Te regalo toda una vida de amor Capítulo 666

Era Santiago en el auto, y llevaba una camisa de seda dorada. La tela se veía suave y brillante, y le quedaba bien, especialmente porque ya era tan guapo y estaba vestido de forma meticulosa. Tenía el cabello peinado hacia un lado, lo que lo hacía parecer más gentil de lo habitual.

—Tenía la sensación de que las posibilidades de que Fernanda sobreviviera eran muy bajas. Pensé que estarías molesta, así que volví antes para acompañarte.

—¿Por qué no me lo dijiste antes?

Me incliné y rodeé su cuello con mis brazos. A medida que mi cuerpo se acomodaba en su abrazo, mis brazos desnudos tocaban la frescura de su camisa. Por costumbre, él colocó sus palmas en mi cintura y luego explicó:

—Te sorprenderás más cuando aparezca mientras estás triste y desprevenida. De esta manera, estarás menos afligida.

—¿Luc te enseñó eso? —pregunté sorprendida.

Santiago me miró con ternura y respondió:

—Sí.

Había pasado media hora desde que Santiago me envió el mensaje.

Le dije con preocupación:

—Me esperaste durante media hora.

—No importa. No tenía nada que hacer de todos modos.

Besé su mejilla y expliqué:

—Cuando me enviaste el mensaje, acababa de terminar de lavar los platos. Parecía descortés irme inmediatamente después de la comida, así que me senté y vi la televisión por un rato.

Aunque no tenía interés en ese dibujo animado en particular, tenía una sensación de calma cuando estaba con Ezequiel. Habiendo albergado un amor secreto antes, entendía los pensamientos de un admirador secreto. Pensé que quedarme a su lado un poco más tiempo lo haría más feliz. Al menos su estado mental sería mejor.

—Vamos a casa — Santiago me abrazó con fuerza.

Apoyé mi cabeza en su pecho y pregunté:

—¿A qué casa? Gabriel dijo que la nueva villa que acabas de comprar todavía está en renovación.

—Recuerdo que tienes un apartamento en Bristonia. He estado allí antes. Tú escupiste sangre esa noche —respondió Santiago mirándome a los ojos.

No mostró preocupación cuando estaba escupiendo sangre esa noche. Apenas nos conocíamos en ese entonces.

—Tienes muy buena memoria, Santi.

Todavía estaba lloviendo afuera. Le di al conductor la dirección y me acosté en el asiento trasero, quejándome en los brazos de Santiago:

—Mi corazón está lleno de tristeza, y ver esta lluvia me entristece aún más. De todos modos, tengo que visitar a los Galván en El Solar mañana.

—Iré contigo.

—Después de que Fernanda se fue, sus padres volvieron a tomar el control de Corporativo Galván. Escuché que le pasaron la empresa a Fernanda hace mucho tiempo, ya que probablemente no estaban interesados en el negocio. Sin embargo, pasarán casi veinte años antes de que Sammy pueda manejar la empresa de forma independiente. Pensé en pedirle a Antonio que se encargara de eso por mí en privado.

—No es necesario. El hecho de que Corporativo Galván haya crecido hasta este tamaño y se mantenga firme en El Solar se debe a los padres de Fernanda. La pareja tiene mucha experiencia en la gestión de la empresa y seguirán apoyando a Sammy durante otros veinte o treinta años.

—Me alegra escuchar eso.

De repente, él cubrió mis ojos con sus manos.

—Como odias la lluvia, cierra los ojos.

Su voz estaba llena de magnetismo.

—Pero aún puedo oír la lluvia —traté de encontrarle defectos.

—Considéralo un concierto.

—¿Cómo puede considerarse un concierto el sonido de la lluvia solamente? Además, el sonido de la lluvia no es tan melodioso como la música —respondí riendo.

—La razón por la que los humanos son más sabios que los animales es porque tienen una imaginación vívida. Tú estudiaste música, así que deberías poder imaginar mejor —dijo.

—Sospecho que solo estás bromeando. ¿Estás tratando de hacerme sentir mejor? Ahora estás más dispuesto a charlar conmigo que antes.

En aquel entonces, Santiago me encontraba bastante parlanchina, pero ahora, estaba charlando conmigo. Probablemente estaba tratando de desviar mi atención. Era muy considerado.

