Compartiendo a Beatrice A Luna con sus hermanastros por Alexis Dee
Capítulo 61 : Demanda el tiempo de mi compañero
“No… no hablé con ella”, tartamudeé cuando le mentía.
“Vamos. Vi tus ojos enfocándose en nuestros pantalones, y luego apartaste la mirada de nosotros. Entonces, dime, ¿qué dijo ella? Me preguntó en un susurro ronco, estirando las piernas hacia atrás para que su cara pudiera llegar al nivel de mi cara. “Si no me lo dices ahora mismo, me iré y me sentaré con Gwen como todos los demás. ¿Quieres eso?” preguntó con un pequeño ceño fruncido en su frente. Su amenaza me hizo abrir la boca. instantáneamente.
“Ella estaba diciendo algunas cosas absurdas”, murmuré, robando mis ojos de él mientras me sentía culpable por sus acciones.
“¿Y qué eran esas cosas?” insistió en saber, acercando aún más su rostro al mío.
“Me estaba obligando a imaginar cómo se sentiría ser jodido por todos ustedes en una noche”, pronuncié, y cerré los ojos para evitar mirarlo después de decir algo tan directo y desvergonzado.
“¡Ay! Entonces, ¿te imaginabas? preguntó, pero sentí su aliento abanicando mis labios desde muy cerca.
“Dime, ¿te imaginaste?” Preguntó de nuevo, con un toque de alegría en su tono.
“¡No! yo no lo haría Tus hermanos no quieren verme bajo esa luz. Nunca los imaginaré así —mentí, sintiéndome culpable después de decirlo en voz alta.
“¡Oh, déjate de tonterías!” Zane puso los ojos en blanco, llamándome por mentirle. “Sé que lo hiciste”, insistió, pero negué con la cabeza en respuesta a él.
“¿En realidad? Entonces, ¿no pensaste en que lo hiciéramos contigo? Insistió en saber, haciéndome acercar más mi cuerpo y apartar la mirada de su rostro. Sus palabras me estaban poniendo tímido.
“¿Por qué quieres saber?” Pregunté, negándome a responderle directamente.
“Solo dime”, dijo, convirtiendo su voz en un susurro esta vez. Cuanto más bajaba su voz, más sentía que estaba hablando directamente a mis oídos.
“No, no lo hice.” Mentí. Pensé en ellos conmigo por una fracción de segundo, y ahora que seguía preguntándome, sentí que mi corazón se aceleraba en mi pecho.
“Bueno, entonces, hagamos una prueba”, pronunció, y en el siguiente segundo, lo que hizo me hizo soltar un grito ahogado.
Metió su mano en mis pantalones cortos y en mi p*an*tie*s. Salté y golpeé mi espalda con fuerza contra la pared mientras su mano agarraba mi c*ño y lo apretaba lo suficientemente fuerte como para morderme el labio inferior.
“¡Mentiroso!” sonrió, sin sacar su mano pero exigiendo un contacto visual conmigo.
“No estoy mintiendo”, tartamudeé, sintiendo su mano acariciar suavemente mi v*agin*a.
“Entonces, ¿por qué estás tan mojado?” Su sonrisa se extendió a la otra comisura de sus labios esta vez. Acercó su rostro y apoyó sus labios en mi mejilla, pasándome pequeños besos mientras ma*sajeaba mi v*agin*a.
Sentí morir en ese momento. Mi corazón latía con tanta fuerza en mi pecho que me sentía morir.
“¿Te afeitaste recientemente?” preguntó, sus labios viajando a mi oído.
“Tu coño es tan suave y reactivo a mi mano”, su susurro cayó directamente en mi oído. Ya no podía concentrarme en sus labios porque me di cuenta de que mi trasero se retorcía un poco con su toque.
“Uno de estos días, no será mi mano la que te toque ahí abajo”, continuó susurrando mientras pasaba la punta de su dedo arriba y abajo p*r mi c*lito.
El subir y bajar de mi pecho era una señal de lo sin aliento que estaba solo cuando él me tocó ahí abajo.
“¿Sabes que será doloroso al principio ya que estás a*virgin?” pronunció, apoyando la punta de su dedo en mi c*ño, presionándolo y soltándolo para que me perdiera por completo. Tenía mi cabeza apoyada hacia atrás y mis ojos cerrados ahora. Estaba disfrutando de su toque y pequeños besos en mi mejilla y lóbulo de la oreja.
“Quiero experimentar muchas cosas con tu cuerpo s*xy”, comentó. No sería la primera vez que expresaba su deseo de jugar con mi cuerpo.
“Pero tal vez algún otro día”, su voz se volvió normal y se alejó de mí de un solo golpe.
Abrí mis ojos y lo vi dar un paso atrás mientras sonreía triunfante. Apuesto a que podía ver la decepción en mis ojos.
No quería que se detuviera. No después de que me excitó tanto.
“Iré a ver a Gwen. Ella es nuestra invitada. Ella también merece algo de mi tiempo”, dijo antes de da*se la vuelta y salir por la puerta que cerró de golpe después de escapar de mi habitación.
Era tan extraña la forma en que me trataba. El tono que usó cuando habló de Gwen parecía que lo hizo a propósito.
‘¡Tomar venganza!’ As gruñó.
Haz que se ponga duro y recházalo —añadió, pero yo no estaba preparada para escucharla más de lo que ya estaba. Me enteré de mis compañeros. Ahora necesitaba ponerla a dormir.
Me dolía el cuerpo después de tomar dos pastillas. Ya no podía tolerar el dolor, así que hice lo que tenía que hacer. Agarré las pastillas y me las tragué por la garganta con agua fría.
Sé que a ella no le interesa la historia de los hombres lobo. Era solo su forma de impresionar a Akin”, gemí al recordar la forma en que ella lo miraba a los ojos, fingiendo estar escuchándolo.
“¡Oh! Bueno, él tendrá que pasar tiempo conmigo ya que yo soy su responsabilidad y su papá le dijo que me ayudara con mis estudios”, recordé la otra noche cuando lo molesté por no prestar atención. Pero no planeé hacer eso de nuevo. Agarré mi libreta y salí de mi habitación para encontrarlo en su estudio y exigirle algo de tiempo.
En el instante en que llegué a la puerta, lo escuché con Gwen adentro.