parecía estar divirtiéndose demasiado y no pudimos contactarlo”.
Oscar maldijo enojado: “¡Basura que no sirve para nada!”
Oscar luego golpeó la orden militar que Abel había firmado sobre la mesa. Declaró: “¡Esta es una orden militar firmada personalmente por Abel!”.
Oscar frunció el ceño y dijo en voz alta: “Había malversado 300 millones de dólares de la empresa y provocó una crisis en el flujo de caja. Ahora, varios socios comerciales en el extranjero han dejado de operar. Nuestra empresa se enfrenta a una situación sin precedentes.
“Según la orden militar, ahora declaro que Abel dejará el grupo sin nada y renunciará al cargo de director ejecutivo de Ryker Group”.
“¡Espera un minuto!” exclamó Rosalina.
Rosaline había corrido a la oficina desde el salón de té. Pudo llegar a tiempo a la entrada de la sala de conferencias. Jadeó pesadamente y suplicó: “Papá, espera un minuto”.
Adam se levantó del asiento e intentó alejarla. Él dijo: “Tía Rosaline, el abuelo está organizando una reunión. Por favor, no nos interrumpa. Deberías ir a casa.”
Rosaline explicó apresuradamente: “¡Pero los 300 millones de Abel están en su lugar, no violó la orden militar!”
Adán estaba atónito.
¿Los 300 millones de dólares de Abel en su lugar? ¿Me estás tomando el pelo?
“Tía Rosaline, sé que estás preocupada por él, pero no puedes decir tonterías aquí”, se burló Adam burlonamente.
“El abuelo está a punto de anunciar que Abel renunciará como director ejecutivo de Ryker Group y dejará la empresa con borrón y cuenta nueva. Sólo vete. Él ha terminado.”
Rosaline levantó su tarjeta bancaria y dijo: “Estoy diciendo la verdad. Abel no se anduvo con rodeos, simplemente dejó la empresa para recaudar dinero. Tengo el dinero en mi poder. Acabo de recibir una llamada de él y estoy aquí para devolver el dinero al departamento de finanzas”.
Adán se quedó sin palabras.
¡Maldición! ¡Ella realmente lo dijo en serio!
Óscar se quedó desconcertado. Sintió que se le quitaba un peso del corazón.
Conozco a mi nieto. Yo lo había entrenado personalmente. ¡Abel no me decepcionaría!
Rosaline dijo en voz alta al entrar en la sala de conferencias: “Los 300 millones están en su lugar. La orden militar puede ser anulada”.
De repente, una voz fría vino detrás de Rosaline, “¡Hay más! Nuestros socios comerciales en el extranjero habían reanudado sus operaciones. ¡El Grupo Ryker está en una posición excelente!”
La figura corpulenta de Abel era visible en la puerta. Tenía una presencia dominante debido a su cuerpo alto y erguido. ¡Todos los presentes en la sala de conferencias se sorprendieron!
Oscar también se puso de pie y gritó enojado: “Abel, has estado desaparecido durante tres días. ¿Dónde has estado?
Abel respondió: “Fui al extranjero para investigar personalmente las razones de la suspensión de operaciones con nuestros socios comerciales”.
“¿Descubriste la causa?” Óscar inquirió nervioso.
“Sí, lo hice”, respondió Abel asintiendo.
“Las fuerzas oscuras los amenazaron, pero pude ayudarlos a superar la crisis. Les aseguré que Ryker Group estaría ahí para ellos sin importar los problemas que enfrentaran”.
“¡Excelente!” Óscar asintió pesadamente.
La decisión de Abel le recordó a su yo más joven. Oscar estaba muy satisfecho con la actuación de su nieto.
Abel dijo con severidad: “Algo está pasando internamente dentro de nuestro grupo. Como el abuelo está organizando esta reunión, aprovecharé la ocasión para hacer un anuncio de personal”.
Oscar dijo: “¿Qué es? ¡Dilo, te apoyaré!”
Abel declaró en voz alta: “La orden de despedir a Douglas Gough, subdirector general del departamento de finanzas, y Pryce Powe, subdirector general del departamento de recursos humanos, entra en vigor de inmediato. ¡Ryker Group nunca los volvería a contratar!”
Ambos subdirectores generales se derrumbaron en sus sillas.
“¿Por qué?” Óscar estaba desconcertado.
Douglas gritó: “Viejo presidente, tiene que tomar la decisión por mí. ¡He trabajado contigo durante la mayor parte de mi vida entera!”
Oscar dijo: “¡Abel, no estoy de acuerdo con esto!”.
Abel levantó una ceja y no estuvo de acuerdo con Oscar. Declaró: “Yo soy el que tiene la última palabra aquí. ¡Soy el máximo responsable de la toma de decisiones del Grupo Ryker!”
Oscar gritó: “¡Entonces dame una razón! ¿Por qué despidió a Doug?