Mientras acariciaba mi cabeza, me sentí en extremo tranquila, sabiendo que podía confiar en él incluso si algo importante sucedía.

De repente, recordé que había encontrado a su madre.

—Santi, ¿vamos a Eldamia a visitar a tu madre?

—Es demasiado tarde ahora.

Aunque Santiago debía extrañar mucho a su madre. Después de todo, ella era el único miembro de la familia que tenía en este mundo. Además, ahora tenía una comprensión más profunda del amor materno y comenzó a darse cuenta del lugar especial que Alison ocupaba en su corazón.

Recordé lo que dijo por teléfono. «Tengo dos madres en esta vida. Una me dio a luz, pero nunca me amó, y la otra no me dio a luz, pero me ama en cada momento. En la primera mitad de mi vida, estuve buscando obtener el amor imposible de mi madre biológica. Pero en la segunda mitad de mi vida, solo quiero que la madre que me ama se quede a mi lado y cuide de mis hijos. ¿Puedes hacer eso?».

Nunca olvidaría esas palabras por el resto de mi vida. Revelaban su anhelo y apego. Claramente, anhelaba el amor de Alison. También era lo suficiente inteligente como para saber qué palabras Alison necesitaba escuchar para cambiar de opinión. Cada palabra que pronunciaba era acertada.

—No importa. ¡Seguro que ella te extraña mucho! —Me di la vuelta y abracé su cintura, haciendo arreglos—. Vamos a visitarla, pasar un día con ella y luego podemos ir a El Solar por la noche. Tenemos mucho tiempo.

Al decir eso, le indiqué al conductor que cambiara el destino. Santiago suspiró.

—Reina, en verdad me conoces bien.

—Santi, en el fondo tú también la extrañas mucho. Quieres verla ahora, pero siempre finges ser frío y distante.

Santiago sonrió y acarició la parte superior de mi cabeza. Sintiéndose emocional, exclamó:

—Al fin sé por qué me casé contigo. Es para compensar las deficiencias de mi carácter.

Al parecer, se estaba burlando de mí. Le lancé una mirada.

—No tienes gratitud.

—¡Ja! Eres… —originalmente quería decirme que era grosera, pero luego cambió sus palabras—. Eres audaz.

Sonreí y él cubrió juguetonamente mis labios. Mordí con ligereza su palma y amenacé:

—Te morderé fuerte.

—Claro. Duerme un poco. Ya es bastante tarde.

—¿Cuándo volviste a Bristonia?

—Acabo de llegar durante el día.

—¿Pudiste descansar? —pregunté con preocupación.

—Sí, descansé durante el vuelo.

—¿Quién está manejando las cosas en Finlandia en este momento?

—Lucas. Ha estado bastante ocioso últimamente.

Hace unos días, David le pidió ayuda a Lucas, pero este último se negó con rapidez. De manera inesperada, Lucas terminó teniendo que ocuparse de los asuntos de Santiago, ya que no podía negarse a él en absoluto. De hecho, ni siquiera tenía el valor para hacerlo. Solo podía hacer lo que Santiago le pedía y esperar que regresara a Finlandia lo antes posible. Pensando en eso, me reí.

—Debe estar muy molesto.

—Bueno, ese es su propósito de existencia. Cuando no estoy cerca, él se hace cargo. Cuando quiere holgazanear, le pide a David o a Dante que se hagan cargo. Sin embargo, David tiene el trabajo más difícil porque es el más ambicioso de todos. Hace el trabajo más complicado, así que le di más acciones que a los demás. Dante y Lucas son más juguetones y perezosos. Entienden la importancia de David, así que no les importa que David tenga más acciones que ellos. De hecho, cuando David se resiente, incluso me dicen que aumente sus acciones para apaciguarlo.

Fue la primera vez que Santiago mencionó tales asuntos ante mí.

—Eso es interesante. Un hombre capaz siempre está ocupado.

—Te contaré más sobre ellos cuando tengamos tiempo. Son personas muy interesantes. Señora Génova, a ti también te parecerán interesantes. Después de todo, Dios los hace y ellos se juntan.

Cambié de inmediato mi expresión y le respondí:

—¿Qué quieres decir con que «Dios los hace y ellos se juntan?».